RECEMOS
POR LAS MUJERES RELIGIOSAS Y CONSAGRADAS, AGRADECIÉNDOLES SU MISIÓN Y VALENTÍA,
PARA QUE SIGAN ENCONTRANDO NUEVAS RESPUESTAS FRENTE A LOS DESAFÍOS DE NUESTRO
TIEMPO.
Este mes, rezaremos de
manera especial por las mujeres religiosas, las mujeres consagradas.
¿Qué sería la Iglesia sin las religiosas y laicas consagradas? No se puede
entender la Iglesia sin ellas.
Animo a todas las consagradas a discernir
y a elegir lo que conviene para su misión frente a los desafíos del mundo que
estamos viviendo.
Las exhorto a seguir trabajando y hacer
incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están
esclavizados por los traficantes; especialmente les pido que hagan incidencia
en esto.
Y recemos para que puedan ellas mostrar
la belleza del amor y la compasión de Dios como catequistas, teólogas,
acompañantes espirituales.
Las invito a luchar cuando, en algunos
casos, son injustamente tratadas, incluso dentro de la Iglesia; cuando su
servicio que es tan grande se lo reduce a servidumbre. Y a veces por hombres de
la Iglesia.
No se desanimen. Sigan dando a conocer la
bondad de Dios a través de las obras apostólicas que hacen. Pero sobre todo a
través del testimonio de consagración.
Recemos por las mujeres religiosas y consagradas, agradeciéndoles su misión y
valentía, para que sigan encontrando nuevas respuestas frente a los desafíos
del tiempo actual.
Gracias por lo que son, por lo que hacen y por cómo lo hacen. Papa Francisco –
Febrero 2022
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