Lunes 17 de Agosto 2020
La belleza salvará el
mundo.
En memoria del compañero Carlo
Girola que falleció en el trágico accidente de tren que se produjo en 2016 aquí
en Camerún y de todas las víctimas de ese accidente, creamos una
asociación-fundación llamada FOCAGI. Uno de sus objetivos es de promover los
valores humanitarios, la cultura de la paz, de la solidaridad y de la
fraternidad entre los pueblos. Este año hemos organizado el 1er
concurso de poesía buscando así promover estos valores a través de la poesía.
El tema que elegimos fue “la belleza de
vivir juntos, la diversidad es nuestra mayor riqueza”. Dicen que Camerún es
África en miniatura pues se encuentran los climas, la vegetación, los pueblos
más variados, desde la zona desértica hasta el bosque ecuatorial pasado por la
gran franja del trópico.
Era la 1ª vez que un concurso de
este tipo se organizaba aquí y precisamente apenas lo convocamos llego el virus
que cerró las escuelas y paralizó todo. Pero a pesar de eso fueron 10 los
jóvenes, entre 15 y 25 años, que quisieron participar. El sábado pasado,
quisimos hacer público y entregar los premios de este 1er concurso
al final de la misa de la Asunción para animar a muchos otros jóvenes a
participar en la 2ª edición de este concurso que queremos organizar en este
nuevo curso. Ya veréis las fotos y todos estaban contentos. Algunos pueden
sorprenderse de ver que en un lugar en donde hay tantas carencias y necesidades
organicemos un concurso de poesía, como si la poesía diera de comer. Los que
piensan así tienen razón pero al mismo tiempo me gusta mucho la frase de
Dostoyevski que dice “la belleza salvará
el mundo”. Y creo que en medio de carencias y necesidades también hace
falta mirar lejos, descubrir la belleza que nos rodea y colaborar para crear
esta belleza. Y por si esto fuera poco, nuestro objetivo era el de invitar a los
jóvenes a reflexionar sobre temas que ayudan a convivir y a descubrir la
riqueza de la diversidad en medio de profetas que solo buscan la división.
El jurado que corrigió, todos profesores
de lengua y literatura francesa, se quedaron satisfechos y dijeron que el nivel
literario era bueno. Ojala que esto sirva también para mejorar el nivel de
convivencia entre los hombres y ayude a valorar la riqueza de la diversidad.
Ya veréis en las fotos que ese
día aprovechamos para entregar los diplomas de los que habían hecho una
formación en primeros auxilios con la cruz roja. Éramos 24 los que nos formamos
pero los que superamos las pruebas fuimos solo 13, y yo estaba entre ellos con
una gran sonrisa para la ocasión.
Y justo el día anterior los
miembros de la FOCAGI quisimos tener un pequeño gesto solidario que consistió
en repartir un poco de alimentos esenciales: 1 saco de arroz, 1 cartón de
aceite y un saco de azúcar con dos orfanatos que conocemos uno en nuestro
barrio llevado adelante por una familia que se ha comprometido a esto desde
hace unos 15 años y otro en un barrio cercano llevado adelante por una
religiosa que hace lo que puede con todos sus chiquillos. Es cierto que viendo
las necesidades es una gota en el océano, pero al menos intentamos que esta
gota no faltara.
Jueves 20 de Agosto 2020
Servidor bueno y fiel.
Hace 10 días me
sorprendió la noticia del fallecimiento de Mariano
Iturria Jiménez que lo encontraron en la cama el jueves 6 hacia las 4 de la
tarde echado con los zapatos puestos. Fue un mazazo pues había estado con él
hace apenas un mes y lo vi sereno como siempre a pesar de sus años.
Mariano tenía
78 años y una gran parte de estos los había pasado en África como misionero de
los sagrados corazones. Fue ordenado en 1967, hace 53 años y justo dos años
después fue enviado a África, precisamente a Ruanda en donde estuvo hasta que
estalló la guerra en 1994. Es por eso que en ese año vino aquí a Yaundé con un
grupo de jóvenes en formación y otros 2 compañeros más. De sus 52 años pasados
en tierras africanas son 25 los años que pasó en Rwanda y otros 26 los que ha
pasado aquí en Camerún. A pesar de su edad seguía siendo el párroco de la
parroquia llamada “Nuestra Señora de la
Paz del Lago”, pues situada cerca de un pequeño lago que se encuentra en el
centro de Yaundé. Cuando él llegó allí en el 94 no había nada, pero poco a
poco, con tesón, empeño y gracias a tantas personas que él conocía logró
levantar una parroquia muy bonita, con una escuela de párvulos al lado, y
muchos locales para las actividades de la parroquia. Hoy durante la misa del
entierro ha habido muchos testimonios muy bonitos y mucha gente que ha querido
acompañarlo después de haber sido acompañados por él en su servicio de pastor.
En la misa han
elegido el texto de Mt 24,14-30, la parábola de los talentos, y creo que ha
sido de gran acierto pues el que ha hecho la homilía ha insistido mucho sobre
esta frase: “¡Muy bien, empleado fiel y
bueno! Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa a la fiesta
de tu señor”. No se podían elegir palabras más acertadas para este hombre
sencillo, que ha dado su vida a los otros y ha pasado 51 años en África,
luchando y compartiendo su vida y todo lo que tenía con sus hermanos africanos.
No puedo acabar
estos renglones si decir que con Mariano yo tenía amistad también por el hecho
de ser navarro y además de un pueblico cercano al mío, Cintruénigo. Además de
encontrarnos aquí más de una vez nos hemos encontrado en Navarra. Y al ejemplo
de Francisco Javier, Mariano era un hombre campechano, sencillo, directo,
trabajador y quería a la gente. Como han puesto en el folleto de su funeral “nuestro querido y amado padre Mariano, que
la tierra de nuestros antepasados te sea ligera y que tu alma descanse en paz”.
Lunes 24 de Agosto 2020
Muchas sorpresas de
despedida.
Como os podéis
imaginar estos últimos días por aquí han sido intensos. Había que acabar
bastantes cosillas para dejar todo en orden, pero al mismo tiempo he tenido
muchos gestos de cariño y de atención que no me los esperaba y que precisamente
por eso han sido muy bonitos y emotivos. El viernes 14 un grupo de jóvenes me
invitaron a la casa de uno de ellos diciéndome que como habían acabado los
cursos de apoyo escolar querían hacer una cena con los maestros como
agradecimiento al trabajo gratuito que habían hecho. Es una tradición que
llevamos haciendo varios años y por eso les dije que yo iría con mucho gusto
pero no solo, sino con un par de compañeros. Al llegar a la casa del amigo
comencé a oler algo raro y a ver gente que no debía estar allí presente, y comprendí
que me habían engañado como a un chiquillo, pues era un buen grupo de jóvenes
que querían pasar un rato conmigo para saludarme y despedirse de mi después de
estos años pasados con ellos. De verdad que al no esperarlo fue todavía una
sorpresa más agradable. Me ofrecieron un cuaderno dedicado con los mensajes de
muchos de estos jóvenes y de otros que no habían podido venir.
Varias personas
me han ofrecido pequeños regalos pero también desde el fondo del corazón.
Rebeca una mujer de unos 75 años que cada mañana esta puntual en la iglesia a
las 5h30 para rezar el rosario y con la que bromeo mucho, vino una tarde a
darme 5.000 fcfa, unos 8 E, diciéndome para que no pasara necesidad en el
viaje; Philomène vino con sus dos hijos, de los que he hablado varias veces,
pues con problemas de visión y ella una mujer sencilla pero siempre serena y
alegre, y me trajo una gran botella de cacahuetes para que llevara a la familia
y amigos…
De verdad que estos últimos días han sido días intensos y llenos de
emociones, bastantes veces con el corazón en el puño y doy gracias a Dios por
tantos y tantos gestos de atención, de cariño, de cercanía y de amistad. Al final son estas las personas, con nombre y
apellido, que uno se lleva en su corazón y que me acompañan allí a donde voy. Y
me vienen precisamente a la cabeza los versos de Casaldáliga que escribía en
los ecos pasados: “Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres".
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