martes, 5 de abril de 2011

Ecos de la sabana (11)

Lunes 18 enero 2010
Ejemplos de integridad y de trabajo.
Michel es un viejo amigo, un cristiano de los que son un ejemplo de vida y de compromiso y por eso mismo respetado por todos. De hecho ya hace unos años lo nombraron jefe del pueblo, y él no quería aceptar por miedo a no hacerlo bien y a no ser un ejemplo para los otros. Aquí hay un proverbio que dice que la cabra come allí en donde está atada; es decir que es normal que uno se aproveche de su situación y de su trabajo, y por eso cuánto dinero es malgastado, o se pierde no se sabe dónde. Nosotros lo animamos mucho y le dijimos que esta podía ser una posibilidad de mostrar su integridad y de mostrar su fe. Después del consejo de muchas personas aceptó. Lo está haciendo muy bien y la gente está contenta de su trabajo, su único problema es que tiene cada vez una sordera más grande y le cuesta entender cuando se habla.
Aquí no es fácil saber la edad de la gente pues casi ninguno ha sido inscrito en el registro después de nacer, así que se dice nacido “hacia”. Michel debe tener al menos 65 años y es un trabajador incansable. El día que fui a visitarlo no lo encontré en casa pues estaba recogiendo la cosecha en el campo, cosa que sus hijos pueden hacer sin ningún problema. Pero me decían que se nota el paso de los años y su trabajo sin parar, y que últimamente estaba a menudo enfermo. Ayer cuando llegué por la tarde de la misa me enteré que lo habían traído al hospital pues llevaba más de una semana con muchos vómitos y muy cansado. Fui enseguida a visitarlo y de veras se le veía cansado. Os decía en otro eco a propósito del hospital, la situación desastrosa en la que este se encuentra: suciedad por todos los sitios, falta de profesionalidad, poca atención hacia los enfermos, precios desorbitados para curarse de cualquier enfermedad… al ver cómo estaba le dije a su hijo que se viniera conmigo para darle una mosquitera y que pudiera poner en su cama pues los mosquitos se les veía en bandadas, como las palomas en vuestras plazas.
Esta tarde he estado de nuevo a visitarlo y se le veía un poquico mejor aunque todavía muy cansado. Le tenían que hacer una ecografía, pero como encienden el grupo electrógeno solo a la noche ahí estaba esperando a que llegara la luz. Yo pensaba en nuestros hospitales y en todas las atenciones y cuidados que uno recibe desde que llega, a pesar de que muchos se quejan y protestan. Esperando a que la luz llegara estábamos cerca de la zona en donde hay 2 habitaciones para los recién operados. Se oían lamentos de dolor y a uno se le pone el corazón en un puño. La gente soporta pues no conoce otra cosa y porque no pueden hacer nada más pero yo pensaba que la mayoría de los perros y animales de nuestro país son cuidados con más mimo y atención que todos estos enfermos faltos de todo. De vuelta a casa comentaba con los compañeros las condiciones infrahumanas de nuestros centros de salud y la poca voluntad de los que gobiernan para remediar la situación. Sigamos comprometiéndonos por crear mejores condiciones de vida y hacer el sufrimiento más llevadero.

Miércoles 20 enero 2010
No hay mal que por bien no venga.
Os decía que estamos en la época de frío o de frescura y hoy ha amanecido el día casi sin sol. El cielo estaba casi blanco como cuando nieva. No es que haya dejado de brillar el sol o hay nubes o haya nevado, sino que ha llegado el harmattan o las nubes cargadas de polvo del desierto que se convierten casi en una niebla que te impide ver lejos. Es la llamada calima de las Canarias.
De hecho el polvo casi se puede tocar y se posa dejando una capa espesa por todos los sitios. Menos mal que no somos maniáticos de la limpieza pero aquí a más de una le daría casi un patatus viendo este polvo presente por todos los sitios. La gente que viene andando o en bici después de unos kilómetros llegan con el pelo casi blanco a causa de este polvillo que está por todos los sitios.
Tenemos frio y suciedad pero se dice que no hay mal que por bien no venga y la gente dice que si no llega el harmattan con fuerza no lloverá mucho y el año será malo, así que es bueno el que durante unos días, a veces unas semanas el cielo se cubra y el polvo invada todo. Por eso creo que hay que aceptar y alegrarse que durante un tiempo no veamos el brillo del sol y que nuestras cabezas se cubran de canas temporalmente, para que de aquí a unos meses nos visiten las lluvias abundantes que nos traen la vida

Viernes 22 enero 2010
Acabando el día sin prisas y tripa arriba.
El miércoles comencé otra semana de formación con los catequistas que como os decía van a vivir 3 meses en este centro de formación sencillo sin casi ninguna estructura y pocos medios, pero muchas ganas y voluntad. El lunes y el martes de cada semana el joven encargado o director, pues aquí los títulos son muy apreciados, se ocupa de la alfabetización de las mujeres en musey, para que puedan aprender a leer y escribir en su idioma; mientras que con los maridos lo hace en francés ya que no tienen un nivel muy elevado y les viene bien retomar ciertos conocimientos nunca adquiridos u olvidados.
Estos días son días bastantes llenos pues por la mañana tenemos 4 horas de clase y por la tarde 2, más luego momentos de oración juntos al amanecer y al atardecer, casi como los scouts, y también cada tarde un rato de trabajo manual. Pero son días muy bonitos y para mí, casi más importante que el contenido de la formación que imparto, es muy importante la convivencia y el compartir todo durante estos días que es hermoso: oración, formación, comida, trabajo, descanso….
El tema sobre el que estoy hablando es “desde la iglesia universal a la iglesia particular de Pala” (nuestra diócesis). Y hasta ahora está resultando muy interesante y participativo. Pero uno de los momentos que más me gusta es el de la cena y el rato de charla y velada que pasamos luego. Hoy la cena era arroz cocido con una salsa muy buena de sésamo o ajonjolí, para chuparse los dedos (es un decir pues aquí se come con las manos y hay que chupárselos por fuerza). Al rato mientras charlábamos han traído otra perola de arroz con una salsa fruto de la caza de esta mañana: 2 ratas de campo y un lagarto. Y de nuevo hemos metido nuestros dedos en la misma perola; me han ofrecido una de las ratas como signo de respeto y acogida, pero he preferido un trozo de lagarto que por cierto está muy bueno y así todos contentos, ellos y yo.
Uno de los lugares importantes de las casas son una especie de bancos o camas, llamados “layna”, hechos con troncos en donde nos sentamos para comer y en donde uno se puede echar para dormir, creo que lo veréis en alguna foto. Después de la cena es el momento de hablar de diferentes cosillas, de escuchar, de aprender mucho y de disfrutar de la compañía de esta gente. Y no veáis qué a gusto se está sobre estos “layna”. Muchas veces el cansancio de la jornada hace que más de uno desconecte y se quede dormido mientras los otros hablan. Pero yo pienso en lo enriquecedor, que es para ellos y para mí, disponer de este tiempo, de no tener la tele que focaliza nuestra atención y de poder concluir la jornada en la serenidad y tan a gusto. Sin duda que a veces este momento gratuito es más útil que la formación de todo el día. Por eso os decía antes que estos días son intensos pero aún así sabemos vivirlos y acabarlos sin prisas y tripa arriba sobre el “layna”.

Domingo 24 enero 2010
El cielo en África está más cerca de la tierra.
Estos días con los catequistas terminaban siempre con la tertulia de la noche echados sobre los “layna” y de verdad que os puedo decir que es una gozada el mirar el cielo y las estrellas. Todo un espectáculo. Como no hay ninguna luz ni ninguna farola que contamine el cielo, se contempla todo con gran nitidez y se ven las estrellas, vía láctea y todo lo que está ahí arriba muy bien. Yo, desgraciadamente, no conozco el nombre de las estrellas, pero os aseguro que uno disfruta mirando hacia arriba. Hasta se ven pasar los satélites de comunicación como pequeños puntos luminosos que recorren el firmamento en una carrera sin fin. Es rara la noche que no se ve alguna estrella fugaz pasar dejando su estela luminosa y su deseo detrás de ella.
Sin duda que estas son las riquezas de la gente sencilla, el poder gozar de la hermosura de la creación cada día y sin tener que pagar nada a cambio. Y viendo esto me pregunto si el cielo aquí no estará más cerca de la tierra que en otros sitios.

Martes 26 enero 2010
Solidaridad en el día a día.
Ahora estamos en la temporada del frío como ya os decía, aunque también os comentaba que todo es relativo. A partir de media noche y hasta eso de las 9 apetece una chaqueta pues hace fresco. Este también es el tiempo de los incendios en las casas. Como hace frio encienden fuego o un brasero pero entre la paja del techo o la madera más de una casa se queda hecha cenizas. Y claro cuando una casa se quema es prácticamente todo que se pierde: casa, ropas, utensilios de cocina, comida… Da pena ver cómo en unos minutos todo desaparece y no se puede hacer casi nada pues entre la madera del techo, la paja, los troncos de los “layna”, todo es muy inflamable.
Ayer me encontré con un grupo de vecinas al caer la tarde y les pregunté a donde iban, eso es muy normal ya que uno no se puede mover sin que la gente sepa a dónde vas. Me respondieron que iban a casa de otra mujer que la semana pasada había tenido un incendio en su casa y lo había perdido casi todo. Me dio pena por las pérdidas pero al mismo tiempo me alegré de ver cómo la solidaridad se puede vivir desde pequeñas acciones y pequeños gestos que no cambian el mundo pero hacen que la vida de ciertas personas sea menos dura.
He oído por la radio toda la destrucción y muerte que ha dejado el terremoto a su paso por la capital de Haití, no he visto imágenes pero sin duda que deben ser terribles, aunque alguien me decía que ya no impactan pues estamos acostumbrados a eso casi todos los días. También estoy al corriente de todos los esfuerzos de compartir solidarios para echar una mano a las víctimas de este desastre. Incluso nuestro superior de Roma parece que ha escrito una carta a nosotros invitándonos a no permanecer indiferentes ante el sufrimiento de tanta gente y a tener gestos concretos de solidaridad y de compartir. Pienso que lo que estas mujeres hicieron ayer es el ejemplo claro de cómo la solidaridad, si bien no puede dar solución a todos los problemas, nos ayuda a no permanecer indiferentes ante lo que ocurre a nuestro alrededor. Es la solidaridad en el día a día que hace milagros.

Viernes 29 enero 2010
La reunión fuerza de la comunidad.
Creo que ya he comentado otras veces que la palabra parroquia no significa lo mismo para nosotros y para vosotros. Aquí la parroquia está formada por muchos pueblos, alrededor de 25, que distan a veces hasta 12 y 15 km del lugar elegido como centro geográfico. Cada pueblo nosotros lo llamamos también una Comunidad Eclesial de Base (CEBs) y en cada comunidad ellos eligen una persona para animar la comunidad en todas sus actividades y los momentos de oración.
Hoy he tenido una reunión con los animadores de las comunidades cristianas de cada pueblo. Han venido 18 y faltaban unos cuantos. La reunión suele comenzar a eso de las 9 y se acaba cuando Dios quiere, es un decir, por lo general es a eso de las 2. Lo primero ha sido hacer una vuelta de la mesa para ver si en cada pueblo los cristianos se juntan para hacer la reunión de la comunidad. En principio cada semana los animadores deberían ayudar a los demás bautizados a reunirse una tarde en torno al Evangelio y desde allí también ver las distintas cosillas que ellos viven en sus pueblos. Digo en principio pues la mayoría de ellos decían que en sus pueblos no se están reuniendo a causa del trabajo del campo y de mil y una razones. Todos hemos visto que allí en donde los cristianos se juntan hay siempre una comunidad viva en donde se ven cosas muy bonitas. Suelen tener siempre una caja de ayuda por si alguno tiene alguna emergencia o desgracia. También se suelen organizar para cultivar un campo juntos y así ser un poco independientes. Algunos han llegado a construir pequeñas capillas con ladrillos cocidos y uralita en el techo, que sirve como lugar de oración y de encuentro.
Es cierto que muchas veces son las mismas personas las que llevan el peso de la comunidad y eso a veces cansa, pero gracias a Dios que hay siempre generosa que dedica parte de su tiempo y de sus energías para echar una mano y organizar la comunidad. Está claro que son ellos los que hacen el trabajo, los que anuncian el Evangelio a la base y los que hacen que la comunidad sea dinámica. Nuestro trabajo es de acompañarlos, animarlos, empujarlos, formarlos, haciéndoles ver que no están solos y que para eso estamos aquí. También hacerles ver la importancia de crear comunidades vivas en donde los cristianos se convierten en signos claros de la Buena Noticia. Por eso os decía que la reunión de los Cebs es la fuerza de la comunidad y es lo que dinamiza la parroquia. Quizás también en España esta podría ser una revitalización de nuestras parroquias y de nuestras comunidades. Ánimo y manos a la obra.

Ángel

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