martes, 5 de abril de 2011

Ecos de la sabana (12)

Sábado 30 enero 2010
Engañar la cabeza y liar, liar.
Esta tarde después de limpiar el área de oración y dejarla lista para mañana, Paul me ha invitado a ir a su casa a cenar. Es algo normal que cuando estoy en los pueblos al mediodía coma en la parroquia con la comida que se prepara para los que vienen a la reunión y a la noche siempre hay uno u otro que suele invitar o basta con darse un paseo por la tarde a visitar a algunas personas para que te inviten a cenar y no tener que preparar la cena, cosa que no me agrada demasiado.
Paul vive en un barrio un poco apartado del pueblo, hay que andar más o menos un cuarto de hora. Y al llegar a su casa me ha sorprendido de ver que su casa eran 3 chozas, de las cuales 2 medio derruidas y ni siquiera había el “layna”, especie de cama o banco del que os hablaba, para sentarse, sino que había una esterilla en el suelo para sentarse. Y solo llegar ha ido a casa del vecino para que le prestara una silla para sentarme aunque ya me había sentado en la esterilla y ahí me he quedado. Le he comentado que su casa merece ser arreglada y cuidada pues me parece demasiado descuidada y no es bueno vivir así. Su esposa me comentaba que tienen muchos problemas con la leña pues han prohibido la tala de árboles y para buscar la leña para el fuego tienen que buscar arbustos a veces un poco lejos.
Al poco rato su esposa nos ha traído la cena, mijo cocido con salsa de unos pescaditos frescos ya que estamos cerca del rio. Y al poco de acabar otra vecina nos ha vuelto a traer lo mismo, aunque esta vez hemos invitado a 3 jóvenes que estaban allí y ha durado bien poco.
Hoy la luna empezaba a salir bien brillante cuando estábamos acabando de cenar, y de verdad que es bonito ver su luz y su resplandor en medio de la oscuridad. Aquí dicen que la luna llena es el 2º sol, y de verdad que es cierto.
Los jóvenes que nos han acompañado a cenar se han puesto a contar primero adivinanzas, claro está en musey, la traducción literal de adivinanza del musey sería “engañar la cabeza”. ¿Quién es la persona que desde que se levanta hasta que se acuesta se pasa el día aplaudiendo? ¿Quién se pasa horas y horas en el pozo aun sin tener sed? (la solución al final, pero pensad un poco). Y es complicadillo para mí pues son cosas muy sutiles que además se complican con el idioma, pero todo el mundo ríe y piensa, busca la solución. Después se han puesto a contar cuentos, que se traducirían “liar, liar o atar, atar”. Ha sido más de una hora muy entretenida echados en la esterilla escuchando y con sonrisas, bromas y exclamaciones de todo tipo. Y allí bajo el resplandor de la luna llena, la casa que hacía un rato estaba en ruinas, se había convertido en una mansión por lo a gusto que estábamos todos.
Es cierto que en este mundo en donde todos estamos tan liados, es bueno poder encontrar espacios y tiempo para “engañar las cabezas” y pasar ratos para “liar, liar” relaciones y amistades.
(Soluciones a las adivinanzas: la 1ª los párpados, la 2ª la luna, premio al que lo encontró).

Domingo 31 enero 2010
El pozo punto de encuentro.
En cada sitio la gente tiene lugares de encuentro: los bares, la iglesia, los parques, los centros comerciales… Y recuerdo que en estos lugares de multitudes suele haber un lugar llamado “punto de encuentro” por si acaso alguno se pierde. Aquí tenemos también un punto de encuentro muy concurrido desde el amanecer hasta que el sol se esconde y da su paso a la oscuridad, es el pozo en donde se viene a buscar el agua para beber, para cocinar, para lavarse, para hacer la colada… es cierto que son sobre todo las mujeres las encargadas de estos menesteres y desde el punto de la mañana las ves que vienen con todo tipo de recipientes: cubos, baldes, cántaros… en una procesión casi interminable.
Ahora se ven también muchos jóvenes que se añaden a la fila para buscar agua, cosa que antes en la tradición era algo estrictamente prohibido, pero las tradiciones van cambiando y la llegada del mundo moderno también hace que en estos lugares los trabajos sean compartidos un poco más. Pero el pozo no sirve solo para buscar agua, es también un lugar en donde las noticias se transmiten con rapidez, es el lugar de los chismes y aunque no haya televisión y programas de salsa rosa, esto no quiere decir que no haya chismes y que a algunos les guste contarlos y difundirlos, aun sin saber si son ciertos o no. El pozo es el lugar de encuentro también para todos los que pasan y se paran para refrescarse un poco antes de continuar el camino. Viviendo en este país uno descubre cómo es cierto que el agua es un bien precioso. Nadie tiene agua corriente, al menos por toda esta zona, hay lugares en donde hay pozos de agua con una bomba manual para sacar el agua y en donde el agua está muy limpia pues el pozo está cerrado y no hay suciedad que entra, pero la mayoría de los pozos son agujeros en el suelo y están a cielo abierto, por eso que en los distintos pueblos uno encuentra el agua de todos los colores. Hay gente que dice que el agua coloreada de estos pozos tiene mejor gusto que la de los pozos cerrados y con una bomba manual. Eso yo no lo puedo juzgar, podríamos hacer un concurso de catadores de agua, pero lo que sí está claro es que tiene más suciedad y muchas más posibilidades cuando la bebes de provocar parásitos o problemas en el estómago. Se sigue haciendo concientización sobre los problemas que el agua de un pozo no bien cuidado puede causar a los que la beben. Pero por otro lado ¿cómo hacer allí en donde no hay pozos cerrados con bombas, que es la mayoría de los pueblos?
Sigamos creando puntos de encuentro en donde se puedan vivir relaciones humanas sencillas y cuidemos este bien tan precioso como es el agua, un lujo todavía para millones de personas.

Sábado 6 febrero 2010
No es bueno que el hombre esté solo.
Desde hace unos años se ha insistido mucho en el trabajo con las parejas a partir de la palabra de Jesús. Desde que he llegado no he tenido tiempo de programar la reunión de las parejas y hoy, por fin, hemos retomado el encuentro mensual con las parejas que quieren aprender a vivir con Jesús y su palabra en medio de sus familias. Han venido 20 parejas, la mayoría jóvenes, y después de poner en común el mijo y la contribución de cada uno para la comida y de organizar el día, hemos comenzado la reunión animada por Marcel y su esposa Marceline, acompañados por un servidor.
En la tradición no es normal ver a una pareja sentados juntos, discutir juntos y dialogar. En la tradición el hombre suele estar con los hombres y la mujer con las mujeres y los niños. Incluso la comida no se hace juntos, sería inconcebible y una ocasión de ridículo ver a un adulto comer con su mujer. Esto no quiere decir que no haya amor entre ellos, y que el matrimonio sea algo solo formal, pues no podemos juzgar esta cultura desde nuestras categorías occidentales y modernas.
Pero viendo a la gente creo que una de las grandes novedades que ha traído la Palabra de Jesús a estos pueblos es el modo de vivir el amor, la relación de pareja, el respeto y el cariño del hombre hacia su mujer y sus hijos.
Hoy hemos hablado en primer lugar cómo la palabra de Jesús nos ayuda a vivir la relación de la pareja de otro modo, con cariño, sin espíritu de superioridad, desde el servicio y la atención mutua… Después hemos compartido sobre el diálogo en la pareja, algo fundamental para que vivan unidos y entre ellos haya buena comprensión. Ellos insistían en no dejar que el silencio y la indiferencia ocupen la plaza principal. También hemos hablado mucho del dialogo con los hijos, ya que la educación de estos empieza y se hace sobre todo en la familia. A propósito de los hijos, aquí muy numerosos, que son siempre vistos como un regalo que Dios nos hace, hemos insistido en la gran responsabilidad de los padres para no solo darles la vida, sino también para cuidarlos, educarlos, mimarlos, y hacerlos crecer como personas sanas. Entre ellos han hablado mucho de la alimentación y del cuidado de los hijos, ya que aquí una vez que empiezan a andar y dejan el pecho de la madre, son a veces dejados un poco a su suerte, sin demasiados cuidados. Comentaban que hay mujeres que no quieren vacunar a sus hijos pues creen que las vacunas les van a dar enfermedades, claro está fruto de la ignorancia.
También hemos hablado un poco de la gestión económica de los bienes de la familia, de la previsión y de la gestión en común, cosa muy rara por estos lugares.
Al final del encuentro hemos compartido la comida y el té y me quedado con una gran alegría interior de ver que hay ciertos cambios que se están haciendo sin necesidad de cemento, ni de dinero y que por eso mismo no son muy visibles pero que en realidad son cambios enormes que pueden hacer que ciertas cosas de la tradición cambien gracias a la palabra de Jesús. Ojalá que comprendan la profundidad de esta palabra que dice “no es bueno que el hombre esté solo” y estos encuentros ayuden a vivir la relación de pareja de otro modo.

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