La tortura.
¡Dios mío, la tortura!
La tortura no es una historia de ayer.
Desgraciadamente, es parte de nuestra historia de hoy.
¿Cómo es posible que la capacidad humana para
la crueldad sea tan grande?
Existen formas de tortura muy violentas,
otras más sofisticadas como el trato degradante, la anulación de los sentidos o
detenciones masivas en condiciones que no son humanas, que quitan la dignidad
de las personas.
Pero esto no es una novedad. Pensemos en el
propio Jesús, cómo fue torturado y crucificado.
Paremos este horror de la tortura. Es
imprescindible poner la dignidad de la persona por encima de todo.
Si no las víctimas no son personas, son
“cosas” y se las puede maltratar sin medida, causándoles la muerte o daños
psicológicos y físicos permanentes para toda la vida.
Oremos para que la comunidad internacional se
comprometa concretamente en la abolición de la tortura, garantizando el apoyo a
las víctimas y sus familias.
Papa
Francisco – Junio 2023
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