Lunes 8
agosto 2022Cooperación
viciosa
Según el balance oficial provisional de las
autoridades congoleñas 4 cascos azules y 32 manifestantes (13 en Goma, 13 en
Butembo, -incluidos 4 cascos azules-, 4 en Uvira, 3 en Kanyabaonga y 3 en
Kasindi), han muerto en una semana de manifestaciones contra la misión de las
Naciones Unidas en varias ciudades del este de la República Democrática del
Congo (RDC). Según precisó Patrick Muyaya, el portavoz del gobierno, a ese
balance hay que añadir más de 170 personas heridas por los disturbios de estos
dias. Esos disturbios comenzaron el pasado 25 de julio, la gente se manifestaba
y protestaba contra la misión de la ONU en RDC (MONUSCO) a la que acusan de incapacidad para frenar la violencia y
los ataques del centenar de grupos armados que desestabilizan el este de este
inmenso país, casi 5 veces más grande que España, desde hace casi 30 años.
Los manifestantes saquearon las instalaciones de
la MONUSCO como podréis ver en las
fotos y videos que he recibido gracias Gilbert, un compañero que es originario
de esa región. La MONUSCO está presente
en el este de la RDC desde el 1999. Al principio se llamó MONUC (Misión de la ONU en el Congo) y más tarde en 2010 se
convirtió en MONUSCO (Misión de la
ONU para la estabilización en la RDC). En la actualidad cuenta con más de
14.000 cascos azules y un presupuesto anual de unos 1.000 millones de dólares.
En la RDC se organizan periódicamente manifestaciones para exigir la salida de
estos cascos azules.
Cuando
me enteré de lo que allí había ocurrido escribí a Gilbert, compañero javeriano
actualmente de vacaciones en su casa, y me escribía esto:
¿Qué decir de las protestas contra la MONUSCO
en la República Democrática del Congo?
Del 25 al 27 del mes pasado, hemos asistido a
manifestaciones de protesta contra esta misión que al parecer hace pensar más
de uno.
La República Democrática del Congo vive una
situación de inestabilidad política y de inseguridad desde hace varios años. Como
resultado de los acuerdos de 1998 entre el Gobierno y los diferentes grupos
rebeldes, las Naciones Unidas enviaron tropas al país para el mantenimiento de
la paz. Es evidente que unos y otros siguen persiguiendo intereses propios, y
hoy más de 20 años después el proceso de paz nunca ha tenido éxito. Durante
todos estos años, esta misión de las Naciones Unidas en la República
Democrática del Congo ha cambiado de mandato y de nombre para hacer frente a
las nuevas situaciones, pero los resultados siguen sin ser palpables.
Esta vez, sin esperar la intervención de las
autoridades congoleñas, la población ha reaccionado, cansada de ver a agentes
extranjeros en el territorio nacional en la incapacidad de asumir la misión que
se supone que deben realizar.
Desde hace más de una semana, asistimos a
manifestaciones anti-monusco aquí y allá en el territorio nacional y más precisamente
en el este del país. Esta región atraviesa desde hace muchos años momentos
difíciles con muchas agresiones frecuentes, en particular asesinatos en el
territorio de Beni y ataques frecuentes del grupo rebelde llamado M23 hacia
Bunagana (cerca de Goma).
Mientras que los países vecinos niegan toda
implicación, los agentes de la misión de las Naciones Unidas - que están
armados hasta los dientes - se declaran incapaces de acudir en ayuda del
ejército congoleño. El grito del pueblo congoleño es pues: «si
son incapaces y no pueden intervenir para proteger a las poblaciones que
abandonan cada día sus aldeas, ¿cómo justificar aún su presencia?”
Señalemos
que la misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo es
la más costosa del mundo en la actualidad y nadie ignora que no se trata de un
regalo hecho a los congoleños.
Las manifestaciones a las que asistimos dejan
en claro que el pueblo congoleño debe hacerse cargo de sí mismo sin esperar más
una intervención del exterior. En la reacción de los jóvenes de estos días se
puede ver todo menos la timidez y el miedo que se veía hace algunos años.
Parece que no tienen nada que perder ya que lo han perdido todo. Una juventud
desorientada y con un futuro incierto, pero sin duda con una determinación para
salir de la situación.
El mandato de la MONUSCO se había prorrogado
recientemente hasta diciembre de 2022, pero creemos que será necesario revisar
los términos antes de volver a considerar la posibilidad de concederles otro
período al final de este año. Son nuestros pueblos los que sufren, son nuestros
militares nacionales los que pagan con su vida en los distintos frentes, pero
otros se hacen una vida de lujo a costa de la sangre derramada. Es realmente
una contradicción por parte de quienes proclaman los valores de un orden
mundial en el que todos tienen los mismos derechos.
En las manifestaciones de esos días, en las
ciudades de Goma, Beni, Butembo y Uvira se registraron muertes y numerosos
heridos entre los civiles. También perdieron la vida algunos miembros del
personal de la Monusco, además de la destrucción y el sabotaje de algunas bases
de la Monusco. En mi opinión, todo esto es algo que no debemos ignorar si
debemos sentarnos y replantearnos la presencia de esta misión de las Naciones
Unidas en la República Democrática del Congo.
Es una tristeza pasar estos pocos días de vacaciones entre la ira de los manifestantes y las calles cerradas. No podemos abandonar, como misioneros, el sueño de un Congo nuevo y una estabilidad que galvanice una fraternidad universal”.
Esta era la carta que Gilbert me envió y que
no he querido retocar pues me parece un testimonio muy fuerte, real y de
primera mano de lo que allí está ocurriendo. Mathias Gillmann, portavoz de la ONU,
afirmaba que la MONUSCO no disponía de
medios militares para enfrentarse con el grupo rebelde llamado M23. Y eso a
pesar de los 1.000 millones de dolores de presupuesto anual. Por eso uno se pregunta
¿para qué sirve este gran número de cascos azules con unos gastos astronómicos si
no pueden hacer casi nada?
Unos días después la CENCO (Conferencia Episcopal del Congo) ha publicado un mensaje en el que dicen que comprenden la cólera de la gente ante los límites del ejército congolés y de la fuerza de la MONUSCO ante la inseguridad que reina en toda esta inmensa región del este del país desde hace 20 años, pero consideran que la violencia no es nunca tolerable. Está claro que tienen derecho de manifestarse, pero no de matar, afirman en el comunicado. Invitan a los políticos a no tener discursos susceptibles de odio y de violencia, y hacen una llamada al gobierno a comenzar un dialogo entre la MONUSCO y los representantes de la sociedad civil para retomar caminos de paz.
Textos para reflexionar:
·
Destino
universal de los bienes de la Tierra La actitud de vigilancia y servicio tiene
en el evangelio de hoy una muy importante concreción: «repartir a la
servidumbre la ración a sus horas». Dios ha destinado los bienes de la tierra,
que son suyos, a que se distribuyan a sus hijos con criterios de justicia y
caridad. Y en nuestro mundo hemos llegado a una situación de clamorosa
injusticia. Los lamentos de los pobres llegan hasta el Señor, que tiene para
ellos un designio de liberación, que los creyentes hemos de acelerar. No
podemos, no debemos convivir con la injusticia establecida. Deberemos rendir
cuentas de nuestra pasividad y complicidad con un estilo de vida y convivencia
universal intolerable.
·
Le
preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles son los factores que destruyen al ser
humano. Él respondió así: - La Política sin principios, el Placer sin
compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin
moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad. La vida me ha
enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas están
tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que todos son
malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que hay caras
amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la
gente es enojona, si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si yo soy
agradecido. La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la
sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida
No hay comentarios:
Publicar un comentario