Lunes 11 julio
2022¿Por
qué siguen atentando contra iglesias y cristianos en Nigeria?
El mes de junio ha sido particularmente dramático
y sangriento en Nigeria en donde ha habido varios atentados contra iglesias que
han ocasionado la muerte de muchos inocentes que lo único que hacían era rezar
y pedir a Dios la paz para todos.
Nigeria, el país más poblado de África con unos
200 millones de habitantes, se ha visto de nuevo sacudida durante varios meses
por trágicos ataques. El domingo 5 de junio, fiesta de Pentecostés, alrededor
de 50 fieles perdieron la vida en el asalto a la iglesia St. Francis Xavier en
Owo, estado de Ondo, suroeste de Nigeria. Curiosamente Ondo es conocido como uno
de los estados más pacíficos. Sin embargo, el estado se ha visto envuelto en un
creciente conflicto violento entre agricultores y pastores. También, el sureste
del país ha sido recientemente escenario de graves secuestros y
asesinatos. Las autoridades atribuyen estos crímenes a los separatistas
del Pueblo Indígena de Biafra, un grupo que aboga por la secesión de ese
territorio.
Los agresores, según los testigos, un grupo
de cinco personas comenzó a disparar de modo indiscriminado tanto dentro del
templo como en los alrededores, y explosionó una bomba, antes de
secuestrar al sacerdote celebrante y a un puñado de fieles. Gran parte de las
víctimas fueron niños y mujeres. Algo parecido ocurrió a finales de mayo e hice
una información en los ecos de la sabana nº 169.
El presidente nigeriano Muhammadu Buhari
afirmó que “sólo demonios del inframundo podrían haber concebido y llevado a
cabo un acto tan ruin”.
Ningún grupo ha reivindicado aún el brutal
ataque. Nigeria es objeto de frecuentes atentados yihadistas contra cristianos,
pero estos se limitan casi siempre al norte del país, de mayoría
musulmana. La mayor parte de los 98 millones de cristianos -en una
población de poco más de 200 millones- viven en el sur de Nigeria, donde sí es
frecuente la acción de bandas criminales y de grupos armados separatistas.
El odio religioso que muestra la masacre es
sin embargo más propio de los grupos
yihadistas que operan en el noreste de Nigeria, en particular
el más sanguinario, Boko Haram, que trata de atemorizar así a las poblaciones
cristianas para que huyan antes de proclamar un 'califato' en ese territorio.
Viejos y nuevos grupos armados que predican
la «guerra santa» causan estragos en un inmenso triángulo que comprende
Nigeria, Niger, Chad, Burkina Fasso, Camerún y Mali, y se ceban en poblaciones
de civiles cristianas e indefensas.
"Es
muy triste que mientras se celebraba la misa, hombres armados desconocidos
atacaron la Iglesia Católica de San Francisco... dejando muchos muertos y
muchos heridos y la Iglesia deshonrada", dijo el portavoz de la
Iglesia Católica en Nigeria, Augustine Ikwu.
Y por si esto fuera poco de nuevo el domingo
19 de junio, día del Corpus Christi, un grupo terrorista, formado por varios
hombres armados, abrió fuego durante la misa contra fieles de la iglesia
católica de Saint-Moses, en el pueblo de Robuh, en el estado de Kaduna
(centro-oeste) del país, después de atacar varias aldeas en el estado de
Kaduna. Al menos tres personas resultaron muertas y treinta y seis secuestradas.
El pueblo de Robuh ya había sido atacado el 5 de enero de 2022 y anteriormente
el 27 de abril de 2020. Los fieles de la Iglesia Católica y los de la Iglesia
Metodista habían decidido celebrar los servicios dominicales a las 7 de la
mañana, para permitir que los participantes regresaran a casa lo antes posible.
Pero los atacantes lanzaron el ataque poco después de las 7 de la mañana.
Nigeria lucha con problemas de seguridad,
como ataques de bandidos y secuestros masivos por lucrativos rescates, sobre
todo en el centro y noreste del país. A esta inseguridad, se suma la
amenaza yihadista que asola el noreste del país desde 2009, causada por el
grupo Boko Haram y, desde 2015, por su facción ISWAP (Estado Islámico en la
Provincia de África Occidental).
Nos cuesta comprender cómo en nuestros tiempos se recurra a la violencia para solucionar los problemas y todavía más se practique la violencia contra personas indefensas, reunidas para rezar. Sin duda que es una invitación grande a la tolerancia, al respeto y a sacar de nosotros tantas críticas y pensamientos negativos, intolerantes y hasta homicidas que a veces nos habitan.
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