Viernes 25 sept 09
Luchando para crear vida.
Hoy por primera vez he cogido la bici para ir a Domo, otra parroquia en donde tendré que trabajar a partir de ahora. Solo han sido 23 km pero esto no tiene nada que ver con los km que recorría hace tan solo unas semanas por mi pueblo o por Murcia.
A penas llevaba 1 km montado y a la salida de Gunu Gaya me encuentro con el camino inundado, a ver si logro hacer una foto la semana que viene para que veáis como es esto. Dicen que este año ha llovido mucho y como aquí todo es llano el riachuelo ha desbordo e inundado toda la llanura. El agua hasta la rodilla durante unos 100 m y luego varios puntos en donde de nuevo había que caminar con el agua hasta la pantorrilla. Y todo esto durante 2 o 3 km. Pero hay que decir que la escena era muy hermosa con chiquillos zambulléndose y jugando en el agua, otros pescando con redes de fortuna y otros lavando la ropa.
Doy gracias al Señor por estar aquí y poder gozar de estas cosas sencillas, por poder volver a vivir en este rincón del mundo en donde parece que el tiempo se ha detenido o pasa muy despacio. Es cierto que esta semana he necesitado ponerme las pilas y me ha costado bastante desconectar del mundo de donde venia y conectar en esta nueva realidad. He hablado mucho con Fernando para ir conociendo la parroquia, las actividades, los grupos e intentar comprender el camino que aquí están haciendo. También he empezado a sentarme durante varias horas con los catecúmenos que serán bautizados el día de Pascua y que estaban haciendo 3 días de retiro, reflexión y oración. La mayoría son jóvenes muy espabiladillos. Ayer a la tarde vino Albert, un cristiano que ha participado en varias sesiones de formación sobre la Educación a la Vida y al Amor (EVA), a hablar a los catecúmenos sobre el Sida. Me dicen que cada vez hay mas casos de personas que mueren y causa del Sida y al mismo tiempo hay mas huérfanos de Sida. Sin duda que es una enfermedad temida en todo el mundo pero aquí todavía mas ya que te lleva a la muerte segura.
De un modo muy pedagógico y participativo con muchas preguntas les ha hablado del Sida y de la gravedad de esta enfermedad. Insiste mucho en que hay que tomar conciencia y no dejarse engañar creyendo que esa enfermedad no me va a tocar a mí. Les hablaba de las causas y de cómo protegerse insistiendo mucho en el control de uno mismo y en evitar ciertas conductas que llevan a la muerte como el abuso del alcohol, el buscar el dinero fácil….
Recuerdo cómo hace solo unos meses los periodistas derramaron mucha tinta y mucha saliva a propósito de las palabras del Papa sobre el Sida durante su viaje a África. Pero que distinto se ve todo desde aquí y que distinto ven nuestros ojos de europeos la realidad que se vive aquí en África.
Me pareció algo estupendo el ver que como iglesia y en nombre de Jesús estemos luchando por la vida, intentando formar y educar, para que esta pandemia no haga tantos estragos.
Como veis mi reflexión vuela casi como mis palabras, y volviendo al camino bucólico y hasta casi poético de esta tarde con el agua por la rodilla y luego en bici en medio de esta inmensa llanura que es la sabana, por un senderillo estrecho que se ha trazado en medio de las altas hierbas, para evitar los charcos del camino y el barro que te impide avanzar. En medio de este camino mi pensamiento se me ha ido por un buen rato hacia las personas enfermas o ancianas que deben recorrer todo esto para ir al mercado, al hospital, a misa… no en coche, ni en autobús, ni en taxi sino a pie o en una carreta de bueyes o sentadas en la parrilla de una bici. Así que me he acordado del sufrimiento de esta gente, de su fuerza y resistencia y he pedido por ellos.
A unos 4 km de Domo he encontrado a Henri, un viejo amigo, con su bici averiada y lo he acompañado andando hasta Domo ya que somos vecinos. ¿Como podía pasar y dejarlo atrás? Ha sido una bonita ocasión para charlar y ponerme al corriente de muchas cosillas ocurridas en mi ausencia. Al fin y al cabo aquí no cuenta la velocidad media que llevo con la bici, ni el tiempo que hago, sino que lo que cuenta es llegar a destino y hacerlo junto a los que están aquí.
27 sept 09
Reciclaje como norma de vida.
Hoy he participado en mi primera misa en Domo, la otra parroquia en donde tendré que realizar mi trabajo. Todavía estoy abriendo los ojos, mirando y dejándome empapar. Como era Fernando el que presidía la celebración me he permitido observar, mirar y hasta distraerme un poco durante la misa. Es bajo unos grandes árboles que se celebra la misa, pero el altar esta sobre un pequeño estrado, una especie de escenario de un teatro, que me ha sorprendido por lo hermoso y bien hecho que esta. Fue Juan quien lo pintó y decoró este ano. Otro día os enviaré una foto para que veáis que es cierto lo que digo. La parroquia se llama Santa Maria Magdalena y la escena que esta pintada es el encuentro de Maria Magdalena con Jesús resucitado, pero con un paisaje chadiano muy sencillo y sugerente.
Otra cosilla que me ha gustado es el volver a recordar el ambiente festivo de las misas de aquí con bailes, tambores y gritos de ánimo. Es por eso que hemos empezado a las 9 y acabado hacia las 11 y cuarto.
Pero lo que mas me ha llamado la atención ha sido un grupito de jóvenes que estaban a mi izquierda y que animaban la celebración con algún canto en francés, ¡para eso van a la escuela! Pero no me he sorprendido ni por el grupito ni por que lo hicieran en francés sino por la batería que habían instalado cerca de mí y que 2 jóvenes tocaban con muchas ganas: 2 platillos, 3 tambores medianos y un bombo. Eso merece la pena que le haga una foto otro domingo y que os la envíe, seguro que algunas empresas de reciclaje al verla abrirán los ojos bien grandes y hasta la utilicen para su publicidad. Uno de los platillos era la tapa de una perola vieja, el segundo platillo estaba hecho con un aro de metal oxidado que tenia un agujero en medio y llevaba atado por los bordes trocicos de alambre que resonaban al ser golpeado. Los 3 tambores medianos estaban hechos con unos botes de metal de leche en polvo de unos 10 litros, cubiertos con un plástico unos y otros con piel de cabra. Y por ultimo el bombo era un bidón mediano de unos 40 litros de gasolina, hasta llevaba la marca de la multinacional pero no es el caso de hacer publicidad de ella. Y no veáis lo bien que sonaba la batería y el ritmo que le daban.
Se dice que la necesidad agudiza el ingenio, y aquí uno encuentra ingenio por todos los sitios. No por ser gente más práctica sino por la necesidad misma. El reciclaje no se hace por estar de moda o por preocupación medioambiental sino que es norma de vida. Hablando de esto Antonio me decía el otro día que aquí no se tira nada pues quizás un día pueda servir y así es. Las botellas de agua o de refrescos vacías, los botes de cristal vacíos, las llantas de los coches usadas y rotas, las cámaras de aire que no valen para la bici… la lista podría ser muy larga. Todo se convierte en algo precioso que puede servir para algo y que tiene su valor.
Quizás en este mundo de contrastes, de consumo alocado, se pueda aprender a vivir con menos derroche y aprovechando mas lo que tenemos, haciendo nuestra la cultura del reciclaje como norma de vida.
2 octubre 09
La muerte muy presente en medio de la vida.
Cuando uno participa en una de las celebraciones de aquí se queda maravillado por la alegría y la explosión de vida que se respira en ellos. Estos días estoy participando en un retiro de catecúmenos que se preparan a hacer el rito de entrada en la comunidad después de unos 2 años de catequesis, más adelante os hablaré del proceso catecumenal pero no ha llegado el momento todavía.
El grupo está compuesto de 68 personas y me ha sorprendido porque hay muchos chiquillos de 12-13 años y también muchas mujeres, pero solo 2 hombres. En los momentos de pausa los más pequeños en seguida se ponen a tocar el tambor y las chiquillas a bailar. Y es que es algo que llevan dentro y que les hace vivir la vida y disfrutarla en cualquier momento al máximo.
También es cierto que la vida aquí es un regalo que no está al alcance de todos. Estos días hablando con la gente les preguntaba sobre sus familias y rara era la persona que no había perdido algún hijo o familiar en los últimos años. Fernando me decía que en la reunión del grupo de parejas que hacen en la parroquia en el momento de la presentación suelen decir: “me llamo fulano, he tenido 6, 7 u 8 hijos de los cuales 2 o 3 han muerto”.
El porcentaje de mortalidad infantil a nivel oficial es del 20%, ante esta cifra ¿cómo no alarmarse? Aquí en cambio, me parece que la resignación es la que se hace fuerte ya que ante las dificultades de la vida cotidiana no todos logran sobrevivir. Sin duda que hay una selección natural.
Antes de ayer fui al hospital de Gunu Gaya con Richard a ver a Pauline, una vecina que habían hospitalizado. Este hospital es el único en toda la comarca que tendrá una población de unos 200.000 hbts. Me decían que hay un solo médico y varios enfermeros y Ats. Hasta el año 2000 fue gestionado por Médicos sin Frontera, pero desde entonces está en manos del gobierno, o mejor dicho está “dejado de la mano del gobierno”. Al entrar en la sala en donde estaba Pauline lo primero que me impactó fue la suciedad que había por todos los sitios, las mosquiteras de las puertas desgarradas, las camas sin colchones y los enfermos en silencio soportando la enfermedad con un calor insoportable. Pauline tenía malaria y le habían puesto un suero con quinina, pero el suero se había acabado hace tiempo y tenía el bote en la cama esperando a que el enfermero/a viniera a quitárselo. Les dije que debían llamarlo pues no era bueno tenerlo así y me respondieron que lo habían hecho varias veces pero seguían esperando. Me dio mucha pena al ver las condiciones en las que los enfermos estaban y sobre todo me dio rabia por la falta de profesionalidad y de querer hacer bien las cosas de los enfermeros.
Por eso os decía que aquí, en donde se celebra, se canta y baila la vida, vivir es muchas veces un lujo que no está al alcance de todos. Ojalá que gracias a la fuerza del Evangelio, la presencia de los cristianos, sea un signo de la vida que Jesús nos ha traído, no una vida de cualquier modo, sino una vida en abundancia (Jn 10,10).
3 octubre 09
La virtud de la paciencia en un mundo sin prisas.
En este país uno tiene muchas cosas que aprender, pero una que me parece fundamental y que a nosotros nos cuesta un poco es la virtud de la paciencia.
Después de los 23 km en bicicleta con agua y barro en muchos tramos, esta vez en compañía de Richard, y con problemas mecánicos ya que se ha roto la cadena y hemos tenido que hacer los últimos km a pie, hoy hemos participado en un encuentro del consejo parroquial en la parroquia de Domo. Esta vez había un solo punto en el orden del día. La preparación de la ordenación sacerdotal y de la primera misa de Edmond Tokan, el primer joven de esta parroquia que será ordenado sacerdote el 21 de noviembre y luego celebrará su primera misa en Domo el 5 de diciembre.
Las comunidades han participado cotizando un poco de dinero por cada pueblo. En la parroquia hay unos 35 pueblos y se ha previsto recaudar 740.000 fcfa = 1120E.
Desde hace unos años en todas las parroquias de aquí se está trabajando mucho sobre la autogestión y la autonomía económica. Uno de los signos que la iglesia está creciendo y que la comunidad se va haciendo adulta es el hecho de lograr que la parroquia funcione gracias a lo que la gente da. Y claro, ante este acontecimiento de la ordenación del primer joven de esta parroquia, todo el mundo se ha movilizado para que sea de verdad una fiesta y Edmond se sienta acogido, querido y acompañado por todos los cristianos.
En la tradición de aquí las cosas van despacio ya que todos tienen que hablar y decir lo que piensan. Es por eso que a nosotros se nos pide un esfuerzo grande de escucha y de paciencia para que todos se puedan expresar y llegar así a un acuerdo con el consenso de todos. La reunión ha empezado hacia las 10 de la mañana y hemos acabado hacia las 2. Todavía quedan cabos por atar y cosas para ver y ponerse de acuerdo. Fijamos la fecha de la próxima reunión pero como hay que regresar a casa y algunos vienen de lejos con mucha agua en el camino, se decide de acabar así.
4 octubre 09
El Paris-Dakar pero sin asistencia técnica.
La parroquia de Domo, como es muy grande y con distancias considerables, tiene 3 lugares para celebrar la eucaristía el domingo. Esta mañana hemos ido a Lew, uno de ellos, Fernando, Richard y yo en bicicleta acompañados de Henri para mostrarnos el camino. Hay un camino corto de unos 12 o 14 km pero no se puede tomar porque está todo inundado, así que Henri nos ha llevado por otro más largo de unos 18 o 20 km para evitar un poco el agua. Hemos salido hacia las 6’30 para estar allí antes de las 9, hora de la misa. El camino me recordaba estas películas sobre África con la sabana, por un senderillo pequeño con altas hierbas a los lados y un sol esplendido. Solo faltaban los elefantes y los leones, pero eso no hay por aquí. El camino tenía tramos inundados que no te dejaban seguir pedaleando y que había que hacerlos andando y empujando la bici. Me he alegrado al ver tantos campos de arroz inundados que anuncian una buena cosecha.
A mitad del camino Fabrice se ha unido al grupo y nos ha acompañado pero la cadena de su bici se salía a cada rato así que lo hemos abandonado, pero ha seguido andando hasta el final. También la bici de Richard carrasqueaba y pedía a gritos que miraran lo que tenía. Hemos llegado a Lew un poco antes de las 9 y con alegría al ver que la gente nos esperaba. Después de lavarnos un poco con un cubo de agua para quitar el sudor y refrescarnos, hemos celebrado la eucaristía. Para mí ha sido un gran regalo y un gran descanso el pasar 1 hora y media tranquilo, escuchando la palabra de Dios, cantando y viendo la alegría de los bailes de la gente. También descubriendo el gran regalo de la eucaristía a la que estamos muy acostumbrados y que muchas veces no sabemos apreciar. Desde hacía 2 meses en Lew no se celebraba la eucaristía y para mí ha sido un redescubrir, con más claridad si cabe, cómo la eucaristía es descanso en medio del cansancio, fuerza en la debilidad, frescura entre tanta calor, alegría en medio de las dificultades, pan de vida para el camino de cada día.
Hacia las 3’30, cuando el sol molestaba un poco menos, nos hemos puesto en camino hacia Gaya. Por lo visto son 19 o 20 km y nos decían que el agua del camino había casi desaparecido, pero os aseguro que ese casi han sido más de 5 km con agua hasta la rodilla. Y luego muchos tramos en donde había que bajarse de la bici y empujarla. Sin duda que antes había más agua pero esto me recordaba el mar Menor.
Ah me olvidaba que en Lew un mecánico ha reparado la cadena de la bici del amigo y el carraspeo de la de Richard poniendo unos rodamientos que han costado 0’30 E. El caso es que la bici se quejaba menos. Esta vez los que nos hemos quejado éramos nosotros por el agua, el sol, el sudor, la sed….y yo pensaba ¡cuantos rallis Paris-Dakar se hacen aquí cada día sin ninguna publicidad, y sin el apoyo del servicio técnico!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario