Viernes 25 Marzo 2022“Con
la guerra todo se pierde”
Llevamos
ya un mes con esta inútil guerra que nos ha sorprendido a todos y que tanto
sufrimiento y muerte está causando. Nos consternamos al ver las noticias y
sobre todo viendo con qué saña se está bombardeando y destruyendo todo lo que
está en pie, como si se quisiera hacer desaparecer esas ciudades del mapa. Hace
unos años recuerdo que en la guerra de Irak o quizás la de Libia, los políticos
utilizaban unos términos muy bonitos, pero llenos de mentiras, ellos hablaban
de bombardeos con precisión quirúrgica
para hablar que solo se destruían objetivos militares. Sabemos que era una gran
falacia y cuando, según ellos, por algún error de cálculo había habido destrucción
de objetivos civiles y por consiguiente muerte de civiles, usaban otra expresión
muy bonita y neutra, “errores
colaterales”, para esconder la hipocresía de la muerte de muchos civiles
provocada por esas guerras sin sentido.
El
peligro que nos acecha es que los medios de comunicación nos manipulen y nos
dejen ciegos, provocando en nosotros un sentimiento de consternación, tocando
nuestra fibra sensible y humana, al presentarnos todas esas imágenes de destrucción,
de muerte y el éxodo masivo de millones de mujeres y niños huyendo del horror
de la guerra. Ante tanta barbarie lo normal es el echar una mano, el ponerse en
el lugar de esos que sufren sin saber porque. Y la reacción inmediata y espontánea
de la gente de a pie ha sido recoger y enviar comida, medicamentos y cosas de
primera necesidad para aliviar un poco todo este sufrimiento. Sabemos que
nuestro gobierno y los gobiernos de otros muchos países han enviado armas para
ayudar al gobierno ucraniano y frenar así el avance de los rusos. Ayer mismo
hubo una cumbre extraordinaria de la OTAN en la que se decidió seguir apoyando
al gobierno ucraniano con más armamento. Y sin darnos cuenta nos vamos metiendo en
la espiral de la violencia que no tiene fin y que lleva siempre a más
violencia.
Estos días leía en la prensa noticias que me dejaron sorprendido y que me
han hecho despertar ante esta proliferación de armas y este deseo de seguir armándose
cada vez más. Leía que el gasto militar mundial se ha desbocado en estos
últimos años y la guerra en Ucrania ha llevado a muchos gobiernos a entrar en
una espiral de rearme aumentando
los presupuestos de defensa de las grandes potencias mundiales. Parece que los
recursos empleados en armamento, lejos de remitir,
van a intensificarse en los próximos años.
Sé que
quizás debería callarme pues estos temas son delicados y son muchos los aspectos
que ignoro. Pero, ante este mundo que no cesa en su empeño de armarse hasta los
dientes, me pregunto si ese sea el mejor camino y si ese es el único argumento para
evitar las guerras o disuadir a los enemigos potenciales.
Es curioso
que esto se produzca en estos tiempos de pandemia en donde hemos sido testigos
de nuestra fragilidad ante un virus microscópico que ha puesto al mundo entero
de rodillas. Y es también curioso que esto se produzca en pleno siglo XXI, con
los recuerdos todavía frescos de las 2 guerras mundiales y de la infinidad de
conflictos armados que tanto sufrimiento, muerte y pobreza han ocasionado. Y es
también curioso que se produzca en este mundo en donde sigue habiendo muchísimos
millones de personas que viven en situaciones de precariedad y de pobreza. Hemos
visto muchas asambleas, objetivos del milenio y todo tipo de planes para hacer
desaparecer la pobreza y la desigualdad en el mundo, pero según dicen no hay
fondos en nuestros países ricos para ello. Por el contrario sí que hay fondos para
aumentar el gasto en armamentos y estos días en la reunión de Versalles hace
unos días y en la asamblea de la OTAN de ayer se ha llegado a un acuerdo para
que todos los países incrementen sus
gastos militares hasta llegar al 2% del PIB, eso sin hablar de China que este
año llegará a un 7,1% y de EEUU del que no tengo datos pero que no andará muy
lejos.
España,
según los datos que he consultado, ha aceptado llegar al 1,22%, pero para
llegar a ese nivel de gasto se deberán aumentar en un 20% los gastos en
partidas militares en dos años.
Quiero terminar
con las palabras del papa Francisco de estos últimos días. Como siempre son palabras
de sabiduría y con mucha sensatez. En ellas el papa censura el gasto en armas y
dice que hay que “crear la conciencia de que gastar en armas ensucia el alma, el corazón y la humanidad. El
gasto en armas es un escándalo”. El papa Francisco se preguntaba para “qué
sirve comprometerse solemnemente a nivel internacional en campañas contra la
pobreza, contra el hambre, contra la degradación del planeta, para luego caer
en el viejo vicio de la guerra, en la vieja estrategia del poder de los
armamentos, que hace retroceder todo y a todos”. El papa califica la guerra
de agresión contra Ucrania de inhumana y sacrílega, y afirma: “Lamentablemente,
la violenta agresión contra Ucrania es una masacre sin sentido donde las
atrocidades se repiten cada día. No hay ninguna justificación para ello. Pido a
todos los actores de la comunidad internacional que hagan un verdadero esfuerzo
para poner fin a esta repugnante guerra”. “CON LA GUERRA TODO SE PIERDE, TODO. NO HAY VICTORIA EN UNA GUERRA. TODO
ES DERROTADO”.
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