jueves, 16 de mayo de 2013

Ecos de la Sabana- nº 13 - 76

Miércoles 24 Abril 2013
Yasen o el saber dar gracias.
            Antes de ayer a la tarde vi a uno que trabajaba duro con la “machete” alrededor de nuestra casa cortando las hierbas. Ayer de nuevo allí estaba siguiendo con su trabajo y dejando todo como el oro. Así que le preparé un plato de plátanos cocidos con verduras y fui a llevárselo y a charlar un rato con él.
            Hemos estado charlando un buen rato sobre su vida, su familia y el porqué de su presencia aquí con la machete. Me dijo que se llama Yasen, tendrá unos treinta años y vive o sobrevive desplumando pollos en un mercado. Va muy temprano cada mañana y allí ofrece a los que venden y compran pollos, su servicio de desplumarlos y limpiarlos; por cada pollo le dan 0’15 céntimos de E. Al cabo del día gana algo pero sin duda que no debe andar muy sobrado, pero me comentaba que eso es lo que tiene y da gracias a Dios por poderse ganar la vida así, de una forma digna. Vive con su mujer, me dijo su novia, pues no están casados, como os hablaba en los ecos pasados, y tienen tres hijos. La hija mayor de ocho años debe tener una enfermedad rara en los huesos que le produce muchos dolores cuando hay cambios de temperatura, y por falta de medios sobrelleva como puede el dolor.
            Me ha parecido un hombre sencillo, honesto y sincero. Pero lo que más me ha sorprendido, si así se puede decir, pues conforme me hablaba de su vida y de su familia veía una situación difícil y un luchar con mucha fuerza para salir adelante. Si, lo que más me ha sorprendido ha sido el porqué de su presencia aquí durante estos días limpiando con la machete las hierbas y dejándolo todo muy bien.
Hace unos meses estuvo enfermo de varicela y debido a su situación laboral precaria no tenia medios para ir al hospital y cargar con los gastos de la enfermedad, así que vino a la comunidad para pedir ayuda. Son bastantes las personas que lo hacen por distintos motivos. Se informo la caritas de su caso y después de informarse vieron la situación precaria de Yasen. Lo enviaron a un hospital de religiosas en donde la caritas tiene un acuerdo con ellos para que los que son enviados por la parroquia reciban el tratamiento gratis y luego ésta paga todos los gastos ocasionados. Allí Yasen fue atendido, cuidado y gracias a ello recupero la salud. Me comentaba que venía a limpiar las hierbas como signo de gratitud por la ayuda que se la había dado cuando más la necesitaba y como acción de gracias por la salud que había recuperado.
            Hemos charlado un buen rato mientras comía con gusto y ganas el plato que le había ofrecido y luego ha vuelto a su trabajo con su “machete” que no perdonaba ninguna hierba.
            Yo pensaba en el corazón grande de este hombre y en su saber dar gracias sin hacer ruido ni hacerse ver por el bien que había recibido. Sin duda que es un ejemplo para cada uno de nosotros y una invitación a tener gestos de gratitud y a saber dar las gracias por tantos bienes recibidos.

Miércoles 1 Mayo 2013
Fiesta del trabajo, para el que lo tenga.
            Estos días atrás oía en la radio las cifras de desempleo que ya han superado los 6 millones de personas, es decir una de cada cuatro personas no tienen trabajo. Sin duda que es un drama muy grande para todas estas personas y para tantas familias que lo sufren. Estos días me escribía un amigo que es concejal de asuntos sociales contándome el esfuerzo que se está haciendo en todos los pueblos para paliar el sufrimiento de todas estas familias. Eso es motivo de esperanza en medio de tanto sufrimiento.
            El otro día preguntaba a un camerunés cuanta gente en este país tiene un contrato de trabajo y está afiliada a la seguridad social, y no supo contestarme. Creo que es difícil pero mirando a mi alrededor no creo que sea más del 20 o 25 % de los cameruneses. La mayoría viven del trabajo informal haciendo chapucillas y de la venta ambulante. Hay barrios enteros que son mercados al aire libre, las aceras  están invadidas por los que venden y hay que abrirse paso para poder avanzar con dificultad. Yo suelo decir que casi todo el mundo vende algo pero ¿quién es el que compra? Al final son ellos mismos quienes compran los unos de los otros. Hay una expresión aquí que dice “buscarse la vida no es robar”, y de hecho la mayoría de la gente vive o sobrevive buscándose la vida como puede. El otro día me crucé con uno que recorría el barrio cantando precisamente esto que acabo de decir un poco más arriba con una melodía alegre y hasta con unas maracas que le acompañaban, y luego decía que es lo que él hacía; era el médico de los cacharros. Es decir, reparaba perolas y recipientes viejos y agujereados.
            Muchos se han ido del pueblo por miedo a que les hagan “mal”, es el miedo al mal de ojo y todo eso, y se han venido aquí a la ciudad para vivir en condiciones muchas veces indignas, haciendo cualquier cosa o con trabajos remunerados muy poco. De hecho hay bastantes personas que cobran entre  45 y 60 E al mes, y uno se pregunta cómo hacen sabiendo que los gastos de la ciudad son bastantes.
            Leía en un periódico que el 50% de la población camerunesa tiene menos de 18 años y el 75% menos de 34, así que daros cuenta que bomba de relojería hay puesta en este país y en la mayoría de los países africanos con mucha población joven y con pocas salidas laborales.
            Hoy, fiesta del primero de mayo, la tradición es celebrar un gran desfile de los que trabajan en empresas o sociedades por toda la avenida central de la ciudad. Por lo general cada empresa regala a sus empleados camisetas y gorras y es bonito ver grupos de gente todos uniformados con sus distintos colores. Por la tarde las calles estaban muy animadas y los bares y tabernas estaban a rebosar con música a tope y con gran ambiente. Así es, pues la crisis no afecta a todos del mismo modo. Otros dicen que hay que saber celebrar y festejar el trabajo que se tiene mientras se tenga.

Domingo 5 Mayo 2013
         Arriesgando la vida con el trabajo precario
            También esta vez lo que quiero contar tiene relación con el trabajo muy a menudo precario y arriesgado que muchos hacen para sobrevivir.
            Esta tarde he ido a visitar a un hospital, junto a uno de los compañeros, a Jean D’Arc, una mujer del barrio que sufrió quemaduras muy graves el miércoles pasado, justo el día de la fiesta del trabajo y que está bien, gracias a Dios. Hemos ido a estar un rato con ella, a llevarle la comunión y también le he llevado un tarro de una crema milagrosa que hace mi madre para las quemaduras. Ya os contaré como le va y haré una fotico otro día de ella cuando venga a su casa.
            Entre los distintos trabajillos que hace mucha gente, uno muy frecuente es el de los puestos de comida: buñuelos, alubias, papilla de maíz, pescado a la brasa, carne asada, frutas de todo tipo, cacahuetes, etc. Es curioso pero cada uno se especializa en lo suyo a una determinada hora y en un lugar fijo. Los hay que venden para el desayuno, otros durante el día y otros para la cena por la noche. Es muy normal el encontrar la gente que desayuna, come, cena o toma algo en el borde del camino aprovechando la presencia de estos puestecillos que los hay por todos los sitios. Y son muchas las familias que viven gracias a ello o que reciben una buena ayuda a la economía familiar gracias a estas diversas ventas de comida.
            Jean D’Arc es vendedora de buñuelos: unos de los de toda la vida, aunque aquí los venden sin azúcar, y otros con banana dentro que están buenísimos. Suele hacerlos en una cocinilla improvisada con fuego de leña. Pero el miércoles la cosa pudo ser muy grave. No sé cómo le dio por mover las ascuas y la madera encendida con el amortiguador de un coche, se lo tengo que preguntar. El caso es que parece que dentro del amortiguador hay una especie de gas y este exploto quemándole toda la cara, las manos y un poco las piernas. Enseguida la llevaron al centro médico y la curaron. Hoy después de cuatro días el aspecto era mejor aunque impresiona un poco al ver que la piel de la cara había desaparecido. Hemos bromeado diciéndole que si quería ponerse blanca podía haberlo hecho de otro modo menos violento.
            Como se dice para muestra de la precariedad del trabajo por aquí basta un botón, y si vierais los que construyen edificios de varios pisos sin andamios, sin protección, ni nada de eso, veríais que eso si que es jugarse el tipo. Pero como nadie dice nada pues adelante, sabiendo que son los más pobres los que siempre arriesgan mas y los que muy a menudo se juegan el tipo por sueldos de miseria.

Miércoles 8 Mayo 2013
Derechos de los disminuidos
            Cada miércoles al caer de la tarde nos dispersamos para participar en la reunión de las CEBs (comunidades eclesiales de base) que son 14 en nuestra parroquia. Creo que en otro de los ecos anteriores os he hablado algo de estos grupos o comunidades. Es algo muy interesante que revitaliza la iglesia y ayuda mucho, a los que participan, a vivir su fe y su compromiso en el día a día. Cada CEBs, una vez a la semana, se reúne en la casa de una familia y las hay en donde se juntan 5 o 7 personas y otras en donde se pasa de los 20. En pocas palabras una CEBs es una iglesia en pequeño o familiar, allí la gente se conoce, se interesan los unos de los otros, y se intenta que la reflexión o la oración que se hace pueda llevarse a la vida y hacerse más concreta. Hay veces que se reflexiona y debate sobre algún sujeto con unas preguntas y unos textos previstos de antemano, y esta tarde en la comunidad en donde he estado el tema de reflexión y de debate era “?como nos ocupamos y preocupamos de los disminuidos?”
Había preguntas que nos ayudaban a abrir los ojos y ver si estas personas están integradas y como viven en nuestros barrios. Varios hablaban de los minusválidos como de una “mala suerte” o maldición, algunas familias los esconden y se avergüenzan de ellos; a veces piensan que es consecuencia de un pecado o desorden de los padres.
Luego hemos leído y reflexionado sobre un texto del evangelio en el que Jesús nos invita claramente a abrir los ojos y tener actitudes positivas de acogida, amor y atención hacia estas personas (Mt 25,31s). Y después de que varios hayan hablado y compartido sobre el tema Jean Pierre, que estaba sentado junto a mí, ha tomado la palabra y con ganas. Este ha tenido no sé qué problema en los ojos y a pesar que en uno lo han operado, se ha quedado medio ciego o casi completamente ciego. El ha comenzado diciendo que él mismo es minusválido y por eso el tema le interesa al vivirlo en su propia carne. También decía que ha sufrido mucho con su enfermedad y su ceguera que ha llegado a una edad en donde uno se come el mundo, 20 años. Y lo más importante que ha transmitido es que él y personas como él no necesitan solo ayuda económica, según él hay muchas personas que les echan un cable aunque el gobierno no les dé nada ni se preocupe en absoluto de ellos. Nos compartía que una de las mayores y más valiosa ayuda que recibe es la ayuda de atención hacia él y la ayuda espiritual que necesita y que al principio no recibía de los que estaba a su alrededor. Se ha alargado bastante, se veía que tenía ganas de hablar y era algo que llevaba muy dentro; pero todos lo hemos escuchado con respeto y atención pues nos estaba abriendo su corazón y contando una experiencia vivida en su propia carne y sin duda que, a través de tanto dolor.
Me ha sorprendido de oírlo decir que él necesitaba que alguien le hablara de Dios y de la fe, y de hecho nos ha confesado que como al principio nada se la ofrecía, durante unos meses una pareja de testigos de Jehovah fueron asiduamente cada semana a su casa para hablar con él e intentarlo llevar a su templo. El se sentía contento y alegre de recibir esa visita y poder así compartir con ellos sobre la fe. Le invitaron bastantes veces a ir con ellos a su templo pero él rechazo pues no era eso lo que buscaba.
Ahora vive en casa de uno primo y no deja de asistir al encuentro semanal de la CEBs por nada del mundo. Así es, de la boca de Jean Pierre hoy hemos oído que  no solo necesita una casa que lo acoja y un plato que lo alimente sino también una comunidad o un grupo de personas que se interesen de él y compartan con él la fe y la palabra de Jesús.  Y para eso existen las CEBs. ¡Ojala pudieran estar presentes en todas nuestras parroquias!



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