Este fin de semana iremos al pueblo para
llevar a la abuela a casa. Habrán transcurrido tres meses desde que murió,
desde que se fue de viaje, dejándonos su sueño tranquilo. Vamos a despertarla y
llevarla a casa.
Bailaremos y volveremos a bailar, la vida
habrá vencido a la muerte.
Gils
da Douanla.
¿Cómo puede ser que actualmente muchas
minorías religiosas sufran discriminaciones o persecuciones?
¿Cómo permitimos
en esta sociedad tan civilizada que haya personas que sean perseguidas
simplemente por profesar públicamente su fe? No solo es inaceptable, es
inhumano, es una locura.
La libertad
religiosa no se limita a la libertad de culto, es decir a que puedan tener un
culto el día prescrito por sus libros sagrados, sino que nos hace valorar al
otro en su diferencia y reconocer en él a un verdadero hermano.
Como seres
humanos tenemos tantas cosas en común que podamos convivir acogiendo las
diferencias con la alegría de ser hermanos.
Y que una
pequeña diferencia, o una sustancial diferencia como es la religiosa, no opaque
la gran unidad de ser hermanos.
Elijamos el
camino de la fraternidad. Porque o somos hermanos, o perdemos todos.
Recemos para que
las personas que sufren discriminación y que sufren persecución religiosa
encuentren en las sociedades en las que viven el reconocimiento y la dignidad
que proviene de ser hermanos y hermanas.
Porque los niños son capaces de Dios, y lo son desde su más temprana edad. Desde esta capacidad de conocer y encontrar a Dios en sus vidas, nace otra capacidad intrínseca: los niños son capaces de la misión. Despertar el sentido misionero en los niños es primordial, ya que, desde que recibimos el bautismo, todos somos misioneros. La misión hace que crezca en los niños un espíritu de amor al prójimo, de generosidad, solidaridad y entrega que les acompañará para toda la vida.
Para
los que tenemos pasión por todo lo que ocurre en el continente africano hay personas
que han aportado mucho y que hay que saber recordar. Recuerdo que cuando
estudiaba la teología en Yaundé leí un libro de Albert Nolan, sacerdote dominico sudafricano, titulado “Dios en Sudáfrica”,
y me sorprendió de conocer como en ese país en pleno siglo XX había personas
que habían elaborado una teología que apoyaba el sistema de opresión racial que
todos conocemos como APARTHEID, que
tantas personas mató y que tanta violencia, odio y destrucción causó.
Precisamente
en esos años, el 11 de febrero 1990, fue
liberado Nelson Mandela de un terrible encarcelamiento que duró 27 años, y
una de las cosas que más sorprendió al mundo fue ver la serenidad que este
hombre tenía y el espíritu de conciliación con aquellos que habían sido sus
verdugos durante tantos años. Curiosamente 4 años más tarde, el 10 de mayo de 1994 fue elegido como primer presidente negro de
Sudáfrica.
Junto a
este gigante de la historia y de la construcción de Sudáfrica hay que citar a DESMOND TUTU nacido el 7 de octubre de
1931 y fallecido hace un par de semanas
al día siguiente de Navidad a la edad de 90 años. Es quizás menos conocido
que Mandela pero, aun así, nadie ignora a ese hombre con pelo blanco, una
sonrisa de oreja a oreja y su conocida sotana morada.
Desmond Tutu fue el primer
sudafricano negro en ser
elegido y ordenado como arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, y en 1984 fue laureado premio nobel de la Paz
por todo su compromiso en la lucha contra el sistema del apartheid, o de la segregación
racial que reinó en Sudáfrica durante 44 años, hasta 1992. Tutu no escatimó en
esfuerzos para solucionar y poner fin a este sistema de división y muerte. Y de
hecho Mandela, también laureado premio nobel de la Paz, junto al presidente Frederik
De Klerk en 1993, una vez elegido presidente llamó a Desmond Tutu para que
fuera presidente de la comisión llamada
“Verdad y Reconciliación” que tenía
como objetivo, no de vengar al que había sufrido una humillación-opresión, sino
de buscar la verdad y en segundo lugar
de promover la reconciliación entre víctimas y verdugos.
Fue él
quien acuñó un calificativo para definir a la nación de Sudáfrica, como la nación
arcoíris, mostrando la riqueza y la diversidad étnica de este país.
Sin duda
que Desmond Tutu ha sido una de las figuras más importantes de la historia del
siglo XX de Sudáfrica y de toda África. Quiero acabar este homenaje a este gran
hombre citando algunas de sus muchas frases que muestran su fuerza interior, su
convicción profunda y sus deseos de ver a todos los hombres de todos los
colores, ideologías, culturas… sentados alrededor de la misma mesa.
“El apartheid se ha asegurado de que los hijos
de Dios, solo por ser negros, sean
tratados como si fueran cosas, y no como si fueran de valor infinito
como si fueran creados a la imagen de Dios”.
“¿Cuándo
aprenderemos que los seres humanos son de un valor infinito porque han sido
creados a imagen de Dios, y que es una blasfemia tratarlos como si fueran menos
que esto y hacerlo en última instancia es un retroceso para aquellos que hacen
esto?”
“Trabajemos para ser pacificadores. Si
queremos la paz, nos han dicho, trabajemos por la justicia. Convirtamos
nuestras espadas en herramientas de arado”.
“Por el
amor de Dios, ¿escucharán los blancos lo que estamos tratando de decir? Por favor, todo lo que les pedimos que hagan es
reconocer que nosotros también somos humanos. Cuando nos arañas,
sangramos. Cuando nos haces cosquillas, nos reímos”.
“¡Seremos
libres!”, “¡Todos nosotros!”, “¡Blanco
y negro juntos!”
“En la
Comisión de la Verdad y la Reconciliación no se trata de lidiar con el pasado para decir fácilmente, que lo pasado,
pasado está, porque entonces no será pasado…Dicen que los que padecen
amnesia, los que olvidan el pasado, están condenados a repetirlo”.
“Cuando los misioneros llegaron a África,
tenían la Biblia y nosotros la tierra. Dijeron ‘Oremos’. Cerramos los ojos. Cuando los
abrimos, teníamos la Biblia y ellos tenían la tierra”.
“Si eres neutral en situaciones de injusticia,
has elegido el lado del opresor. Si un elefante tiene su pie en la cola de un
ratón y usted dice que es neutral, el
ratón no apreciará su neutralidad“.
“Me he preparado para mi muerte y he dejado
claro que no deseo que me mantengan con vida a toda costa. Espero
que me traten con compasión y me permitan pasar a la siguiente fase del viaje
de la vida de la manera que yo elija”.
