martes, 16 de junio de 2020

ECOS DE LA SABANA nº 102


Martes 2 de Junio 2020
¿Vuelta al cole o al contagio?
Fue el 17 de marzo que el 1er ministro hizo un decreto en el que informaba que se cerraban las escuelas. Entonces había 14 casos de personas contaminadas de coronavirus en Camerún y ningún fallecido. En estos días se ha llegado casi a los 9.000 casos con unos 200 fallecidos oficiales y desde ayer se han abierto las escuelas para los cursos que deben hacer un examen oficial, aquí son 3 cursos y para las universidades. En estos días ha habido muchos comentarios y debates de todo tipo sobre el tema y eran muchas las personas que no estaban de acuerdo con esta decisión y que tenían miedo de lo que esto podría ocasionar. Daros cuenta que aquí las clases de primaria se hacen con grupos de a veces 120-130 niños por clase, así que ya veis que medidas de distancia puede haber, y en la universidad parece que algunos cursos superan los 1.500 alumnos sentados como pueden en los anfiteatros con falta de casi todo. Si hace un par de meses se cerró todo para proteger la población de este virus, uno se pregunta si hay una lógica para adoptar ahora la apertura en un momento mucho más crítico y preocupante que el de 2 meses y medio atrás. Además todos sabemos que el número de casos de personas contaminadas es mucho mayor que el de los contaminados oficiales. Curiosamente el ministro de la salud decía justo hace unos días que hemos entrado en una fase complicada y delicada y que había que aumentar la atención y las medidas para evitar los contagios. Ya veis que por estos lugares todo no es tan sencillo como parece. Es cierto que ya hace un mes se anunció que los bares podían estar abiertos hasta las tantas de la madrugada y a partir de ahí la gente dejó sus mascarillas y las medidas de protección casi olvidadas por completo.  Pero ahí seguimos atentos y sin bajar la guardia pues hay ya casos de vecinos nuestros que han dado positivo.

Viernes 5 de Junio 2020
¿Cómo resucitar de la muerte del virus?
Parece mentira cómo han cambiado nuestras vidas, nuestras actividades y, en realidad, todo el mundo en unos meses. Si nos lo hubieran anunciado en las Navidades pasadas nadie se lo hubiera creído, ni hubiera hecho caso ninguno; sin embargo hasta el más ciego lo ve. Después de unos meses encerrados, con muy buenos deseos de la parte de muchos, ahora que la vida vuelve, poco a poco, a la normalidad da la impresión que la realidad va a cambiar poco. Por eso me parece que vale la pena escuchar esta reflexión que el papa Francisco ha hecho para la revista Vida Nueva, en donde intenta proponer un plano para resucitar.
¿Seremos capaces de actuar responsablemente frente al hambre que padecen tantos, sabiendo que hay alimentos para todos? ¿Seguiremos mirando para otro lado con un silencio cómplice ante esas guerras alimentadas por deseos de dominio y de poder? ¿Estaremos dispuestos a cambiar los estilos de vida que sumergen a tantos en la pobreza, promoviendo y animándonos a llevar una vida más austera y humana que posibilite un reparto equitativo de los recursos? ¿Adoptaremos como comunidad internacional las medidas necesarias para frenar la devastación del medio ambiente o seguiremos negando la evidencia? La globalización de la indiferencia seguirá amenazando y tentando nuestro caminar... Ojalá nos encuentre con los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la solidaridad. No tengamos miedo a vivir la alternativa de la civilización del amor, que es “una civilización de la esperanza”: contra la angustia y el miedo, la tristeza y el desaliento, la pasividad y el cansancio. La civilización del amor se construye cotidianamente, ininterrumpidamente. Supone el esfuerzo comprometido de todos. Supone, por eso, una comprometida comunidad de hermanos”. (Plan para resucitar, Papa Francisco). Creo que vale la pena el dejarnos interpelar por las preguntas que el papa nos hace y ojala esto nos sirva para da un paso más y mejor en este deseo de hacer una tierra más habitable y mejor para todos.

Lunes  15 de Junio 2020
Envueltos en el ruido
Recuerdo que una de las cosas que me sorprendió cuando llegué a Yaundé viniendo de Chad era el ruido y la música por todos los sitios y a todas horas que aquí encontré. Viniendo de allí, en medio de la sabana y de las aldeas sin luz ni nada, en donde fuera de los funerales era muy raro oír música, o ruidos que molestaran, a no ser los tambores en los días de luna llena que invitaban a los jóvenes a bailar y pasar un rato distinto a la luz de la luna, llegar aquí fue todo un cambio al que hubo que acostumbrarse y que no siempre es fácil.
Curiosamente el ruido empieza muy temprano, a eso de las 5 de la mañana hay un señor de no sé qué iglesia evangélica que cada mañana poner música religiosa o sermones de todo tipo con unos superaltavoces que se oyen por todo el barrio y que te obligan a escuchar lo que dicen. Hay que decir que antes los ponía a partir de las 6, hora en que se celebra la misa aquí y resultaba muy molesto pues a veces no molestaba a los que participaban en la misa. Varias personas de la parroquia fueron a verlo y escuchó nuestra petición y para no molestar la misa decidió anticipar el ruido de una hora.
Hacia las 6 de la mañana sale el sol todo el año y la vida comienza o continúa con el ruido de los coches y las motos. Una moto o un coche puede no tener luces, los asientos rotos, la chapa destrozada pero algo que no puede faltar en ningún vehículo es el pito o el claxon. Los hay que están tocándolo a cada instante y es como si tocar el pito diera preferencia.
En las calles en donde hay tiendas es normal el poner grandes altavoces con música ensordecedora, y muchas veces me pregunto cómo pueden estar al final del día esas mujeres que pasan el día en el borde de la acera vendiendo sus cuatro cosillas y que tienen a unos metros esos altavoces a tope el día entero y día tras día.
A media tarde, sobre las 4 o las 5 los bares se preparan y ponen en marcha su música ensordecedora que llega por lo general hasta después de media noche y los fines de semana casi hasta la madrugada. Curiosamente aunque la música esté a tope no quiere decir que haya muchos clientes en el bar, cuantas veces está vacío pero con un ruido enloquecedor.
Muchos son también los fines de semanas en los que se celebra alguna fiestica en el barrio en torno a una boda o un funeral, y claro ¿cómo hacer fiesta en silencio? Una de las primeras cosas que buscan es un equipo de sonido con altavoces enormes que muestren que allí se celebra algo. Ayer aquí celebrábamos el día del Corpus y hubo unos 50 chavales-jóvenes que hicieron la 1ª comunión. Por la tarde fue a visitar a un par de familias, y aunque no conocía bien el lugar de sus casas, me habían dicho hacia donde estaban y aun sin haber estado antes llegué sin ningún problema. Solo tuve que dejarme llevar por la música y acercarme hacia el lugar de donde esa provenía. Y que luego no se diga que no estaban de fiesta y que no celebraban algo.
Ah y me olvidaba de las iglesias evangélicas que surgen como champiñones en nuestro barrio. Por la general es durante la tarde, pero a veces también durante toda la noche, que encienden sus aparatos y no os podéis imaginar la molestia de los cantos, de los gritos expulsando a los demonios y de las oraciones que no acaban nunca. Yo siempre pienso en los enfermos cansados y delicados por la enfermedad, en los jóvenes que deben estudiar y que preparan los exámenes, en las personas que regresan a casa cansadas de su trabajo, en los que deben madrugar para ir al trabajo y viven cerca de estos lugares y que cada día deben soportar esos ruidos.
Curiosamente hay una ley aprobada en 1992 que habla del “alboroto nocturno y de la alteración del orden público” y que prohíbe todos esos ruidos a partir de una cierta hora, las 9 de la noche. Pero que como otras muchas leyes escritas nadie las respeta ni toma en consideración. Menos mal que tenemos alguien a nuestro favor. La compañía de electricidad nos echa una mano y con sus cortes de electricidad muy frecuentes, que duran horas y a veces días enteros, nos ayuda a tener un poco de paz y a vivir esos momentos de corte eléctrico sin gozar de la luz pero al mismo tiempo sin las molestias de esos ruidos ensordecedores. Como se dice “no hay mal que por bien no venga”.

Y aquí os dejo un par de textos que he leído en estos días y que hablan de lo que estamos viviendo en estos tiempos:  

HABLAME DE DIOS
Dije al almendro: háblame de Dios y el almendro floreció,
Dije al pobre: háblame de Dios, y el pobre me ofreció su capa.
Dije a un pequeño: háblame de Dios y el pequeño sonrió.
Dije a la fuente: háblame de Dios y el agua brotó.
Dije a mi madre: háblame de Dios y mi madre me dio un beso en la frente.
Dije a la gente: háblame de Dios y la gente me aceptó y me ayudó.
Dije a la Biblia: háblame de Dios y la Biblia me mostró su interior.
Dije a Jesús: háblame de Dios y Jesús me mostró su vida.
Dije al sol poniente: háblame de Dios y el sol se ocultó sin decir nada. Pero al día siguiente, al amanecer, cuando abría la ventana ya me volvió a sonreír

“Podéis hacer lo que queráis, pero nosotros seguiremos amándoos. Metednos en las cárceles y, aun así, os amaremos. Lanzad bombas contra nuestras casas, amenazad a nuestros hijos y por difícil que sea, os amaremos también. Enviad, en las tinieblas de la medianoche, a vuestros sicarios a nuestras casas, golpeadnos, y aun estando moribundos, os amaremos. Enviad a vuestros propagandistas por todo el país para decir que no estamos ni culturalmente ni de ningún otro modo preparados para integrarnos en la sociedad y os seguiremos amando. Pero llegará un día en que conquistaremos la libertad y no solo para nosotros: os venceremos a vosotros y conquistaremos vuestro corazón y vuestra conciencia y de este modo nuestra victoria será doble”. Martin Luther King

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Quizá también te interese:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...