sábado 26 noviembre
2022Inundaciones y violencia discriminada
en Chad
Hace unas semanas, Chad vivía con la esperanza
de un cambio al convocarse un diálogo nacional e inclusivo, al que fueron
invitados todos los representantes de la sociedad civil, de los partidos políticos,
de las distintas confesiones religiosas y todos los actores para el cambio en
este país. Lo veían como una oportunidad de reconciliación para sus hijos e
hijas separados por décadas, pero muy pronto se dieron cuenta que todo estaba
programado y manipulado de antemano y varios se retiraron de este dialogo, que
era más un monologo, empezando por los representantes de la iglesia católica.
El jueves 20
de octubre Chad vivió una violenta y sangrienta represión de los
manifestantes contra la extensión de la transición y el mantenimiento de
Mahamat Idriss Deby en el poder en sustitución de su padre, asesinado hace 2
años. Esta sangrienta violencia comenzó en la capital Ndjamena pero pronto se extendió
por las distintas ciudades del país. Se habla de más de 50 muertos, más de 300 heridos
y numerosas detenciones, aunque es difícil saberlo con exactitud pues el
gobierno esconde los muertos y silencia todo lo ocurrido.
La Iglesia
se ha pronunciado sobre esta dolorosa situación que vive el
pueblo chadiano en su conjunto. En una entrevista con Radio Vaticano el 20 de
octubre, el obispo Samuel Mbairabé Tibingar, vicario general de la
archidiócesis de Ndjamena, describió la situación y lamentó que casi dos años
después de la brutal muerte del presidente Idriss Deby Itno, el país no conozca
ninguna mejora. Todos los chadianos anhelaban el fin de la guerra y de todos
los males que tanto habían sufrido. “El poder de turno había hecho la promesa de
un cambio pero hoy no se hace nada al respecto”, señaló. Observamos la
voluntad y el deseo de algunas personas de mantener el mismo sistema para seguir
beneficiándose para sus intereses particulares. Para el padre Mbaïrabé, estas
manifestaciones “son el signo de la desolación total, es el grito de desesperación de
una generación que pide un cambio”.
En un comunicado de prensa publicado el
viernes 21 de octubre, la Conferencia Episcopal de Obispos de Chad (CET)
expresó su cercanía y compasión a los familiares de las víctimas. Mostró su
gran desolación ante las numerosas pérdidas en vidas humanas y materiales que
sufre el país. La CET está muy
preocupada por la situación que se vive en el país al ver el aumento de las
tensiones. Hizo una llamada a "todos los actores políticos, fuerzas de
defensa y seguridad para que den prioridad, en todas las circunstancias, al
diálogo sincero y al respeto por la dignidad del hombre y la sacralidad de la
vida humana".
Los obispos de Chad invitaban a "todas
las comunidades e instituciones cristianas católicas, creyentes, hombres y
mujeres de buena voluntad, a rezar sin cesar por la reconciliación de los
corazones para promover la paz en el país". Y reiteraban la
llamada a “todos los chadianos a no albergar odio unos contra otros, a aceptarse,
a unirse, a perdonarse unos a otros; a olvidar los odios y aceptarse unos a
otros como hijos e hijas de una misma nación”.
Los líderes religiosos, musulmanes, católicos
y protestantes, hacían un comunicado advirtiendo contra la manipulación. “El problema de Chad es político y no
religioso”, dijo Cheickh Abdadahim Abdoulaye Ousmane, primer vicepresidente y
secretario general del Consejo de Asuntos Islámicos de Chad, al hablar del
tenso contexto que derivó en manifestaciones y que ocasionó muertes y heridos
en varias ciudades de su país. Para el imán, los chadianos se beneficiarían de
hacer las paces y no dejarse manipular, porque están llamados a convivir en sus
diversidades para construir juntos el futuro del país. El imán dijo que, por
parte de la comunidad musulmana, la estrategia adoptada fue de "reunir
a todos los imanes y predicadores para guiarlos y hacer un solo sermón que será
transmitido por todos los predicadores y destinado a ser predicado a través de
todas las mezquitas en Chad". El objetivo de esta iniciativa es "mostrar
que Chad pertenece a todos los chadianos en sus diversidades. Esta tierra, la
heredamos de nuestros abuelos… tenemos que vivir juntos”. Para el imán,
no se trata de caer en una campaña de difamación mutua en nombre de la religión
al permitir que los políticos lo manipulen en beneficio de sus intereses
egoístas.
El primer ministro Saleh Kebzabo, decretó un
toque de queda de 18h00 a 06h00" en Ndjamena y resto del país.
Podemos decir que el refrán “a perro flaco todo son pulgas” se sigue
haciendo realidad pues junto a este fenómeno de violencia y muerte se añadía el
fenómeno de la inundación que dejó en la desolación a muchas familias en
Ndjamena y otras regiones del país. Armando
un compañero, misionero javeriano que trabaja allí en Ndjamena escribía
estos días una carta y decía: “Parece que la naturaleza está furiosa. ¡Siguen
las lluvias! ¡Hoy, 23 de octubre, está lloviendo! La difícil temporada de
lluvias de este año terminó a mediados de septiembre. Pero hoy llueve. La
temporada fue difícil, porque la lluvia fue abundante con muchos desastres en
los campos y con inmensas dificultades de tráfico, en un país sin carreteras.
Finalmente ha llegado la estación seca, pero la abundancia de lluvias en
Camerún y Centroáfrica (que alimentan a nuestros dos grandes ríos, Logone y
Chari) ha hecho que las orillas de los ríos no hayan podido contener la masa de
agua que estos llevan hacia el lago Chad. Desde hace varios días, la mayoría de
los barrios de Ndjamena se han inundado y miles de personas han tenido que
abandonar sus casas. Es un escenario que recuerda a la guerra: toda clase de
objetos en la cabeza, en motos, bicicletas, furgonetas, camiones, minibuses,
carros tirados por caballos, piraguas... para salvar lo que se pueda salvar de
las inundaciones ¡un auténtico éxodo! Se han creado campamentos para los
damnificados por las inundaciones, con poca o ninguna organización. Las
condiciones son extremas. Se teme al cólera. Refugios improvisados hechos con
cuatro trapos, algo de nylon… ¡Y hoy llueve sobre estos refugios improvisados!
Por si fuera poco, estamos enterrando a
varias decenas de víctimas de la represión policial. La historia abarca más de
treinta años de gobierno militar. Después de una puesta en escena de diálogo
entre los distintos partidos políticos y militares, los que mandan han decidido
continuar con el gobierno militar por otros dos años. La gente reacciona, está
harta, quiere un cambio. Huelgas en cadena, manifestaciones callejeras… ¡Sangre
y más sangre inocente! Los obispos reaccionaron con una declaración muy dura,
pero... cuando el perro tiene un hueso en la boca, no lo suelta. En resumen,
catástrofe sobre catástrofe. La gente sufre. Llueve agua y llueve fuego. Que
Dios tenga piedad de Chad. ¿Cómo dar esperanza a estas personas al borde de la
resistencia? También esta es nuestra tarea. Acompañadnos con la amistad y la
solidaridad”.
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