Sábado
28 octubre 2023La
historia de Samir el enano y Mohammed el ciego.
La foto adjunta, fue
tomada en Damasco (Siria) en el año de 1889. El hombre que está siendo llevado,
es un cristiano llamado “Samir el enano”.
Quien le lleva a cuestas, es Mohammed, un musulmán ciego. Samir el enano,
dependía de Mohammed para el transporte a través de las concurridas calles de
Damasco. Mohammed, dependía a su vez de Samir, para que le ayudase y guiase en
su caminar, evitando así los obstáculos. Sólo uno de ellos era capaz de
caminar; y sólo uno de ellos era capaz de ver. Ambos eran huérfanos, y vivían
juntos en la misma habitación. Samir y Mohammed siempre estaban juntos. Cuando
murió Mohammed, Samir se quedó en su habitación, llorando durante toda una
semana. Samir había perdido “su otra mitad”; y, como resultado, termino
muriendo de tristeza.
Esta historia, que
encarna el espíritu del diálogo, debe servir de ejemplo tanto a judíos, como a
cristianos y musulmanes. Y es que, pensándolo bien, todos somos “huérfanos” (es
decir, compartimos los mismos sufrimientos de la vida). Y, cada uno de
nosotros, tiene una aportación única que realizar. Por eso, debemos hacer
nuestro más grande esfuerzo por vivir juntos, trabajando en armonía para lograr
el bienestar mutuo. Obrando de este modo, podremos transitar con mayor
facilidad las sendas angostas de nuestra vida terrenal. Y es así que lograremos
ser realmente fuertes: cuando el amor
fraterno, y la solidaridad, sean tan grandes que ya no podamos vivir los unos
sin los otros.
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