Lunes 12 septiembre 2022Violencia y muerte sin sentido en
Mozambique.
Durante la noche del pasado
martes 6 de septiembre, un grupo de rebeldes al parecer pertenecientes al
Estado Islámico en Mozambique incendiaron la misión en Chipene, en la frontera
con la provincia de Cabo Delgado, en el noreste de Mozambique. Dos sacerdotes
fidei donum y dos hermanas misioneras combonianas lograron escapar, mientras
que la hermana María De Coppi,
italiana de 84 ños, no tuvo oportunidad de salvarse. Fue asesinada a tiros cuando
salía de una sala de la parroquia. María
formaba parte de la comunidad de las misioneras combonianas.
María, nacida en 1939, en el
norte de Italia, llegó por primera vez a Mozambique en 1963, cuando todavía era
una colonia portuguesa; tras obtener la nacionalidad, la Hna. María formó parte
de esa tierra y de ese pueblo con un servicio constante en varias misiones de
la provincia de Nampula. En 2021, estando de vacaciones en Italia decía en una
entrevista que se le hizo que los dos últimos años en Mozambique habían sido
muy duros debido a la guerra en el norte por los recursos de la tierra, el paso
de un ciclón y la prolongada sequía de los últimos años. La monja habló de la
extrema pobreza y de las familias que huían. "Intento estar cerca de la
gente", dijo, "sobre todo escuchando lo que me dicen. A pesar de la
pobreza material, escuchar a los demás sigue siendo un gran regalo, es
reconocer su dignidad".
Casi durante sesenta años sirvió
en Mozambique, que se había convertido en su casa", una tierra que, tras
años de estabilidad, vuelve a ser azotada por la violencia, causada por grupos
islamistas que desde hace unos años siembran el terror y la muerte en amplias
zonas del norte del país.
Don Lorenzo y don Loris, los 2 sobrevivientes,
decían: "Nunca olvidaremos esa noche y el sonido de los largos cuchillos
golpeando la puerta. Fue un acto de demostración de fuerza y una forma de hacernos
comprender que quieren que nos vayamos”. Sobre las nueve de la noche, unos
“terroristas” llegaron hasta su misión de Chipene, y se cebaron contra las
religiosas con una furia desatada: “Destruyeron e incendiaron la iglesia,
la casa de las hermanas, el hospital y las máquinas de la misión”. Con todo, el
principal e irreparable daño fue el humano, con el asesinato de María. Las
otras dos hermanas de la comunidad, la italiana Eleonora Reboldi y la española
Ángeles López Hernández, lograron escapar y esconderse en el bosque, junto a un
grupo de niñas.
Ángeles López ya había hablado a
sus hermanas de congregación de los ataques que estaban teniendo lugar en la
zona. A unos 10 kilómetros de la misión, la guerrilla había quemado una
aldea, asesinado a personas y se había creado el miedo y el terror suficientes
para que treinta aldeas más se vaciaran”. La misionera española había asegurado
que “no tenían intención de abandonar la misión” y que esperaban poder volver a
abrir pronto las puertas a su gente.
El P. Silvano Daldosso que
trabajó muchos años cerca de la hermana María habla de ella, como una mujer “enamorada de su propia vocación, del
entregarse a Dios a través del servicio a los más pobres, enamorada del lugar
donde vivía, del ambiente, de la gente, porque las palabras que a menudo se
repetían en su discurso eran precisamente: pueblo y gente, pueblo y gente".
En sus 60 años en Mozambique, había vivido los momentos delicados, otros bonitos,
pero también muchos dramáticos y peligrosos como la independencia de ese país y
los 17 años de guerra con un millón de muertos, compartiendo todo con las
personas. Según don Silvano, “no creo que molestara a nadie; de hecho, era una
mujer conocida y respetada por la gente, era muy querida”.
En
la provincia de Nampula, como en la de Cabo Delgado, operan grupos yihadistas, provistos
de mucho armamento. De ahí la convicción de que los grupos responden a una
dirección externa, que pretende desestabilizar el país, el norte sobre todo,
por razones puramente económicas relacionadas con la extracción de gas.
Ciertamente no es la única causa que provoca esta violencia, continúa el
misionero, también hay descontento con un gobierno que se ha olvidado de esta
zona que está entre las más pobres del país. Según el padre Silvano no habría ningún
motivo religioso, también porque en Mozambique, la convivencia entre
musulmanes, cristianos y las demás religiones presentes ha sido siempre
pacífica, hasta ahora, y sabemos que estos actos de violencia no son apoyados,
sino rechazados y condenados incluso por la parte islámica.
El funeral de la hermana María tuvo lugar el viernes
9 de septiembre. La hermana superiora general después de enterarse de la
noticia, en medio de todo el dolor, decía: "Rezamos por el eterno descanso de nuestra Hermana. Seguramente
intercederá por el pueblo de Mozambique y por la paz en este país que tanto amó.
Su sacrificio es semilla de paz y reconciliación en una tierra que, tras años
de estabilidad, vuelve a ser azotada por la violencia, causada por grupos
islamistas que desde hace algunos años siembran terror y muerte en vastas
zonas del norte del país. Mi pensamiento va a los familiares y hermanas
combonianas, a don Lorenzo y don Loris y a todos los misioneros que quedan en
muchos países para testificar amor y esperanza”.
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