La semana pasada escribía a propósito de
la llegada de inmigrantes a las Canarias debido al papel que uno de ellos mostró en el
que había escrito: “Barça o Barçakh”. Estos días se ha
hablado bastante de ello y como
siempre los unos echan las culpas a los otros, se acusan unos a otros intentando
politizar la cosa e incluso empiezan a aparecer imágenes y comentarios sobre el
peligro de la invasión.
Precisamente ayer sábado recibía un correo de Charlotte, una religiosa
congoleña, amiga mía, que trabaja en Mokolo, una pequeña ciudad en el norte de
Camerún, cercana a la frontera con Nigeria y me hablaba de la situación que
allí están viviendo con todos los refugiados que allí se han instalado y que
huyen de la violencia causada por el grupo terrorista llamado Boko Haram. En los ecos nº 45 de 2015 escribía un poco sobre este conflicto
desconocido pero que está causando muchísimas víctimas en Nigeria, Chad,
Camerún y Níger. En las fotos que cuelgo en el blog podréis ver como las
fronteras de estos 4 países son muy cercanas y porosas y eso está produciendo
muchísimas muertes desde hace ya más de 10 años.
Boko Haram significa literalmente “no al libro”, es decir “no a todo lo
que viene de occidente” pero es curioso que digan que no quieren los libros
pero en cambio ahí están utilizando fusiles y armas que vienen de occidente,
para sembrar el terror y la muerte indistintamente entre cristianos, musulmanes
y todos los que pillan a su paso.
Charlotte me decía que no pasa un día sin que haya incursiones en las
aldeas fronterizas de Camerún con Nigeria. Me enviaba un artículo de Bruno
Ateba, el obispo de esa diócesis, llamada Maroua-Mokolo, en el que el obispo
hacia esta afirmación: “Boko Haram es como la bestia del Apocalipsis
que aunque le corten la cabeza parece que vuelve a nacer otra vez. El gobierno de Nigeria había anunciado a
finales del 2015 que este grupo terrorista, nacido hacia el 2009, había sido al
fin derrotado. Pero la realidad es que siguen secuestrando, persiguiendo y
matando un día tras otro”.
Barthelemy Yaouda, obispo de Yagoua, siempre en esa zona
norte del Camerún decía también hace poco: “¡Mi pueblo natal de Blablim ya no existe!
Los terroristas mataron a un joven de mi familia, saquearon todo el pueblo
y mi casa natal. Excepto los ancianos y los enfermos, todos tuvieron que
huir a Mora, a 17 km de distancia.»
Según el
obispo Bruno, se sigue saqueando, pillando, robando y secuestrando a la gente
sencilla de los pueblos. Desde 2009 más de 36.000 personas han muerto en estos
4 países víctimas de este conflicto, la mayoría civiles y el número de
desplazados, también en los 4 países, es de unos 3 millones de personas. El
gobierno de Camerún ha desplegado muchos militares para acabar con los
terroristas pero, según el obispo, a pesar de eso en su diócesis en los últimos
meses ha habido 13 ataques con muertos, secuestrados y pueblos quemados. Y
según los datos que él ofrece se calcula que hay unas 321.000 personas
desplazadas en el norte de Camerún y son unos 115.000 los refugiados nigerianos
que también han llegado a esa zona a causa de este conflicto. Hay mucho miedo y
las misas se celebran bajo fuertes medidas de seguridad por miedo a atentados.
La mayoría de los misioneros han debido abandonar sus misiones, pues la zona es
peligrosa y ya ha habido varios secuestros de misioneros.
Con esto nos damos cuenta que la realidad de la llegada masiva de personas procedentes de lugares difíciles, o que huyen de situaciones de violencia, de guerra, de persecución no es algo que se haga solo aquí, sino que desgraciadamente son muchos los desplazados, los que emigran, los que buscan algo mejor en donde poder vivir, y África es uno de los continentes que más gente acoge a causa de distintos conflictos internos. El que no se hable de ello y que eso no sea noticia no quiere decir que no exista.
Y aquí os
dejo con estas frases para
pensar:
“La pobreza no es un accidente como la esclavitud y el apartheid, es una creación del hombre y puede eliminarse con las acciones de los seres humanos”. “Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada” Nelson Mandela
Todo el
mundo piensa en cambiar a la humanidad. Casi nadie piensa en cambiarse a sí
mismo.
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