Junio
2024
Queridos hermanos y hermanas, quisiera que en
este mes oremos por los que huyen de su país.
Al drama que viven las personas
forzadas a abandonar su tierra huyendo de guerras o de la pobreza, se une
muchas veces el sentimiento de desarraigo, de no saber a dónde se pertenece.
Además, en algunos países de
llegada, los migrantes son vistos con alarma, con miedo.
Aparece entonces el fantasma de
los muros: muros en la tierra que separan a las familias y muros en el corazón.
Los cristianos no podemos
compartir esta mentalidad. El que acoge a un migrante, acoge a Cristo.
Debemos promover una cultura
social y política que proteja los derechos y la dignidad del migrante. Y que
los promueva en sus posibilidades de desarrollo. Y que los integre.
A un migrante hay que acompañarlo,
promoverlo e integrarlo.
Oremos para que los migrantes
que huyen de las guerras o del hambre, obligados a viajes llenos de peligro y
violencia, encuentren aceptación y nuevas oportunidades en la vida. Papa Francisco
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