martes, 31 de diciembre de 2019

ECOS DE LA SABANA nº 90


Jueves 19 de diciembre 2019
Dos ángeles se han ido.
            Una de las cosas que a uno le sorprende, a pesar de llevar años viviendo aquí, es el modo anárquico con el que se construyen casa y edificios, en lugares en donde uno se pregunta cómo han hecho para poder llevar hasta allí los materiales pues no hay caminos ni nada parecido. Viendo lo que me rodea puedo decir que no hay cánones urbanísticos y cada uno hace lo que quiere o le da la gana., aunque en realidad está el ayuntamiento y sus empleados que deberían cuidar y hacer respetar un mínimo de orden y de armonía, pero a menudo estos se limitan a dar vueltas y a molestar sobre todo a los que circulan con sus vehículos para ver si pueden sacarles algún dinerillo. Es cierto que de vez en cuando ponen cruces de san Andrés rojas en los muros de algunas casas construidas ilícitamente y eso debería significar que la casa debe derrumbarse por estar construida en un lugar inadecuado o sin permiso de construcción, pero del dicho al hecho, como dice el refrán, hay un buen trecho.
            Hace poco os hablaba del corrimiento de tierra que hubo cerca de Bafoussam y que causó la muerte de unas 50 personas, pues habían construido sus casas en la ladera de un monte peligroso en donde se habían talado casi todos los árboles y con las lluvias abundantes la tierra, al no tener la sujeción de los árboles, iba deslizándose poco a poco hasta que llegó el desastre. Pero en nuestro barrio son muchas las casas que están construidas en las laderas y para subir hay que ser entre alpinista y cabra montesa; sin contar que allí no llega el agua corriente ni los caminos. Aquí muy cerca de nuestra casa comenzaron a construir un edificio de 3 pisos que ha invadido la carretera junto a la que está construido. Cuando lo hacían se veía y la gente hablaba, pero nadie hizo nada pues parece que pertenece a un gran abogado, un pequeño terrateniente en este barrio, al que todos temen. De hecho, no solo invadió la carretera, sino que el tercer piso está a poco más de un metro de una línea de alta tensión, y ya cuando lo estaban construyendo un obrero murió electrocutado pues toco con un hierro la línea de alta tensión. Pero como el señor es una personalidad, aquí nadie dijo nada ni pusieron la cruz de san Andrés sobre la pared. El caso es que este señor, tampoco pudo disfrutar de él pues mientras estaba en construcción murió de un paro cardíaco en mitad de un juicio y el edificio lleva 2 años parado pues sus hijos no deben entenderse muy bien.
            Es muy frecuente que en estos edificios en construcción haya personas que vivan en situaciones muy precarias, no son ocupas sino la mayoría personas del norte del país que les piden cuidar del edificio por un sueldo de miseria o veces por nada, solo por tener un techo, pero sin ventanas, ni luz, ni agua, ni …
Muchas veces encienden velas para alumbrarse y viven sin ninguna comodidad. Ayer había el entierro del vecino que vive junto a este edificio, y esas ocasiones son momentos de mucho ruido, mucha gente, etc. No se sabe que pasó ni cómo ocurrió pero cuando la misa del entierro terminaba a eso de las 10 de la noche se vio un fuego en el primer piso de ese edificio. Desgraciadamente cuando se dieron cuenta, llegaron e intentaron reaccionar descubrieron que probablemente una vela había dado fuego al colchón en el que dormían dos niños de esta familia que cuida del edificio. Los padres no sé si con el funeral se habían despistado o dónde estaban, pero el caso es que cuando llegaron al lugar del incendio el colchón era todo llamas y los dos niños estaban quemados calcinados. Un verdadero drama fruto, una vez más de la pobreza y de la anarquía con la que aquí se vive. Esta vez los que han pagado con sus vidas han sido estos dos ángeles inocentes, ¿cuántos más tendremos que ver todavía? Que descansen en paz y gocen de la vida que aquí no han vivido.

Miércoles 25 de diciembre 2019
Otro ángel llamado Claude.
            Son ya muchos los años, casi 25, en que he pasado la Navidad en África, pero recordando la Navidad con frio, nieve, abetos, bufandas, gorros y todo eso que conocéis cuesta siempre darse cuenta aquí que estamos en Navidad. Ya sabéis que por estas latitudes siempre hace calor y disfrutamos de un buen sol. En estas fechas además contamos con la presencia del polvo rojizo que lo invade todo pues estamos en la estación seca y hay varios caminos en el barrio de tierra que hace que todo el ambiente se llene de polvo. Estos últimos días han sido de preparativos: limpieza de la casa, preparación de belenes y todo eso pues hay que dar un ambiente festivo y bonito a estos momentos.
            Esta mañana he llevado la comunión a los enfermos como cada domingo o día de fiesta y entre ellos está mamá Suzanne. Sabéis que aquí a las mujeres, sobre todo de una cierta edad, se les suele llamar afectuosamente con la palabra mamá, es la palabra que acompaña a sus nombres. Ella es viuda y ya bastante mayor, cerca de 80 años, cada vez más torpe por sus problemas en las rodillas y el gran peso que tiene. Algún domingo logra venir a la misa, si encuentra un coche que la traiga, pero últimamente suele estar ausente. Suzanne ha tenido 7 hijos, dos de los cuales han fallecido causándole un gran malestar y trauma pues ella dependía en parte de ellos para vivir. Su ultimo hijo es Claude, y como digo arriba este es su ángel de la guarda que no la deja sola ni de noche ni de día. Claude es un chaval, aunque ya tiene 43 años, con una eterna sonrisa en sus labios y siempre agradece que le digas una palabra y le hagas alguna broma. Es un chico con síndrome de down, el único que he visto en el barrio y es el que hace todas las pequeñas tareas en su casa: va a buscar agua, lava los platos, lava la ropa y apenas su madre le llama allí aparece como un clavo para realizar lo que ella le pide. Cada año en estas fechas le ofrezco la ropa para la fiesta y no veáis las sonrisas que desborda de su cara. Ayer le llevé la ropa con unos zapatos y enseguida empezó a decir a su madre una palabra que al principio no entendíamos pero que al repetirla varias veces la entendimos perfectamente. La palabra era CHAUSETTE, que quiere decir CALCETINES y claro al ver los zapatos él decía que eso había que ponérselos con calcetines. A mí se me había pasado pero esta mañana lo he arreglado y cuando he ido a llevar la comunión se los he llevado.  Solo ver la alegría y las risotadas que echaba al verse con ropa nueva y hasta con calcetines, es mas que toda la recompensa que uno pueda pedir.
            Hoy Claude me ha ayudado de nuevo a dar gracias a Dios por la vida y a descubrir que Dios haciéndose hombre en Jesús ha querido acercarse de los pequeños, de los desvalidos, de los pobres, de los que cuentan poco a los ojos de los demás. Os aseguro que Claude es un ángel para Suzanne pero también para todos nosotros. FELIZ NAVIDAD y que podamos ser testigos alegres y sencillos, serviciales y siempre dispuestos como Claude lo es con su madre.

Viernes 27 de diciembre 2019
Sobre Max.
            En los ecos pasados hablaba de Max y de todo lo que había vivido y sufrido pasando 5 años en prisión sin haber hecho nada. El ha estado en nuestra casa mes y medio hasta hoy y este tiempo le ha servido para volver a la realidad de este mundo con un poco de tranquilidad y sin la presión de afuera. Ha podido también obtener el estatuto y la tarjeta de refugiado político, cosa no muy fácil pues los demandantes son muchos y los trámites suelen llevar a veces años, pero él ha tenido suerte y en un par de semanas ha recibido su documento. Ha podido también hacer un balance de salud y curarse un poco de cosillas que había atrapado o arrastrado durante estos 5 años viviendo en condiciones muy a menudo inhumanas. Ha retomado relaciones y a partir de personas que había encontrado en la cárcel ha llamado a muchas puertas para buscar trabajo. Desgraciadamente el trabajo por aquí es un bien que escasea y si no tienes amistades o relaciones es difícil de encontrar algo. Ha estado muy contento de nuestra acogida en este momento crítico de su vida, y puedo decir que para nosotros ha sido también una presencia bonita y serena que nos ha ayudado a dar gracias por tanto cuanto tenemos y por tantos privilegios de los que somos beneficiarios. Ha alquilado una habitación y se ha lanzado a comenzar una nueva aventura y deseamos y pedimos que todo le vaya muy bien.

Domingo 29 de diciembre 2019
Celebrando la Navidad.
            Creo que ya alguna otra vez ya he compartido la reflexión que una persona me hacía sobre como aquí hay que vivir el momento presente y disfrutar de lo que hay, a veces sin demasiado pensar a mañana pues no se sabe si habrá mañana. Esta creo que puede ser una de las razones que hace que a la hora de hacer la fiesta y de celebrar no se anden con pamplinas. Aunque la situación social y económica no es muy favorable en estos días he sido testigo de varios momentos de fiesta muy simpáticos y bonitos. El 1º fue el domingo pasado una fiesta organizada por los niños de la parroquia y de las parroquias cercanas. Hay un grupo llamado COP MONDE, que significaría los Compañeros del Mundo y es para animar a los niños sobre los valores de la universalidad, de la misión, de la fraternidad. El domingo pasado decidieron juntarse aquí los chavales de unas cuantas parroquias cercanas y celebrar la Navidad en nuestra parroquia. La mayoría iban de blanco y casi parecía sanfermines, aunque sin el pañuelico. Animaron la misa de los niños con sus cantos y después de la misa en el terreno de deporte hicieron sus juegos, su animación y todo eso a pesar del sol de justicia que hacía. Después se había preparado debajo de unas grandes mangos que tenemos detrás de casa el lugar para compartir la comida que cada grupo había traído y como veréis por en las fotos si que se habían organizado bien. Después de llenar la barriga era el tiempo de cantos, bailes, juegos hasta casi las 5 de la tarde en que se pusieron de camino para volver a sus casas. No puedo dejar de mencionar el detalle de un belén muy majico que habían elaborado y que habían puesto en el centro para acompañar todo el evento. Es curioso como desde pequeños saben organizarse y saben disfrutar a tope de estos momentos con lo poco que tienen.
            Hoy también hemos vivido un momento muy bonito. Desde hace varios años hay un grupo misionero llamado GAMIX, Grupo de los Amigos de los Misioneros Javerianos, que se reúne una tarde al mes en nuestra casa. Hace unas semanas nació la idea de juntarnos con miembros de sus familias para celebrar también la Navidad juntos. Se organizaron y repartieron las tareas, quien llevaba una cosa, otra, quien preparaba, cocinaba… y hoy nos hemos reunido a la sombra de los mangos, un lugar muy bonito, con un tiempo veraniego y un ambiente muy majo. Las fotos lo dicen todo y veréis que ha valido la pena el organizar este ratico. Sin duda que estas ocasiones refuerzan la unidad de las personas en el grupo y hace que uno se sienta a gusto, apreciado y con ganas de seguir adelante.
            Ya veis que no todo son penas por aquí y que también sabemos celebrar, y disfrutar de estas ocasiones pues como dicen por aquí no sabemos si llegaremos a mañana.


Y para acabar os pongo algunas reflexiones que encontré y que me parecen muy bonitas y pertinentes para este tiempo:

EL CAMELLO COJITO
El camello se pinchó con un cardo en el camino —¡No llegamos, no llegamos y el Santo Parto ha venido! —son las doce y tres minutos y tres reyes se han perdido—.
El camello cojeando Más medio muerto que vivo va espeluchando su felpa entre los troncos de olivos. Acercándose a Gaspar, Melchor le dijo al oído: —Vaya birria de camello que en Oriente te han vendido. A la entrada de Belén al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra a lo largo del camino, Baltasar lleva los cofres, Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba —ya cantaban pajaritos— los tres reyes se quedaron boquiabiertos e indecisos, oyendo hablar como a un Hombre a un Niño recién nacido.
—No quiero oro ni incienso ni esos tesoros tan fríos, quiero al camello, le quiero. Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes Cabizbajos y afligidos. Mientras el camello echado le hace cosquillas al Niño. Gloria Fuertes

¿SOMOS LIBRES?
No somos libres para escoger el color de nuestra piel.
Pero sí somos libres para no menospreciar ni envidiar a nadie que no tenga nuestro color. También lo somos para respetar, valorar y celebrar los colores de todas las pieles.
No somos libres para elegir la religión en la que seremos educados. Porque todas las religiones son expresiones del país, la cultura, el pueblo o la familia en donde nacemos. Todas, caminos distintos para buscar la Realidad Última. Todas con atajos equivocados y con recodos de hermosos paisajes.
Pero sí somos libres para aceptar o rechazar las creencias, los dogmas, las prácticas, los ritos, los mediadores, las autoridades de la religión aprendida. También lo somos para revisar todas esas tradiciones, para repensarlas y decidir si nos nutren, si nos dan sentido, alegría y libertad.
No somos libres para elegir nacer en pobreza o en riqueza, con la vida asegurada o con la vida carenciada.
Pero sí somos libres para elegir si compartimos o no lo que tenemos, si nos arriesgamos o no a luchar por hacer menos desigual el mundo en que nos tocó vivir, si vivimos contemplando las injusticias del mundo o contribuimos a transformarlas.
No somos libres para elegir el país donde nacemos.
Pero sí somos libres para elegir otro país donde vivir, donde trabajar, donde luchar, hasta donde morir. Y en ese país de adopción también somos libres para contribuir a que vivan con dignidad quienes llegaron hasta ese mismo puerto no libres, sino forzados por el desempleo, el hambre, la guerra o la violencia.
No somos libres para dejar de sentir temor, miedo, hasta pánico, uno de los dos mecanismos que la sabia ley de la evolución dejó inscrito más arraigadamente en nuestra psique para garantizar nuestra sobrevivencia.
Pero sí somos libres para enseñoreamos del miedo, para confesarlo cuando lo sentimos sin avergonzarnos y para acompañar los miedos de nuestros hermanos y hermanas hasta que logren superarlos.
No somos libres para elegir la época en la que nos toca vivir, ni para determinar cómo seremos recordados.
Pero sí somos libres para luchar por la justicia, en el tiempo de nuestros años, con sus incertidumbres, sus desafíos y sus esperanzas. Sí somos libres para poner en juego en esa lucha todo el corazón que tenemos.
Más allá, de nuestro tiempo, nos recordarán por el fuego que pusimos en esa lucha.

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