martes, 5 de abril de 2011

Ecos de la sabana (32)

Sábado 4 diciembre 2010


Aprovechando las gambas de la sabana.



Hemos entrado con fuerza en este tiempo especial para nosotros los cristianos llamado “Adviento”. Es un tiempo de espera y de preparación para celebrar con alegría y júbilo el nacimiento de nuestro salvador, la Navidad, el Dios con nosotros.

Para nosotros es un tiempo que nos pide un esfuerzo extraordinario ya que solemos recorrer y visitar las comunidades y hacer un día de retiro en cada una de ellas como preparación a la fiesta de Navidad. Este día de retiro que hacemos en cada comunidad juntando a varios pueblos, es un día de oración, de reflexión sobre un tema y de celebración de la reconciliación y de la eucaristía. Así que solemos pasar casi todo el día pues siempre después del retiro se suele compartir la comida y se aprovecha para visitar a unos o a otros. Las distancias no son muy grandes, unas comunidades están a 6, 8 o 10 km, así que suelo salir temprano con la bici hacia las 7 y poco para llegar con tiempo. De hecho suelo estar entre los que llegan primeros, pues ahora estamos en la época de frescura y les cuesta moverse con eso del frío, bueno podemos llegar a unos 14 o 15ºC pero aquí es frio, todo es relativo. Como os decía la gente no es que tenga demasiada prisa y no solemos comenzar hasta eso de las 9’30, pero me gusta llegar pronto para saludar a la gente e incluso como os decía para visitar a algunos y ver así sus casas y en donde viven. Es algo muy importante para ellos y se sienten alagados cuando vamos a sus casas, aunque sea con rapidez. De hecho más de uno suele ofrecer un pollo como signo de alegría y muestra de acogida.

El tema de reflexión que nos acompaña en este adviento es “la Iglesia al servicio de la Paz y de la Justicia”. Seguimos con este tema que fue el sujeto del último sínodo que los obispos de África hicieron en torno al Papa. Pero más que hablar de la justicia o más bien de las injusticias que vemos a nuestro alrededor y que son el pan cotidiano de tanta gente, hablamos sobre todo de la justicia y de la paz en la familia en el hogar. Ya que está claro que si no logramos vivir estas realidades en el seno de la familia, no las lograremos vivir ni en la iglesia ni en el país.

Hay una pregunta que suelo hacer que suele desencadenar un debate siempre muy interesante, y esta pregunta es: “¿qué impide que en el hogar y en nuestras familias vivamos en paz y con justicia?”. Y enseguida se habla de muchas cosas: la falta de diálogo y de entendimiento entre el marido y la mujer, que muchas veces acaba en violencia y en maltrato; se habla mucho también de la mala gestión, del hombre que vende los cereales por su lado sin decírselo a la mujer y ella por el suyo a escondidas del marido; la infidelidad y los adulterios es fuente de grandes conflictos y suele dar mucho que hablar; el despreocuparse de la educación de los hijos y de su escolarización; la poligamia que trae la rivalidad entre las mujeres y hace ver que el hombre es superior a la mujer… Son muchas las cosas que salen a relucir en el debate y sin duda que es algo muy positivo y enriquecedor ya que no muy a menudo se habla de estas cosas todos juntos, hombres y mujeres, y con sinceridad, sin miedo a ser criticados o ridiculizados. Yo estoy contento de poder ayudarles a hablar y compartir tranquilamente y con sinceridad, sin duda que es algo necesario para avanzar y enderezar lo que está torcido.

Cada día que visito una comunidad regreso contento de lo vivido durante ese día y sobre todo por la por la reflexión hecha que sin duda puede contribuir a construir la Paz y la Justicia en los hogares, en nuestra iglesia y en nuestro país.

Esta mañana mientras iba de camino a un pueblo me he cruzado con un grupo de chavales que llevaban sacos grandes y cubetas grandes sobre la cabeza. Me he parado y les he preguntado qué llevaban, y me han dicho que eran saltamontes. Ahora estamos en la temporada de los saltamontes y me decían que los recogen por la noche con linternas, y así había varios sacos llenos que llevaban al mercado para venderlos. He comprado una buena bolsa por poco menos de 1 € y por la tarde al regreso se la he dejado a una vecina para que los preparara y comerlos mañana domingo con los compañeros. Será una buena tapa de domingo y hay que aprovechar de la ocasión ya que fritos están riquísimos, se parecen a las gambas fritas, pero claro de interior o mejor dicho de la sabana.

Cuando me han visto llegar con la bolsa de saltamontes hemos charlado un poco y se maravillaban que en España no se comieran, tan buenos como están. En cambio les extrañaba todavía más el saber que nosotros comemos ranas y caracoles, que además cuestan muy caros. Es algo que aquí no se come. Ya veis que la comida es una cosa cultural, pero al fin y al cabo si uno deja a un lado el asco y lo prueba descubre que no están equivocados.



Jueves 9 Diciembre 2010

Fiesta tradicional que está degenerando.

El martes al caer de la tarde hubo muchos gritos en todo el barrio que nos recordaban que la luna nueva acababa de aparecer y es así como se anuncia el comienzo del nuevo año. Hace un año más o menos, os hablaba de la fiesta de la “boca de la luna”, como se traduce literalmente. 2 vecinos nos trajeron el puré de mijo con una salsa especial que se come en este día. Tiene un aspecto no muy agradable ya que está hecha con alubias, bolicas de sésamo y todo esto rodeado de una materia viscosa que se obtiene agitando la corteza de un arbusto con agua. Dicen que los ojos comen más que el estómago, y os aseguro que el aspecto de esta salsa no es muy atractivo ni alegra los ojos, pero en cambio es una de las salsas que más me gustan y que como con ganas. Así que se puede decir que esa noche cené hasta hartarme y el resto se la llevé a unos vecinos ya que no se puede dejar hasta el día siguiente, hay que consumirla en el momento.

Después de la cena se oyeron muchos tambores sonar y sin dudas que muchos críos se juntaron para bailar y pasar un rato de fiesta.

A la mañana se suele ir de casa en casa compartiendo la comida y la bebida. De hecho tenía un retiro previsto para ese día que tuve que anular pues no era posible hacerlo. Otro vecino, al punto de la mañana, nos trajo otra fuente de comida esta vez con otra salsa de cacahuetes y pescado que compartimos al mediodía con las 2 monjas que viven cerca de nosotros. Como os decía es un día para invitarse y compartir lo que hay.

Por la tarde, ante mi asombro, unas 40 personas se han reunido para hablar de la escuela Widi, la que hemos ayudado a construir. El comité de padres había invitado para ver si los padres querían hacer una celebración como agradecimiento por estas aulas recibidas este año. Todos hablaban y decían que estaban orgullosos y agradecidos por lo que se había hecho, así que también muchos de vosotros que habéis colaborado para construir esta escuela podéis estar orgullosos y contentos por haber colaborado y permitido que este sueño se haga realidad. Por la general en una reunión casi todo el mundo quiere tomar la palabra y decir algo, por eso mismo hay que tener paciencia y saber escuchar. La decisión ha sido que se quiere hacer una pequeña fiesta con los críos y amigos que han colaborado y cada padres se compromete a cotizar 500 fcfa = 0’75 € para organizar la fiesta. La fecha que se ha dado para dar este dinero es el domingo 19 y ese día se verá la cantidad cotizada y se decidirá cuando se hace.

Hoy jueves tenía la celebración de acción de gracias a Dios por la cosecha en un pueblo a 7 km de casa. Había oído que allí iban a celebrar el baile tradicional de la fiesta de la luna nueva, pero como nadie me había dicho nada he ido temprano. Todo el pueblo estaba en la agitación, así que me han dicho que no se podía hacer lo que estaba previsto. Es inútil enfadarse y hay que tomar las cosas como vienen, así que he visitado a varias personas y celebrado un poco la fiesta. La gente venía y les ofrecían cerveza de mijo desde el punto de la mañana, menos mal que me conocen y en vez de la cerveza me han ofrecido un té y luego hemos comido juntos. Hacia el mediodía he ido a ver el baile tradicional. Bueno hay que decir que según la tradición este baile solo se hacía en un pueblo y un día, pero desde hace varios años está degenerando y se hace en varios pueblos a los largo de más de una semana. Imaginaros al mediodía bajo un sol de justicia, y gracias a Dios que estamos en la estación fresca y no hace demasiado calor, un gentío enorme. Se habían creado círculos de gente y en medio estaban algunos hombres con lanzas en la mano y una indumentaria particular, que bailaban al son de los tambores y de las maracas.

He estado viéndolos un rato y luego me he dado una vuelta para ver cómo estaba la gente antes de volverme a casa. Había muchísimos puestos de venta de cerveza de mijo y de aguardiente de mijo, y a pesar de ser solo el mediodía, he encontrado a unos cuantos traspuestos a causa del alcohol. Es una pena pero para muchos se ha convertido en una ocasión más de borrachera y de desmelene. Esta noche escuchando las noticias de la radio rural de Gaya me ha sorprendido porque el periodista informaba de la fiesta y de la desviación grande que esta está tomando con tanta bebida y con tantos borrachos que no saben lo que hacen.

Sin duda que es bueno el conservar las tradiciones, pero cuando estas tradiciones degeneran y toman otro rumbo uno se pregunta qué hay que hacer.



Viernes 10 Diciembre 2010

El incendio de la sabana.

Hoy temprano he ido a otro pueblo en donde teníamos el retiro de adviento, y antes de llegar al pueblo he visto mucho humo y oía el ruido del fuego a lo lejos que avanzaba a causa del viento y de lo seco que está todo. Las hierbas son altas y se queman como si fuera gasolina. Mientras esperaba debajo del árbol a que la gente viniera al retiro, oía el ruido del fuego que devoraba las hierbas cada vez más cerca del pueblo. He ido hacia el lugar por donde se veía avanzar el fuego y había gente preparada con ramas y con algún cubo de agua para apagar el fuego. Yo también he cortado una rama y he echado una mano apagando el fuego. Menos mal que el sendero por donde pasan las bicis ha hecho de cortafuegos pues las casas estaban a unos metros. Pero el viento ha llevado el fuego hacia otro lado en donde había también casas. Allí hemos ido y entre todos hemos logrado que ninguna se quemara. La gente lo ha agradecido y me he regresado para hacer el retiro.

A media mañana de nuevo se oía el ruido del fuego quemando las hierbas por otro lado y luego hemos oído gritos un poco lejos. Cuando hemos acabado el retiro nos hemos enterado que los gritos eran a causa de una casa que se había quemado. Daros cuenta que los techos son de paja y las casas suelen estar rodeadas de unos muros hechos con paja trenzada, así que si llega el fuego eso arde rápidamente. La gente no ha logrado apagar el fuego y esta vez solo una casa se ha quemado. Había algunas ropas y una manta quemada encima del muro calcinado y mirando dentro de la casa tampoco se veía que hubiera habido demasiadas pérdidas. Era la casa de un hombre mayor y este estaba muy tranquilo, dentro de la desgracia podía haber sido peor. De hecho, el año pasado una pareja joven lo perdieron todo con el incendio: ropas, bici, mijo, libros… daba pena ver las cenizas y todo quemado.

Decía que el fuego arde desde ayer por la noche. Nadie sabe quien lo ha prendido, pero a veces lo hacen justo para cazar algunos ratones de campo y poco más.



Sábado 18 Diciembre 2010

Saber dar gracias.

Esta semana ha sido de nuevo larga pues comencé el martes con la fiesta de la cosecha en la parroquia de Domo y he estado todos los días de un sitio para otro sin parar hasta esta tarde. Después de los retiros hemos continuado visitando los pueblos pero esta vez para dar gracias a Dios por la cosecha. Es cierto que aún hay bastante gente que está cosechando el arroz, pero el resto de los productos que cultivan: mijo, sorgo, cacahuetes, alubias, sésamo… ya han sido recogidos hace unas semanas.

Cada comunidad o varios pueblos juntos se organizan, cada uno de un modo distinto. Yo suelo llegar por la mañana, no muy temprano pues sé que la gente no tiene prisa, y visito a algunos mientras los otros no llegan. Suele ser a eso las 11 que empezamos la misa de acción de gracias por la cosecha. Es una misa normal pero celebrada de un modo un poco distinto, aquí tenemos libertad en ese sentido. Después del saludo del inicio uno, entre las personas mayores, suele explicar el sentido de este día y lo que vamos a celebrar, haciendo relación a lo que en el pasado también se hacía. Después escuchamos la palabra de Dios y yo intento explicarla relacionándola con lo que estamos celebrando. Insisto sobre la idea de saber dar gracias y como dice un texto de san Pablo: “quien recibe poco da poco y quien mucho recibe da mucho, lo importante es dar con alegría” (1Co 9,6-7). Hay un proverbio musey que repito en cada pueblo y que se traduce más o menos así: “incluso si muere tu padre, ¿vas a dejar de rezar y de dar gracias a Dios?”. Este proverbio nos habla que incluso en la desgracia y ante el dolor, uno no puede dar la espalda a Dios, hay que seguir suplicando y agradeciéndole siempre. Cito este proverbio que la gente capta rápidamente pues este año en algunos sitios la cosecha no ha sido excepcional y todos están de acuerdo con estas palabras de la sabiduría popular.

Después de la homilía, tranquila y dialogada, una persona, en nombre de todos, hace una oración de petición de perdón por todo el mal que hacemos derrochando lo que Dios nos da gracias a la tierra. A continuación hay una oración de bendición del agua muy bonita, ya que es gracias a ella que aquí se cultiva y se vive, seguida de la aspersión sobre todos como signo de paz y perdón. Después de este momento se invita a venir y ofrecer lo que cada uno ha traído. Es un momento alegre aunque se haga con mucho ruido y un poco de desorden. En algunos sitios vienen bailando trayendo lo que ofrecen sobre sus cabezas, otros hacen sus gritos de alegría y ánimo. Cuando todos han ofrecido lo que habían preparado nos sentamos y dejamos un momento largo para las oraciones espontáneas. En algunas comunidades son muchos los que participan y presentan su vida con sinceridad.

Y ya después seguimos con la eucaristía: ofertorio, consagración… Después de la comunión tenemos costumbre de hacer una oración de acción de gracias, suelo invitar siempre a una mujer a hacerla en nombre de todos. Y al final de la misa, aprovechando que hay mucha gente reunida y que no tenemos prisa aprovecho para hablar de algunas cosas que conciernen a todos. Esta vez, en todas las comunidades, invito al comité que gestiona el granero comunitario que haga el balance de la gestión. En 2 comunidades ha habido tensión porque las cosas no estaban claras, pero esto sirve para que se den cuenta de la importancia de hacer bien el trabajo, con seriedad, honestidad y claridad.

En la mayoría de las comunidades después de la celebración suele haber un momento de fiesta y una comida todos juntos. Cada sitio se organiza a su manera, unos cotizan algo y así se prepara la comida, otros hacen cada uno la comida en su casa y traen una bandeja con arroz y la salsa. Es un momento muy bonito y alegre, un momento que hace comunidad. Y después de comer enseguida los más jóvenes se ponen a cantar y a tocar el tambor, y las mujeres y las chicas a bailar. Sin duda que es un modo hermoso de terminar el día dando gracias a Dios.

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