Jueves 19 de diciembre 2019
Dos ángeles se han ido.
Una de las cosas que a uno le
sorprende, a pesar de llevar años viviendo aquí, es el modo anárquico con el
que se construyen casa y edificios, en lugares en donde uno se pregunta cómo
han hecho para poder llevar hasta allí los materiales pues no hay caminos ni
nada parecido. Viendo lo que me rodea puedo decir que no hay cánones
urbanísticos y cada uno hace lo que quiere o le da la gana., aunque en realidad
está el ayuntamiento y sus empleados que deberían cuidar y hacer respetar un mínimo
de orden y de armonía, pero a menudo estos se limitan a dar vueltas y a molestar
sobre todo a los que circulan con sus vehículos para ver si pueden sacarles algún
dinerillo. Es cierto que de vez en cuando ponen cruces de san Andrés rojas en
los muros de algunas casas construidas ilícitamente y eso debería significar
que la casa debe derrumbarse por estar construida en un lugar inadecuado o sin
permiso de construcción, pero del dicho al hecho, como dice el refrán, hay un
buen trecho.
Hace poco os hablaba del corrimiento
de tierra que hubo cerca de Bafoussam y que causó la muerte de unas 50
personas, pues habían construido sus casas en la ladera de un monte peligroso
en donde se habían talado casi todos los árboles y con las lluvias abundantes
la tierra, al no tener la sujeción de los árboles, iba deslizándose poco a poco
hasta que llegó el desastre. Pero en nuestro barrio son muchas las casas que
están construidas en las laderas y para subir hay que ser entre alpinista y
cabra montesa; sin contar que allí no llega el agua corriente ni los caminos.
Aquí muy cerca de nuestra casa comenzaron a construir un edificio de 3 pisos
que ha invadido la carretera junto a la que está construido. Cuando lo hacían
se veía y la gente hablaba, pero nadie hizo nada pues parece que pertenece a un
gran abogado, un pequeño terrateniente en este barrio, al que todos temen. De
hecho, no solo invadió la carretera, sino que el tercer piso está a poco más de
un metro de una línea de alta tensión, y ya cuando lo estaban construyendo un
obrero murió electrocutado pues toco con un hierro la línea de alta tensión.
Pero como el señor es una personalidad, aquí nadie dijo nada ni pusieron la
cruz de san Andrés sobre la pared. El caso es que este señor, tampoco pudo
disfrutar de él pues mientras estaba en construcción murió de un paro cardíaco
en mitad de un juicio y el edificio lleva 2 años parado pues sus hijos no deben
entenderse muy bien.
Es muy frecuente que en estos
edificios en construcción haya personas que vivan en situaciones muy precarias,
no son ocupas sino la mayoría personas del norte del país que les piden cuidar
del edificio por un sueldo de miseria o veces por nada, solo por tener un
techo, pero sin ventanas, ni luz, ni agua, ni …
Muchas veces encienden velas para alumbrarse y
viven sin ninguna comodidad. Ayer había el entierro del vecino que vive junto a
este edificio, y esas ocasiones son momentos de mucho ruido, mucha gente, etc.
No se sabe que pasó ni cómo ocurrió pero cuando la misa del entierro terminaba
a eso de las 10 de la noche se vio un fuego en el primer piso de ese edificio.
Desgraciadamente cuando se dieron cuenta, llegaron e intentaron reaccionar
descubrieron que probablemente una vela había dado fuego al colchón en el que
dormían dos niños de esta familia que cuida del edificio. Los padres no sé si
con el funeral se habían despistado o dónde estaban, pero el caso es que cuando
llegaron al lugar del incendio el colchón era todo llamas y los dos niños
estaban quemados calcinados. Un verdadero drama fruto, una vez más de la
pobreza y de la anarquía con la que aquí se vive. Esta vez los que han pagado
con sus vidas han sido estos dos ángeles inocentes, ¿cuántos más tendremos que
ver todavía? Que descansen en paz y gocen de la vida que aquí no han vivido.
Miércoles 25 de diciembre 2019
Otro ángel llamado Claude.
Son ya muchos los años, casi 25, en
que he pasado la Navidad en África, pero recordando la Navidad con frio, nieve,
abetos, bufandas, gorros y todo eso que conocéis cuesta siempre darse cuenta aquí
que estamos en Navidad. Ya sabéis que por estas latitudes siempre hace calor y disfrutamos
de un buen sol. En estas fechas además contamos con la presencia del polvo rojizo
que lo invade todo pues estamos en la estación seca y hay varios caminos en el
barrio de tierra que hace que todo el ambiente se llene de polvo. Estos últimos
días han sido de preparativos: limpieza de la casa, preparación de belenes y
todo eso pues hay que dar un ambiente festivo y bonito a estos momentos.
Esta mañana he llevado la comunión a
los enfermos como cada domingo o día de fiesta y entre ellos está mamá Suzanne.
Sabéis que aquí a las mujeres, sobre todo de una cierta edad, se les suele
llamar afectuosamente con la palabra mamá, es la palabra que acompaña a sus
nombres. Ella es viuda y ya bastante mayor, cerca de 80 años, cada vez más
torpe por sus problemas en las rodillas y el gran peso que tiene. Algún domingo
logra venir a la misa, si encuentra un coche que la traiga, pero últimamente
suele estar ausente. Suzanne ha tenido 7 hijos, dos de los cuales han fallecido
causándole un gran malestar y trauma pues ella dependía en parte de ellos para
vivir. Su ultimo hijo es Claude, y como digo arriba este es su ángel de la
guarda que no la deja sola ni de noche ni de día. Claude es un chaval, aunque ya
tiene 43 años, con una eterna sonrisa en sus labios y siempre agradece que le
digas una palabra y le hagas alguna broma. Es un chico con síndrome de down, el
único que he visto en el barrio y es el que hace todas las pequeñas tareas en
su casa: va a buscar agua, lava los platos, lava la ropa y apenas su madre le
llama allí aparece como un clavo para realizar lo que ella le pide. Cada año en
estas fechas le ofrezco la ropa para la fiesta y no veáis las sonrisas que
desborda de su cara. Ayer le llevé la ropa con unos zapatos y enseguida empezó
a decir a su madre una palabra que al principio no entendíamos pero que al
repetirla varias veces la entendimos perfectamente. La palabra era CHAUSETTE,
que quiere decir CALCETINES y claro al ver los zapatos él decía que eso había
que ponérselos con calcetines. A mí se me había pasado pero esta mañana lo he
arreglado y cuando he ido a llevar la comunión se los he llevado. Solo ver la alegría y las risotadas que
echaba al verse con ropa nueva y hasta con calcetines, es mas que toda la
recompensa que uno pueda pedir.
Hoy Claude me ha ayudado de nuevo a
dar gracias a Dios por la vida y a descubrir que Dios haciéndose hombre en
Jesús ha querido acercarse de los pequeños, de los desvalidos, de los pobres,
de los que cuentan poco a los ojos de los demás. Os aseguro que Claude es un
ángel para Suzanne pero también para todos nosotros. FELIZ NAVIDAD y que podamos ser testigos alegres y sencillos,
serviciales y siempre dispuestos como Claude lo es con su madre.
Viernes 27 de diciembre 2019
Sobre Max.
En los ecos pasados hablaba de Max y
de todo lo que había vivido y sufrido pasando 5 años en prisión sin haber hecho
nada. El ha estado en nuestra casa mes y medio hasta hoy y este tiempo le ha
servido para volver a la realidad de este mundo con un poco de tranquilidad y
sin la presión de afuera. Ha podido también obtener el estatuto y la tarjeta de
refugiado político, cosa no muy fácil pues los demandantes son muchos y los trámites
suelen llevar a veces años, pero él ha tenido suerte y en un par de semanas ha
recibido su documento. Ha podido también hacer un balance de salud y curarse un
poco de cosillas que había atrapado o arrastrado durante estos 5 años viviendo
en condiciones muy a menudo inhumanas. Ha retomado relaciones y a partir de
personas que había encontrado en la cárcel ha llamado a muchas puertas para
buscar trabajo. Desgraciadamente el trabajo por aquí es un bien que escasea y
si no tienes amistades o relaciones es difícil de encontrar algo. Ha estado muy
contento de nuestra acogida en este momento crítico de su vida, y puedo decir
que para nosotros ha sido también una presencia bonita y serena que nos ha
ayudado a dar gracias por tanto cuanto tenemos y por tantos privilegios de los
que somos beneficiarios. Ha alquilado una habitación y se ha lanzado a comenzar
una nueva aventura y deseamos y pedimos que todo le vaya muy bien.
Domingo 29 de diciembre 2019
Celebrando la Navidad.
Creo que ya alguna otra vez ya he
compartido la reflexión que una persona me hacía sobre como aquí hay que vivir
el momento presente y disfrutar de lo que hay, a veces sin demasiado pensar a
mañana pues no se sabe si habrá mañana. Esta creo que puede ser una de las
razones que hace que a la hora de hacer la fiesta y de celebrar no se anden con
pamplinas. Aunque la situación social y económica no es muy favorable en estos días
he sido testigo de varios momentos de fiesta muy simpáticos y bonitos. El 1º fue
el domingo pasado una fiesta organizada por los niños de la parroquia y de las
parroquias cercanas. Hay un grupo llamado COP MONDE, que significaría los
Compañeros del Mundo y es para animar a los niños sobre los valores de la
universalidad, de la misión, de la fraternidad. El domingo pasado decidieron
juntarse aquí los chavales de unas cuantas parroquias cercanas y celebrar la
Navidad en nuestra parroquia. La mayoría iban de blanco y casi parecía sanfermines,
aunque sin el pañuelico. Animaron la misa de los niños con sus cantos y después
de la misa en el terreno de deporte hicieron sus juegos, su animación y todo
eso a pesar del sol de justicia que hacía. Después se había preparado debajo de
unas grandes mangos que tenemos detrás de casa el lugar para compartir la
comida que cada grupo había traído y como veréis por en las fotos si que se habían
organizado bien. Después de llenar la barriga era el tiempo de cantos, bailes,
juegos hasta casi las 5 de la tarde en que se pusieron de camino para volver a
sus casas. No puedo dejar de mencionar el detalle de un belén muy majico que habían
elaborado y que habían puesto en el centro para acompañar todo el evento. Es curioso
como desde pequeños saben organizarse y saben disfrutar a tope de estos
momentos con lo poco que tienen.
Hoy también hemos vivido un momento
muy bonito. Desde hace varios años hay un grupo misionero llamado GAMIX, Grupo
de los Amigos de los Misioneros Javerianos, que se reúne una tarde al mes en
nuestra casa. Hace unas semanas nació la idea de juntarnos con miembros de sus
familias para celebrar también la Navidad juntos. Se organizaron y repartieron
las tareas, quien llevaba una cosa, otra, quien preparaba, cocinaba… y hoy nos
hemos reunido a la sombra de los mangos, un lugar muy bonito, con un tiempo
veraniego y un ambiente muy majo. Las fotos lo dicen todo y veréis que ha
valido la pena el organizar este ratico. Sin duda que estas ocasiones refuerzan
la unidad de las personas en el grupo y hace que uno se sienta a gusto,
apreciado y con ganas de seguir adelante.
Ya veis que no todo son penas por aquí
y que también sabemos celebrar, y disfrutar de estas ocasiones pues como dicen
por aquí no sabemos si llegaremos a mañana.
Y para acabar os pongo algunas reflexiones que encontré y que me parecen
muy bonitas y pertinentes para este tiempo:
EL CAMELLO COJITO
El
camello se pinchó con un cardo en el camino —¡No llegamos, no llegamos y el
Santo Parto ha venido! —son las doce y tres minutos y tres reyes se han
perdido—.
El
camello cojeando Más medio muerto que vivo va espeluchando su felpa entre los
troncos de olivos. Acercándose a Gaspar, Melchor le dijo al oído: —Vaya birria
de camello que en Oriente te han vendido. A la entrada de Belén al camello le
dio hipo.
¡Ay,
qué tristeza tan grande con su belfo y en su hipo!
Se
iba cayendo la mirra a lo largo del camino, Baltasar lleva los cofres, Melchor
empujaba al bicho.
Y
a las tantas ya del alba —ya cantaban pajaritos— los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos, oyendo hablar como a un Hombre a un Niño recién
nacido.
—No
quiero oro ni incienso ni esos tesoros tan fríos, quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A
pie vuelven los tres reyes Cabizbajos y afligidos. Mientras el camello echado le
hace cosquillas al Niño. Gloria Fuertes
¿SOMOS
LIBRES?
No
somos libres para escoger el color de nuestra piel.
Pero
sí somos libres para no menospreciar ni envidiar a nadie que no
tenga nuestro color. También lo somos para respetar, valorar y celebrar los
colores de todas las pieles.
No
somos libres para elegir la religión en la que seremos
educados. Porque todas las religiones son expresiones del país, la cultura, el
pueblo o la familia en donde nacemos. Todas, caminos distintos para buscar la
Realidad Última. Todas con atajos equivocados y con recodos de hermosos
paisajes.
Pero
sí somos libres para aceptar o rechazar las creencias, los
dogmas, las prácticas, los ritos, los mediadores, las autoridades de la
religión aprendida. También lo somos para revisar todas esas tradiciones, para
repensarlas y decidir si nos nutren, si nos dan sentido, alegría y libertad.
No
somos libres para elegir nacer en pobreza o en riqueza, con
la vida asegurada o con la vida carenciada.
Pero
sí somos libres para elegir si compartimos o no lo que tenemos,
si nos arriesgamos o no a luchar por hacer menos desigual el mundo en que nos
tocó vivir, si vivimos contemplando las injusticias del mundo o contribuimos a
transformarlas.
No
somos libres para elegir el país donde nacemos.
Pero
sí somos libres para elegir otro país donde vivir, donde
trabajar, donde luchar, hasta donde morir. Y en ese país de adopción también
somos libres para contribuir a que vivan con dignidad quienes llegaron hasta
ese mismo puerto no libres, sino forzados por el desempleo, el hambre, la
guerra o la violencia.
No
somos libres para dejar de sentir temor, miedo, hasta
pánico, uno de los dos mecanismos que la sabia ley de la evolución dejó
inscrito más arraigadamente en nuestra psique para garantizar nuestra
sobrevivencia.
Pero
sí somos libres para enseñoreamos del miedo, para confesarlo
cuando lo sentimos sin avergonzarnos y para acompañar los miedos de nuestros
hermanos y hermanas hasta que logren superarlos.
No
somos libres para elegir la época en la que nos toca vivir,
ni para determinar cómo seremos recordados.
Pero
sí somos libres para luchar por la justicia, en el tiempo de
nuestros años, con sus incertidumbres, sus desafíos y sus esperanzas. Sí somos
libres para poner en juego en esa lucha todo el corazón que tenemos.
Más
allá, de nuestro tiempo, nos recordarán por el fuego que pusimos en esa lucha.
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