“¿Qué es verdaderamente la Navidad?”
¿Qué es verdaderamente la Navidad para nosotros? ¿Por
qué en estos días nuestra alma se alegra, por qué se llena de ternura nuestro
corazón? La respuesta la sabemos, aunque no siempre la vivamos.
Yo diría que la Navidad es la prueba, repetida todos
los años, de dos realidades formidables: que Dios está cerca de nosotros,
y que nos ama.
Nuestro mundo moderno no es precisamente el más
capacitado para entender esta cercanía de Dios. Decimos tantas veces que Dios
está lejos, que nos ha abandonado, que nos sentimos solos… Parece que Dios
fuera un padre que se marchó a los cielos y que vive allí muy bien,
mientras sus hijos sangran en la tierra.
Pero la Navidad demuestra que eso no es cierto. Al
contrario. El verdadero Dios no es alguien tonante y lejano, perdido en su
propia grandeza, despreocupado del abandono de sus hijos. Es alguien que
abandonó él mismo los cielos para estar entre nosotros, ser como nosotros,
vivir como nosotros, sufrir y morir como nosotros. Éste es el Dios de los
cristianos. No alguien que de puro grande no nos quepa en nuestro corazón.
Sino alguien que se hizo pequeño para poder estar entre nosotros. Éste
es el mismo centro de nuestra fe.
(José Luis
Martín Descalzo, sacerdote y escritor)
¿Para
qué tu Navidad?
¿Para qué tu Navidad
si no hay gloria en las alturas
ni en la tierra paz?
¿y a José y María
no les dan lugar
ni dentro ni fuera
de la ciudad?
¿y la Buena Nueva
ya no es novedad?
¿y mandan
callar
a todos los ángeles
que osan cantar?
¿Para qué,
para quién, Niño,
tu Navidad?
(Pedro Casaldáliga, obispo emérito)
“Me impresiona Jesús”
Me impresiona, particularmente, la figura
de Jesús. Era amor.
Predicó la dulzura de las lágrimas y el encanto
de la Hermandad.
Clamó contra los odios y contra la
envidia.
Esparció la melancolía de fracasado por
las montañas, por los bosques, por las playas.
Fue azucena y lago, inmensidad y flor
silvestre, corazón y maravilla de lo desconocido.
Vio y lloró. Sus ojos miraban y convencían.
Sus largas andanzas por los
campos, las empleó en hacer amar a todos los seres.
Explicó la igualdad y se llenó de pasión
por la pobreza…Y por eso lo amaron los humildes… y pasó.
(Federico
García Lorca, poeta y dramaturgo)
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