martes, 5 de abril de 2011

Ecos de la sabana (10)

Miércoles 6 enero 2010
“Dios, tu eres mi Dios por ti madrugo”
Aquí ya llevamos varias semanas con el frio que nos acompaña al atardecer hasta que sale el sol y comienza a brillar con fuerza a eso de las 8 de la mañana. Claro que me diréis que esto no es frío, ni casi tampoco se puede llamar fresco, en comparación con el tiempo que estáis teniendo por España.
Nosotros estamos justo por encima del trópico, es decir, no muy lejos del ecuador y esto hace que haya poca variación entre los días. Cuando llegué a eso de las 5’30 amanecía y por eso mismo la vida comenzaba a pulular. Ahora amanece a eso de las 6 y a pesar del fresco la vida reaparece con fuerza.
Cada mañana se celebra la misa al despuntar el día a las 6’00, y así se da la posibilidad a los que tienen que trabajar o ir a la escuela de llegar a tiempo a sus respectivos lugares. Me sorprende de ver que un buen número de personas son fieles y es raro el día que faltan a la cita. Es gracioso ver a un chiquillo, de unos 6 o 7 años, que se suele sentar siempre en la primera fila y está como un clavo casi todos los días. Además no siempre entiende pues celebramos 3 días en musey, el idioma mayoritario, y 2 días en francés, aunque uno de ellos con las lecturas y los cantos en ngambay, otro idioma también bastante hablado en el pueblo o en la ciudad, como se quiera ver.
La gente no tiene problemas para madrugar, es cierto que tampoco se trasnocha mucho. Y poco a poco yo también me voy acostumbrando a levantarme aún de noche para prepararme a la eucaristía. Por eso me acuerdo de este versículo del salmo 62 que dice “Dios tu eres mi Dios por ti madrugo”, y recuerdo a Mario a quien tanto le gusta repetirlo.
Que ni el frio, ni el calor nos impidan dirigir cada mañana nuestra mirada y pensamiento hacia Aquel que tanto nos quiere y tanto se preocupa de nosotros.

Viernes 8 enero 2010
Ni estrés ni problemas cardiacos.
Hasta ahora la gente estaba muy atareada con la recogida de los productos del campo: mijo, arroz, cacahuetes, sésamo, alubias… Es cierto que es un trabajo duro ya que todo se hace a mano, la siega e incluso el transporte a casa sobre la cabeza o en la bici o para los que tienen carreta con la carreta. Pero una vez estos trabajos concluidos se puede decir que la gente tiene el tiempo para arreglar las casas, hacer los adobes, cortar la paja que servirá para el techo de las casas, hacer las esterillas en paja trenzada que sirven de muros que limitan las casas, etc.
Estos días cuando paso por los pueblos y delante de sus casas veo a mucha gente adulta sentados o echados al sol por la mañana calentándose del frío como las lagartijas, o a la sombra de los arboles al medio día protegiéndose del sol y del calor. Pienso que será muy raro que alguno de estos que descansan tan tranquilos, sin agobios ni prisas, pueda sufrir un ataque cardiaco o tenga problemas de estrés por el ritmo enloquecido que llevan.
Hay que decir que aquí tenemos otras enfermedades que en los países del norte no se conocen como la malaria u otras relacionadas con la pobreza y la precariedad de la vida. Pero estad seguros que de estrés ni depresión casi ninguno será hospitalizado.
Por otro lado me pregunto si durante este tiempo no ven la posibilidad de mejorar sus casas, de hacer pequeños huertos para el consumo y la venta, o de buscar otras alternativas. A veces uno se acostumbra a lo que tiene y tampoco aspira a más, ni se rompe la cabeza en buscar algo mejor, otras alternativas de futuro. Es quizás uno de los grandes desafíos de estos países del sur; el crear esta voluntad y estas ganas de mejorar, de vivir sin tantas dificultades, sin la necesidad de sobrevivir día tras día, de aspirar a algo mejor. Creo que es posible aún sin producirles ni estrés ni problemas cardiacos.

Martes 12 enero 2010
Ngonira o un nacimiento atípico.
Hoy nos había invitado a la celebración de poner el nombre de 2 gemelos, hijos de un cristiano, y aunque la hora de invitación eran las 8 de la mañana, hemos llegado un pelín tarde a eso de las 11, pero aun estaban en los discursos de las personas invitadas y hemos podido participar al resto de la oración y de la fiesta.
Uno lo han llamado Simeon Slibona y el otro Rafael Fasiya. Y es muy bonito saber que estos nombres tienen un significado y ha sido el padre quien ha explicado el porqué de estos 2 nombres. Slibona significa literalmente “tomado en la mano”, y el sentido del nombre es que es Dios quien le ha dado su hijo y la familia lo ha tomado en sus manos, lo han recibido con alegría; mientras que Fasiya significa “cógelos o encuéntralos” y el sentido que el padre ha dado es parecido, Dios les ha entregado estos hijos y ellos los cogen y los acogen con alegría.
Aquí todos los nombres, que en realidad son nuestros apellidos, tienen un significado y es bonito el escuchar el porqué los llaman de un modo u otro. Muchas veces es un modo de dar gracias a Dios, o una bendición y un deseo que hacen al recién nacido, o por el contrario hay nombres que hablan de sufrimiento y de dolor, si el niño ha nacido en un mal momento. Pero hoy era algo distinto pues se trataba de un par de gemelos aquí llamados Ngonira. Ngonira es un nacimiento especial o anormal. Para una mujer es tener 2 hijos al mismo tiempo, también para una vaca o yegua es el tener 2 crías a la vez, pero para una perra es el tener 1 solo cachorro también es Ngonira. Disculpadme, por la comparación, pues no quiero decir que sea lo mismo una vaca o un perro y un ser humano, pero es para que entendáis su modo de comprender Ngonira.
En la tradición de aquí, cuando una mujer tiene gemelos, los padres tienen que acompañar a estos gemelos con muchos ritos durante toda la vida. Incluso si la mujer se da cuenta que su embarazo es gemelar no se lo dice a nadie pues las parteras tienen miedo y nadie le ayudaría en el parto. De hecho hace unos años me tocó ayudar en un parto de gemelos de una vecina pues estaban solos y el marido vino a llamarme después de que el primero nació viendo que había un segundo que llegaba, para que les echara una mano... Según la tradición los padres debían pasar más de una semana sin poderse lavar, ni podían realizar una vida normal pues había que enseñarles a hacer todo de nuevo como si ellos también acabaran de nacer.
Cuando la familia se organiza y decida una fecha, se hace una gran fiesta para expulsar el mal o la suciedad que este nacimiento ha ocasionado. El día de la fiesta el padre, con los gemelos y todo el mundo van a un descampado en busca de un árbol llamado golomgolomba (árbol que produce muchos frutos, signo de fertilidad como los gemelos y de suavidad-dulzura como ellos). Allí esperan a que los gemelos hagan algún signo o gesto; como abrir los ojos, menear los brazos.... Si hacen algo se cortan 2 ramas y se regresa a casa con ellas. Con esas 2 ramas se harán 2 taburetes para los gemelos, signo de que son jefes pues el jefe se sentaba en el taburete y los demás por tierra. La madre a partir de ese día ya no puede cortar la leña de ese árbol para cocinar.
De regreso a casa se matan los animales para la fiesta, la familia de la madre matan 2 cabras y 1 pierna es ofrecida a los gemelos, la familia del padre mata 1 carnero y ofrecen 1 pierna también a los gemelos. Con estas 2 piernas se prepara la comida del sacrificio. A los animales no se les corta el cuello sino que se estrangulan retorciéndoles el cuello; pues dicen que a los gemelos no les gusta la violencia ni la sangre. Todos los invitados a la fiesta deben traer algo para los gemelos.
Después de la fiesta los invitados cuando se vuelven a sus casas no pueden pasar bajo el árbol donde se hizo la purificación, sino tendrán también gemelos. El rito de purificación se hace aunque 1 o incluso los 2 niños mueran en el parto o después. Si los 2 mueren el rito y la fiesta se hará cuando nazca el siguiente hijo. Si muere 1 solo no se puede llorar su muerte pues dicen que son muy sensibles y si el otro oye los lloros morirá.
Después del nacimiento el padre compra una oveja blanca y es la oveja de los gemelos, sus crías sólo se pueden matar para los sacrificios de ellos. Los gemelos tienen ritos que deben hacer durante toda la vida; por ejemplo cuando un gemelo se casa antes de acostarse con su mujer debe sacrificar una de sus ovejas o carneros blancos.
De pequeños son especiales y no se les puede contrariar ni pegar pues de lo contrario pueden provocar enfermedades o incluso la muerte, hay que decirles las cosas con dulzura y atención, tratarlos con mimo.
Disculpad que me haya enrollado pero para uno que no conoce esta cultura nos parece todo muy extraño. Hoy durante la oración que han hecho para ponerles el nombre, varios decían que nosotros los cristianos no podemos vivir con el miedo que nuestros antepasados tenían ni podemos tampoco realizar todos esos ritos precisamente por miedo, ya que si creemos en Jesús sabemos que nada nos puede ocurrir, y no tenemos que vivir en el miedo. Después de la oración se ha plantado una cruz en el centro del patio de la casa para hacer presente que es una familia cristiana y se ha bailado un buen rato con muchas ganas a pesar del sol tremendo que hacía.
Una cosa bonita es que todos los que participan a estas fiestas colaboran y ayudan a la familia con algo de mijo, o algún jabón o dinero. Hay que echar una mano para que la fiesta no sea otra carga que recae sobre la familia, y así colaborar todos un poco. Después hemos compartido la comida y la bebida que no puede faltar en ninguna fiesta y que hace que la alegría aumente, pues aquí decir que la fiesta ha sido bonita es lo casi lo mismo que decir “nos hemos saciado de veras”.
Sin duda que también la palabra de Jesús está ayudando a liberarse un poco de ciertas tradiciones que hacen todavía más difícil la vida de esta gente. Y que este nacimiento atípico pueda convertirse en un nacimiento alegre.


Miércoles 13 enero 2010
El saber no ocupa lugar pero si pide un esfuerzo
Hoy ha dado comienzo el centro de formación de catequistas de la parroquia de Domo. Durante 3 meses 5 familias de la parroquia de Domo y de Gunu Gaya van a vivir juntas y recibir una formación que les ayude a crecer en la fe y a recibir habilidades nuevas.
Las comunidades se encargan de construir las chozas de adobe y paja para que estas familias residan y también de ayudarles con un saco de mijo para los 3 meses de formación. Llevamos varios meses hablando de esto pero hoy todavía las casas no están terminadas, casi todas están construidas pero sin techo de paja. La semana pasada vinieron de varios pueblos a trabajar para construirlas pero eran muy pocos y no lograron acabar. Es una de las grandes luchas de aquí el hacer que todos colaboren y sientan que la comunidad está en sus manos y les pertenece. Y eso que como os decía ahora es un periodo en el que no hay casi trabajo.
Construir una choza de adobe con el techo de paja no tiene mucho misterio, ni es algo costoso. Hay que hacer el barro y con un molde los adobes y cuando estos están secos levantar el muro. Por lo general las casas son redondas, así es más difícil que el agua se filtre por el techo de paja y estropee la casa. Después de levantar el muro de un poco más de 1’70, se construye el techo atando palos largos que hacen una estructura parecida a un sombrero y luego una vez esta estructura puesta sobre el muro se cubre con paja trenzada que se ata a los maderos para que el viento no se la lleve.
Como os decía, vinieron varios grupos a trabajar, pero es curioso que solo vinieron los que de verdad están ya comprometidos en la comunidad con distintos servicios. Es algo que a veces se hace pesado, el movilizar a la gente.
Este centro de formación humilde comenzó hace unos 10 años y en principio cada pareja sigue una formación que dura 2 años, 3 meses cada año. Se aprovecha de estos meses en donde ellos disponen de tiempo para impartir esta formación con temas variados: formación bíblica, enseñanza social de la Iglesia, Justicia y paz, Educación a la vida y al amor, Salud y Sida… También se aprovecha para hacer cursos de alfabetización en musey a las mujeres, ya que conocen muy poco leer y escribir y un poco en francés para sus maridos.
Aunque son pocos es bonito ver como la vida ha llegado a la parroquia, cada familia viene con los niños pequeños de menos de 7 años que no van a la escuela y este año son 11 chiquillos.
Decimos que el saber no ocupa lugar, y aquí muy a menudo nos dicen que la gente necesita ser formada. Esperemos que durante estos 3 meses la formación que van a recibir les ayude a crecer como personas y como cristianos, y descubran que ha valido la pena hacer el sacrificio de desplazarse de sus pueblos, dejar a sus familias e instalarse en estas chozas un poco improvisadas.

Ángel

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