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Sábado 19 noviembre 2022República
Centroafricana un eterno comenzar de cero.Desde hace meses, los medios de comunicación
de la República Centroafricana hablan de la necesidad de cambiar una parte de
la Constitución o de reescribirla desde cero. El mismo presidente, Faustin
Archange Touadéra, nos habló de ello, casi de puntillas, cuando nos recibió a
los nueve obispos que componemos la Conferencia Episcopal a principios de enero.
Este encuentro lo hacemos todos los años. No sé si otras conferencias
episcopales tienen la suerte que tenemos nosotros, porque, aparte de desearle
un feliz año y entregarle en primicia nuestro mensaje a todos los “hombres y
mujeres de buena voluntad”, el presidente nos escucha sin límite de tiempo. Y
es que, como nos dice, nos considera a los obispos testigos veraces de lo que
realmente pasa hasta en los últimos rincones del país…Ahora, ya en serio, el presidente
ha creado una comisión de más de 60 personas para que revisen la Constitución o
incluso la redacten de nuevo. El fin último, creo yo, es el de enmascarar
el deseo del presidente de eternizarse en el poder. La Iglesia católica ha sido
invitada a formar parte de esta comisión aportando dos personas. Los obispos
nos hemos concertado, ha habido multitud de mensajes de ida y vuelta y nos
hemos puesto de acuerdo en un texto en el que decimos que “declinamos” la
posibilidad de formar parte de esta comisión.Casi el mismo día, las
comunidades evangélicas publicaron su propio comunicado, diciendo justamente lo
contrario. En el nuestro sostenemos que esta cuestión es tan importante de
debería ser sometida a un referéndum. Y que sea el pueblo el que diga si
la quiere o no.Comentando esta propuesta con mis
sacerdotes de la Diócesis de Bangassou, hemos coincidido casi todos en que,
saliendo como estamos de una guerra civil de alta o baja intensidad según los
momentos, pero que empezó hace una década, el país está necesitado de
otras muchas decisiones mucho más urgentes que la revisión de la Constitución.
Porque, económicamente, estamos en estado de caos técnico. Sin carreteras, hay
muy poco comercio. Sin comercio, los precios han subido de manera irreversible.
Un litro de gasoil se compra en Bangassou a tres euros y, a nivel estatal, nada
funciona, ni escuelas, ni hospitales, ni funcionariado.Centroáfrica se hunde en la
pobreza total. Si no fuera por las ONG’s que han llegado masivamente y por las
lluvias abundantes que han caído en esta estación, estaríamos mucho peor. El
Gobierno tiene miles de cosas en que ocuparse para salvaguardar la paz y el pan. Todas
antes que ponerse a revisar la Constitución.Y la violencia, no la
olvidemos… dos señores de la guerra siguen abusando de nuestra gente a sus
anchas en la zona este del país, justamente, en la Diócesis de Bangassou y en
la de Bouar. Estos mercenarios son originarios del Níger, armados por lobbies
musulmanes; es decir, ni siquiera son centroafricanos.Otro punto a tener en cuenta,
este muy delicado, es la presencia de los mercenarios rusos de la Wagner que,
desde hace ya cinco años, con gran disgusto de Francia y la Unión Europea y de
las fuerzas armadas de la ONU, la Minusca, se han convertido en colaboradores
insustituibles del presidente Toadera. Francia hace campaña, entre ‘fake news’
y hechos reales, para denigrar a los mercenarios rusos por activa y por pasiva.
La Minusca (sin olvidar los muchos pequeños logros que han tenido en el país,
pero no tienen simpatías en la población) se pone de perfil. Pero la gente
aplaude a los Wagner (los mismos que perpetran crímenes de guerra en Ucrania)
porque, gracias a ellos, de 14 señores de la guerra que nos pisoteaban
hace cinco años, ahora solamente quedan los dos que comenté antes.El tema es que los rusos
necesitan un presidente que dure muchos años y que esté fuera de los avatares democráticos
de las elecciones. Todo para que su presencia (y sus pingües inversiones) en
Centroáfrica (que al mismo tiempo es un trampolín para otros países) esté fuera
de todo riesgo de desestabilización. Nada mejor que una dictadura para que la
presencia del Gran Oso sea duradera y segura. Por eso, creo, el presidente
Toadera quiere cambiar la Constitución. Juan José Aguirre,
obispo de Bangassou, República Centroafricana La República Centroafricana ha
sufrido cinco golpes de Estado desde su independencia en 1960, con varios
cambios en la estructura del Estado. Ahora está en su sexta República con ocho
Constituciones. El país no ha conocido la paz desde hace más de 25 años.
La mayoría de la población es menor de 18 años. Esto significa que más de la mitad
de la población nunca ha conocido la paz.El cardenal Dieudonné
Nzapalainga, arzobispo de Bangui, refiriéndose al inicio del proceso de
revisión de la Constitución iniciado por el presidente Faustin-Archange Touadéra,
dice: "Mi mensaje particular, es el de preservar la paz a toda costa. Cuando
no hemos experimentado la guerra, no medimos la importancia de preservar la
paz. Pero cuando hemos vivido la guerra, dormido en la hierba, bebido agua
sucia y no hemos tenido nada que comer, o no hemos podido ir a la escuela,
curarnos y temíamos morir como bestias, todo esto nos lleva a decir: es hora de
preservar la paz”. ALGUNOS
DATOS QUE PUEDEN INTERESAR DE LA REPUBLICA CENTROAFRICANA:Superficie: 622.984
km2Límites: Limita al
norte con Chad (1.197 km de frontera), al oeste con Camerún (797 km), al sur
con República del Congo (467 km) y República Democrática del Congo (1.577 km),
y al este con Sudán (175 km) y Sudán del Sur (990). Capital: Bangui,
con unos 747.000 habitantes Idioma:
Oficiales, el francés y el sango. Religión:
Aproximadamente el 25% es católico, 25% es protestante y 15% musulmán
principalmente en el Norte. El resto es animista. Geografía La República
Centroafricana (RCA) está enclavada en el centro de África, sin acceso al mar.
El puerto más cercano se encuentra a 1.400 km de Bangui, en Duala (Camerún). Población: 4,7
millones de habitantes. Tasa de
natalidad: 4,7 niños por mujer. El 43,9% de la población tiene menos de 14
años y el 2,8% es mayor de 65 años. Tasa de
mortalidad infantil: 91,5 muertes por 1.000 nacimientos. Esperanza de
vida: 52,8 años. La
agricultura es de subsistencia y se ve muy afectada por desplazamientos de la
población.
Capital: Bangui,
con unos 747.000 habitantes
Religión:
Aproximadamente el 25% es católico, 25% es protestante y 15% musulmán
principalmente en el Norte. El resto es animista.
Población: 4,7
millones de habitantes.
Tasa de
mortalidad infantil: 91,5 muertes por 1.000 nacimientos.
La
agricultura es de subsistencia y se ve muy afectada por desplazamientos de la
población.
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