Viernes 16 Octubre 09
La cruz en el patio de la casa
Hablaros de cómo son las casas aquí puede resultaros quizás un poco extraño, pero en realidad son muy distintas de las que hay en España. Una familia no vive ni tiene una sola casa, sino que su casa está compuesta de varias chozas o habitaciones redondas, la mayoría en adobes de barro con el techo de paja. El padre suele tener una choza, la madre 2, una es su habitación y la de los hijos pequeños y la otra la cocina; y si hay hijos varones grandes también tienen su choza. Esto hace que las chozas formen a menudo un círculo dejando un espacio abierto en medio como si fuera un gran patio interior.
Ayer Marcel nos invitó a su casa, antes de que Fernando se marche, para cenar y charlar un rato con él y con toda su familia. Fuimos a ver su campo ya que este es un gran trabajador y le gusta hacer semilleros de árboles y también cultiva muchas hortalizas para ganarse un dinerillo. Son iniciativas que hay que empujar y animar pues es un modo de salir de la pobreza y de no depender de un solo producto del campo.
Normalmente el hombre aquí no suele hablar mucho con su mujer. En la tradición eso no se suele hacer. Es el hombre solo quien decide y quien manda. Por eso no es normal encontrar una pareja que hable y discuta de lo que están haciendo, del trabajo, de los hijos y de los proyectos de futuro. Son tradiciones muy arraigadas y presentes en ellos, pero sin duda que hay que intentar ayudarles a no quedarse en donde están, y darse cuenta que ciertas cosas no se pueden dejar intactas sino que hay que modificar.
Marcel y su esposa Marceline han participado en varias reuniones de formación para las parejas y las familias organizadas a nivel de la parroquia y de la diócesis, y nos dicen que desde entonces las cosas han cambiado en su familia. Han descubierto lo importante que es el hablar entre ellos, el trabajar juntos, el educar sus hijos juntos y pensar en proyectos de futuro en común.
Cuando en España y en el mundo desarrollado se habla de progreso y desarrollo, a menudo pensamos en los proyectos de construcciones, de agua, de electricidad, etc en las ayudas que damos y que pueden cambiar la vida de la gente. Me parece que lo que he vivido en casa de Marcel y Marceline puede ser una fuerza de desarrollo y un motivo de esperanza y de progreso. Es cierto que no se ha construido nada enorme, ni se ha invertido mucho dinero, pero creo que es algo que si continua así puede cambiar sus vidas y la de toda su familia y dar mejor calidad de vida.
Después de cenar y antes de marcharnos Marcel ha querido que hiciéramos un rato de oración en el patio de su casa con toda su familia. Había hecho una gran cruz en madera y quería que la bendijéramos para plantarla en el centro de su patio y así poder convertir su hogar en un lugar en donde se busca vivir el Evangelio de Jesús. Todos hemos rezado un poco, incluso Marceline, y hemos pedido que esta familia pueda vivir en armonía, sea un ejemplo para los otros y que la cruz les traiga la paz y la bendición de Dios.
Sábado 17 Octubre 09
El encanto de la naturaleza y la dureza de la vida.
En la zona de Domo, la otra parroquia en donde trabajo, hay un lago grande llamado Dumba. Es un paisaje nuevo y distinto de lo que conocía pues es el único en esta región. En medio de la llanura que se pierde en el horizonte es muy bonito encontrar esta zona con tanta agua, con mucha hierba verde, con pájaros de todo tipo revoloteando, con patos que sobrevuelan muy bajo y hasta con hipopótamos. Es casi como uno de los documentales de la 2 que solemos ver después de comer y que ayudan a hacer la digestión y la siesta, pero yo tengo la suerte de verlo en directo y no echado en el sofá.
Como el lago ahora está lleno de agua después de las lluvias, hay caminos o senderos que están inundados y que no se pueden recorrer andando. Ayer fui a Fege con Fernando y Richard para conocer el lugar y darme cuenta un poco de esa zona. Son 8 pueblos que están al otro lado del lago y que forman parte de esta parroquia de Domo. Ellos se reúnen cada 15 días para celebrar la eucaristía el domingo y de vez en cuando para alguna reunión. Es por eso que allí se construyó una pequeña sala, más bien bastante cutre, pues fue la primera que se hacía, y hace poco se construyó una área de oración muy bonita para la celebración de los domingos.
Está a unos 13 km de Domo, pero para llegar hay que atravesar el lago y ahora solo se puede hacer con una piragua. Se cargan las bicis y lo que uno lleva en la piragua y uno se deja llevar a la otra orilla, aunque con un poco de miedo pues el agua llega casi al borde de la piragua. Ya veréis una foto de la orilla. El chaval que la conduce nos muestra los excrementos del hipopótamo y dice que hay 2 o 3 hipopótamos que andan merodeando desde hace ya unas semanas por esa zona. Claro está que la gente tiene miedo pues hace un mes un hombre fue matado por un hipopótamo no muy lejos de allí, probablemente una hembra recién parida que cuida con mucho celo de su cría. El chaval de la piragua nos dice que nos espera para regresar pero que no lo hagamos muy tarde ya que a partir de las 6 ya es de noche y hacia las 5 ya no cruza por miedo a estos animales.
La gente tiene miedo pues no se puede bromear con la vida y encima o dentro de la piragua, en medio del lago uno se siente muy vulnerable y frágil.
Al regreso hubo un “fallo técnico” ya que se rompió la cadena de la bici y hemos tenido que caminar a pie unos 7 u 8 km. Así hemos podido comentar con Fernando bastantes cosas de aquí y nos hemos dado cuenta del esfuerzo que ellos hacen para venir a misa, a las reuniones, al centro de salud, al mercado… pues aquí el deporte nacional es la marcha a pie.
Al final del día, y después de la fatiga de la jornada uno cae a la cama y se duerme con la misma rapidez que en el sofá, después de comer, viendo los documentales de la 2.
Domingo 18 Octubre 09
1er Domund en Domo.
Después de unos años de ir de un sitio a otro en este mes del Domund y durante todo el año, para hablar sobre la misión y compartir mi experiencia misionera en Chad, heme aquí de nuevo en Domo celebrando este domingo mundial de la misión con los hermanos de Chad.
Hoy Jesús nos decía en el Evangelio “mi casa es una casa de oración para todos”, es decir que nadie está excluido, ni nadie tiene más derechos o privilegios que otros, pues Jesús es para todos. No excluye a nadie sino que invita, llama, incluye y quiere que todos los pueblos de la tierra formen parte de su familia. Es por esto que nosotros los misioneros dejamos nuestros padres, familia, amigos y país para ir a otro lugar, porque creemos en esta palabra. Jesús tiene un mensaje bueno, nuevo y único que ofrecernos.
En este domingo del Domund hemos despedido a Fernando en esta 2ª parroquia de Domo, mucho más grande en superficie y en número de pueblos. Al mismo tiempo el vicario general nos ha presentado a Richard y a mí ante la comunidad.
Esta vez Fernando también ha recibido regalos al final de la misa como signo de reconocimiento por su trabajo y su presencia aquí. Ofrecieron 2 cabras, 5 pollos, 2 patos y mucha alegría que ha acompañado toda la celebración. Había muchos motivos de alegría y por eso nadie se ha extrañado por el hecho que la misa durara 3 horas y media. Como conclusión Fernando ha dicho unas palabras de agradecimiento y ha dado un diploma a 12 catequistas que durante 2 años han hecho una formación de 3 meses cada año y que siguen trabajando en los distintos pueblos ayudando a los demás con lo que ellos han recibido. Son ellos los grandes misioneros y los artífices del anuncio del Evangelio, y en seguida uno se da cuenta de los pueblos en donde hay personas que se dedican y se entregan a ayudar a sus hermanos y a dar testimonio.
Son éstas personas los protagonistas de este día y los que debemos recordar y apoyar para que la misión continúe. Y esta es quizás nuestra tarea el acompañar estas comunidades, y descubrir las riquezas que muchos de ellos tienen, formarlos y animarlos para que no se queden con lo que han recibido.
Gracias también por las llamadas y los mails que he recibido de vosotros y que me dan ánimo y fuerza para seguir con mi tarea. Todos somos misioneros y gracias a todos continuamos el anuncio de Jesús.
Viernes 23 octubre 09
Ojalá sigan gritando “Señor si quieres puedes curarme”.
Ayer Donatien me informó que hoy había un encuentro de los disminuidos físicos de la zona aquí en la parroquia y me invitó a participar.
Donatien es un joven de unos 20 años que ahora va en un triciclo pero que se ha arrastrado durante años por el suelo como una serpiente. Cuando tenía unos 14 años sufrió una enfermedad que le dejó sin movimiento en las piernas y desde hace solo 3 años tiene un triciclo que le permite ir de un sitio a otro como una persona, sin arrastrarse. También fue reeducado durante varios meses para caminar con muletas un poco. Él es el presidente de la asociación de disminuidos físicos y esta mañana el recinto de la parroquia me recordaba alguna escena del evangelio en donde traían ante Jesús enfermos y paralíticos para que los curara. Unos venían con sus triciclos, 4 en total, otros arrastrándose por el suelo, otros cojeando, otros en bici a pesar de tener algún problema físico, incluso ha habido un joven que ha sido traído a hombros de su madre, que llevaba también al bebé en su espalda.
En total había 25 y lo primero que han hecho ha sido elegir el nuevo comité: un presidente con su vice, una tesorera con su vice, una secretaria con su vice, una persona encargada del protocolo con su vice y varios consejeros; ¡casi faltan personas para rellenar puestos! Esto aquí gusta mucho y así todos estaban contentos. Después han estado hablando de cómo animar y organizar la semana de los disminuidos físicos que se celebrará aquí del 2 al 7 de noviembre. Jean Baptiste, un fisioterapeuta contratado por la diócesis, vendrá toda la semana para hacer visitas por las mañanas a los enfermos y así poder hacer un diagnóstico de los que podrían ser operados, o recibir masajes, o ser reeducados , o incluso de los que podrían recibir un triciclo. Por las tardes habrá charlas, animación y algo de fiesta.
Son muchos los disminuidos físicos que uno encuentra por aquí debido a la poliomilitis, o porque les han puesto mal una inyección, o por roturas de huesos mal arregladas sin escayola sino según el método tradicional que a veces no es bien hecho. Hay muchos casos en los que parece que la familia se ha acostumbrado a verlos arrastrándose o postrados en un rincón, y es como si pasaran de ellos o no les preocupara. Antonio me dice que en estos años nuestra comunidad javeriana ha ayudado a bastantes a ir a Mundú (unos 250 Km) a un hospital en donde varias veces al año viene un grupo de médicos traumatólogos de Europa para operar y reeducar a los enfermos. Allí también se les puede conseguir un triciclo con más facilidad. La última ha sido Monique, que veréis en una foto con su triciclo recién estrenado, orgullosa y contenta de moverse así. Se lo entregaremos el domingo después de la misa. Normalmente se pide a la familia que se preocupe de buscar el dinero para la comida de esos días, que pueden ser meses de operación y reeducación. Nosotros solemos ayudar con el dinero para el viaje, gastos de hospital y un poco para el triciclo.
Me cuesta entender cómo a pesar de todo muchas familias no se mueven y hay que empujarlas y casi obligarlas e incluso amenazarlas.
El encuentro ha durado 3 horas y han decidido reunirse todos los viernes por la tarde para charlar entre ellos y ver iniciativas que puedan tomar. Me alegra descubrir que algunos no aceptan con resignación y fatalismo su límite, sino que siguen luchando para ponerse en pie y gritar como el paralítico gritó a Jesús: “Señor, si quieres puedes curarme”.
La cruz en el patio de la casa
Hablaros de cómo son las casas aquí puede resultaros quizás un poco extraño, pero en realidad son muy distintas de las que hay en España. Una familia no vive ni tiene una sola casa, sino que su casa está compuesta de varias chozas o habitaciones redondas, la mayoría en adobes de barro con el techo de paja. El padre suele tener una choza, la madre 2, una es su habitación y la de los hijos pequeños y la otra la cocina; y si hay hijos varones grandes también tienen su choza. Esto hace que las chozas formen a menudo un círculo dejando un espacio abierto en medio como si fuera un gran patio interior.
Ayer Marcel nos invitó a su casa, antes de que Fernando se marche, para cenar y charlar un rato con él y con toda su familia. Fuimos a ver su campo ya que este es un gran trabajador y le gusta hacer semilleros de árboles y también cultiva muchas hortalizas para ganarse un dinerillo. Son iniciativas que hay que empujar y animar pues es un modo de salir de la pobreza y de no depender de un solo producto del campo.
Normalmente el hombre aquí no suele hablar mucho con su mujer. En la tradición eso no se suele hacer. Es el hombre solo quien decide y quien manda. Por eso no es normal encontrar una pareja que hable y discuta de lo que están haciendo, del trabajo, de los hijos y de los proyectos de futuro. Son tradiciones muy arraigadas y presentes en ellos, pero sin duda que hay que intentar ayudarles a no quedarse en donde están, y darse cuenta que ciertas cosas no se pueden dejar intactas sino que hay que modificar.
Marcel y su esposa Marceline han participado en varias reuniones de formación para las parejas y las familias organizadas a nivel de la parroquia y de la diócesis, y nos dicen que desde entonces las cosas han cambiado en su familia. Han descubierto lo importante que es el hablar entre ellos, el trabajar juntos, el educar sus hijos juntos y pensar en proyectos de futuro en común.
Cuando en España y en el mundo desarrollado se habla de progreso y desarrollo, a menudo pensamos en los proyectos de construcciones, de agua, de electricidad, etc en las ayudas que damos y que pueden cambiar la vida de la gente. Me parece que lo que he vivido en casa de Marcel y Marceline puede ser una fuerza de desarrollo y un motivo de esperanza y de progreso. Es cierto que no se ha construido nada enorme, ni se ha invertido mucho dinero, pero creo que es algo que si continua así puede cambiar sus vidas y la de toda su familia y dar mejor calidad de vida.
Después de cenar y antes de marcharnos Marcel ha querido que hiciéramos un rato de oración en el patio de su casa con toda su familia. Había hecho una gran cruz en madera y quería que la bendijéramos para plantarla en el centro de su patio y así poder convertir su hogar en un lugar en donde se busca vivir el Evangelio de Jesús. Todos hemos rezado un poco, incluso Marceline, y hemos pedido que esta familia pueda vivir en armonía, sea un ejemplo para los otros y que la cruz les traiga la paz y la bendición de Dios.
Sábado 17 Octubre 09
El encanto de la naturaleza y la dureza de la vida.
En la zona de Domo, la otra parroquia en donde trabajo, hay un lago grande llamado Dumba. Es un paisaje nuevo y distinto de lo que conocía pues es el único en esta región. En medio de la llanura que se pierde en el horizonte es muy bonito encontrar esta zona con tanta agua, con mucha hierba verde, con pájaros de todo tipo revoloteando, con patos que sobrevuelan muy bajo y hasta con hipopótamos. Es casi como uno de los documentales de la 2 que solemos ver después de comer y que ayudan a hacer la digestión y la siesta, pero yo tengo la suerte de verlo en directo y no echado en el sofá.
Como el lago ahora está lleno de agua después de las lluvias, hay caminos o senderos que están inundados y que no se pueden recorrer andando. Ayer fui a Fege con Fernando y Richard para conocer el lugar y darme cuenta un poco de esa zona. Son 8 pueblos que están al otro lado del lago y que forman parte de esta parroquia de Domo. Ellos se reúnen cada 15 días para celebrar la eucaristía el domingo y de vez en cuando para alguna reunión. Es por eso que allí se construyó una pequeña sala, más bien bastante cutre, pues fue la primera que se hacía, y hace poco se construyó una área de oración muy bonita para la celebración de los domingos.
Está a unos 13 km de Domo, pero para llegar hay que atravesar el lago y ahora solo se puede hacer con una piragua. Se cargan las bicis y lo que uno lleva en la piragua y uno se deja llevar a la otra orilla, aunque con un poco de miedo pues el agua llega casi al borde de la piragua. Ya veréis una foto de la orilla. El chaval que la conduce nos muestra los excrementos del hipopótamo y dice que hay 2 o 3 hipopótamos que andan merodeando desde hace ya unas semanas por esa zona. Claro está que la gente tiene miedo pues hace un mes un hombre fue matado por un hipopótamo no muy lejos de allí, probablemente una hembra recién parida que cuida con mucho celo de su cría. El chaval de la piragua nos dice que nos espera para regresar pero que no lo hagamos muy tarde ya que a partir de las 6 ya es de noche y hacia las 5 ya no cruza por miedo a estos animales.
La gente tiene miedo pues no se puede bromear con la vida y encima o dentro de la piragua, en medio del lago uno se siente muy vulnerable y frágil.
Al regreso hubo un “fallo técnico” ya que se rompió la cadena de la bici y hemos tenido que caminar a pie unos 7 u 8 km. Así hemos podido comentar con Fernando bastantes cosas de aquí y nos hemos dado cuenta del esfuerzo que ellos hacen para venir a misa, a las reuniones, al centro de salud, al mercado… pues aquí el deporte nacional es la marcha a pie.
Al final del día, y después de la fatiga de la jornada uno cae a la cama y se duerme con la misma rapidez que en el sofá, después de comer, viendo los documentales de la 2.
Domingo 18 Octubre 09
1er Domund en Domo.
Después de unos años de ir de un sitio a otro en este mes del Domund y durante todo el año, para hablar sobre la misión y compartir mi experiencia misionera en Chad, heme aquí de nuevo en Domo celebrando este domingo mundial de la misión con los hermanos de Chad.
Hoy Jesús nos decía en el Evangelio “mi casa es una casa de oración para todos”, es decir que nadie está excluido, ni nadie tiene más derechos o privilegios que otros, pues Jesús es para todos. No excluye a nadie sino que invita, llama, incluye y quiere que todos los pueblos de la tierra formen parte de su familia. Es por esto que nosotros los misioneros dejamos nuestros padres, familia, amigos y país para ir a otro lugar, porque creemos en esta palabra. Jesús tiene un mensaje bueno, nuevo y único que ofrecernos.
En este domingo del Domund hemos despedido a Fernando en esta 2ª parroquia de Domo, mucho más grande en superficie y en número de pueblos. Al mismo tiempo el vicario general nos ha presentado a Richard y a mí ante la comunidad.
Esta vez Fernando también ha recibido regalos al final de la misa como signo de reconocimiento por su trabajo y su presencia aquí. Ofrecieron 2 cabras, 5 pollos, 2 patos y mucha alegría que ha acompañado toda la celebración. Había muchos motivos de alegría y por eso nadie se ha extrañado por el hecho que la misa durara 3 horas y media. Como conclusión Fernando ha dicho unas palabras de agradecimiento y ha dado un diploma a 12 catequistas que durante 2 años han hecho una formación de 3 meses cada año y que siguen trabajando en los distintos pueblos ayudando a los demás con lo que ellos han recibido. Son ellos los grandes misioneros y los artífices del anuncio del Evangelio, y en seguida uno se da cuenta de los pueblos en donde hay personas que se dedican y se entregan a ayudar a sus hermanos y a dar testimonio.
Son éstas personas los protagonistas de este día y los que debemos recordar y apoyar para que la misión continúe. Y esta es quizás nuestra tarea el acompañar estas comunidades, y descubrir las riquezas que muchos de ellos tienen, formarlos y animarlos para que no se queden con lo que han recibido.
Gracias también por las llamadas y los mails que he recibido de vosotros y que me dan ánimo y fuerza para seguir con mi tarea. Todos somos misioneros y gracias a todos continuamos el anuncio de Jesús.
Viernes 23 octubre 09
Ojalá sigan gritando “Señor si quieres puedes curarme”.
Ayer Donatien me informó que hoy había un encuentro de los disminuidos físicos de la zona aquí en la parroquia y me invitó a participar.
Donatien es un joven de unos 20 años que ahora va en un triciclo pero que se ha arrastrado durante años por el suelo como una serpiente. Cuando tenía unos 14 años sufrió una enfermedad que le dejó sin movimiento en las piernas y desde hace solo 3 años tiene un triciclo que le permite ir de un sitio a otro como una persona, sin arrastrarse. También fue reeducado durante varios meses para caminar con muletas un poco. Él es el presidente de la asociación de disminuidos físicos y esta mañana el recinto de la parroquia me recordaba alguna escena del evangelio en donde traían ante Jesús enfermos y paralíticos para que los curara. Unos venían con sus triciclos, 4 en total, otros arrastrándose por el suelo, otros cojeando, otros en bici a pesar de tener algún problema físico, incluso ha habido un joven que ha sido traído a hombros de su madre, que llevaba también al bebé en su espalda.
En total había 25 y lo primero que han hecho ha sido elegir el nuevo comité: un presidente con su vice, una tesorera con su vice, una secretaria con su vice, una persona encargada del protocolo con su vice y varios consejeros; ¡casi faltan personas para rellenar puestos! Esto aquí gusta mucho y así todos estaban contentos. Después han estado hablando de cómo animar y organizar la semana de los disminuidos físicos que se celebrará aquí del 2 al 7 de noviembre. Jean Baptiste, un fisioterapeuta contratado por la diócesis, vendrá toda la semana para hacer visitas por las mañanas a los enfermos y así poder hacer un diagnóstico de los que podrían ser operados, o recibir masajes, o ser reeducados , o incluso de los que podrían recibir un triciclo. Por las tardes habrá charlas, animación y algo de fiesta.
Son muchos los disminuidos físicos que uno encuentra por aquí debido a la poliomilitis, o porque les han puesto mal una inyección, o por roturas de huesos mal arregladas sin escayola sino según el método tradicional que a veces no es bien hecho. Hay muchos casos en los que parece que la familia se ha acostumbrado a verlos arrastrándose o postrados en un rincón, y es como si pasaran de ellos o no les preocupara. Antonio me dice que en estos años nuestra comunidad javeriana ha ayudado a bastantes a ir a Mundú (unos 250 Km) a un hospital en donde varias veces al año viene un grupo de médicos traumatólogos de Europa para operar y reeducar a los enfermos. Allí también se les puede conseguir un triciclo con más facilidad. La última ha sido Monique, que veréis en una foto con su triciclo recién estrenado, orgullosa y contenta de moverse así. Se lo entregaremos el domingo después de la misa. Normalmente se pide a la familia que se preocupe de buscar el dinero para la comida de esos días, que pueden ser meses de operación y reeducación. Nosotros solemos ayudar con el dinero para el viaje, gastos de hospital y un poco para el triciclo.
Me cuesta entender cómo a pesar de todo muchas familias no se mueven y hay que empujarlas y casi obligarlas e incluso amenazarlas.
El encuentro ha durado 3 horas y han decidido reunirse todos los viernes por la tarde para charlar entre ellos y ver iniciativas que puedan tomar. Me alegra descubrir que algunos no aceptan con resignación y fatalismo su límite, sino que siguen luchando para ponerse en pie y gritar como el paralítico gritó a Jesús: “Señor, si quieres puedes curarme”.
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