Martes 2 de Junio 2020
¿Vuelta al cole o al
contagio?
Fue el 17 de marzo que el 1er
ministro hizo un decreto en el que informaba que se cerraban las escuelas. Entonces
había 14 casos de personas contaminadas de coronavirus en Camerún y ningún fallecido.
En estos días se ha llegado casi a los 9.000 casos con unos 200 fallecidos
oficiales y desde ayer se han abierto las escuelas para los cursos que deben
hacer un examen oficial, aquí son 3 cursos y para las universidades. En estos días
ha habido muchos comentarios y debates de todo tipo sobre el tema y eran muchas
las personas que no estaban de acuerdo con esta decisión y que tenían miedo de
lo que esto podría ocasionar. Daros cuenta que aquí las clases de primaria se
hacen con grupos de a veces 120-130 niños por clase, así que ya veis que
medidas de distancia puede haber, y en la universidad parece que algunos cursos
superan los 1.500 alumnos sentados como pueden en los anfiteatros con falta de
casi todo. Si hace un par de meses se cerró todo para proteger la población de
este virus, uno se pregunta si hay una lógica para adoptar ahora la apertura en
un momento mucho más crítico y preocupante que el de 2 meses y medio atrás. Además
todos sabemos que el número de casos de personas contaminadas es mucho mayor
que el de los contaminados oficiales. Curiosamente el ministro de la salud
decía justo hace unos días que hemos entrado en una fase complicada y delicada
y que había que aumentar la atención y las medidas para evitar los contagios.
Ya veis que por estos lugares todo no es tan sencillo como parece. Es cierto
que ya hace un mes se anunció que los bares podían estar abiertos hasta las
tantas de la madrugada y a partir de ahí la gente dejó sus mascarillas y las
medidas de protección casi olvidadas por completo. Pero ahí seguimos atentos y sin bajar la
guardia pues hay ya casos de vecinos nuestros que han dado positivo.
Viernes 5 de Junio 2020
¿Cómo resucitar de la
muerte del virus?
Parece mentira cómo han cambiado nuestras
vidas, nuestras actividades y, en realidad, todo el mundo en unos meses. Si nos
lo hubieran anunciado en las Navidades pasadas nadie se lo hubiera creído, ni hubiera
hecho caso ninguno; sin embargo hasta el más ciego lo ve. Después de unos meses
encerrados, con muy buenos deseos de la parte de muchos, ahora que la vida
vuelve, poco a poco, a la normalidad da la impresión que la realidad va a
cambiar poco. Por eso me parece que vale la pena escuchar esta reflexión que el
papa Francisco ha hecho para la revista Vida Nueva, en donde intenta proponer
un plano para resucitar.
“¿Seremos
capaces de actuar responsablemente frente al hambre que padecen tantos, sabiendo
que hay alimentos para todos? ¿Seguiremos mirando para otro lado con un
silencio cómplice ante esas guerras alimentadas por deseos de dominio y de
poder? ¿Estaremos dispuestos a cambiar los estilos de vida que sumergen a
tantos en la pobreza, promoviendo y animándonos a llevar una vida más austera y
humana que posibilite un reparto equitativo de los recursos? ¿Adoptaremos como
comunidad internacional las medidas necesarias para frenar la devastación del
medio ambiente o seguiremos negando la evidencia? La globalización de la
indiferencia seguirá amenazando y tentando nuestro caminar... Ojalá nos
encuentre con los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la
solidaridad. No tengamos miedo a vivir la alternativa de la civilización del
amor, que es “una civilización de la esperanza”: contra la angustia y el miedo,
la tristeza y el desaliento, la pasividad y el cansancio. La civilización del
amor se construye cotidianamente, ininterrumpidamente. Supone el esfuerzo
comprometido de todos. Supone, por eso, una comprometida comunidad de hermanos”. (Plan
para resucitar, Papa Francisco). Creo que vale la pena el dejarnos
interpelar por las preguntas que el papa nos hace y ojala esto nos sirva para
da un paso más y mejor en este deseo de hacer una tierra más habitable y mejor
para todos.
Lunes 15 de Junio
2020
Envueltos en el ruido
Recuerdo que una de las cosas que me
sorprendió cuando llegué a Yaundé viniendo de Chad era el ruido y la música por
todos los sitios y a todas horas que aquí encontré. Viniendo de allí, en medio
de la sabana y de las aldeas sin luz ni nada, en donde fuera de los funerales era
muy raro oír música, o ruidos que molestaran, a no ser los tambores en los días
de luna llena que invitaban a los jóvenes a bailar y pasar un rato distinto a
la luz de la luna, llegar aquí fue todo un cambio al que hubo que acostumbrarse
y que no siempre es fácil.
Curiosamente el ruido empieza muy temprano, a
eso de las 5 de la mañana hay un señor de no sé qué iglesia evangélica que cada
mañana poner música religiosa o sermones de todo tipo con unos superaltavoces
que se oyen por todo el barrio y que te obligan a escuchar lo que dicen. Hay
que decir que antes los ponía a partir de las 6, hora en que se celebra la misa
aquí y resultaba muy molesto pues a veces no molestaba a los que participaban
en la misa. Varias personas de la parroquia fueron a verlo y escuchó nuestra
petición y para no molestar la misa decidió anticipar el ruido de una hora.
Hacia las 6 de la mañana sale el sol todo el
año y la vida comienza o continúa con el ruido de los coches y las motos. Una
moto o un coche puede no tener luces, los asientos rotos, la chapa destrozada
pero algo que no puede faltar en ningún vehículo es el pito o el claxon. Los
hay que están tocándolo a cada instante y es como si tocar el pito diera preferencia.
En las calles en donde hay tiendas es normal
el poner grandes altavoces con música ensordecedora, y muchas veces me pregunto
cómo pueden estar al final del día esas mujeres que pasan el día en el borde de
la acera vendiendo sus cuatro cosillas y que tienen a unos metros esos
altavoces a tope el día entero y día tras día.
A media tarde, sobre las 4 o las 5 los bares
se preparan y ponen en marcha su música ensordecedora que llega por lo general
hasta después de media noche y los fines de semana casi hasta la madrugada.
Curiosamente aunque la música esté a tope no quiere decir que haya muchos clientes
en el bar, cuantas veces está vacío pero con un ruido enloquecedor.
Muchos son también los fines de semanas en
los que se celebra alguna fiestica en el barrio en torno a una boda o un
funeral, y claro ¿cómo hacer fiesta en silencio? Una de las primeras cosas que
buscan es un equipo de sonido con altavoces enormes que muestren que allí se
celebra algo. Ayer aquí celebrábamos el día del Corpus y hubo unos 50 chavales-jóvenes
que hicieron la 1ª comunión. Por la tarde fue a visitar a un par de familias, y
aunque no conocía bien el lugar de sus casas, me habían dicho hacia donde
estaban y aun sin haber estado antes llegué sin ningún problema. Solo tuve que
dejarme llevar por la música y acercarme hacia el lugar de donde esa provenía. Y
que luego no se diga que no estaban de fiesta y que no celebraban algo.
Ah y me olvidaba de las iglesias evangélicas
que surgen como champiñones en nuestro barrio. Por la general es durante la
tarde, pero a veces también durante toda la noche, que encienden sus aparatos y
no os podéis imaginar la molestia de los cantos, de los gritos expulsando a los
demonios y de las oraciones que no acaban nunca. Yo siempre pienso en los
enfermos cansados y delicados por la enfermedad, en los jóvenes que deben
estudiar y que preparan los exámenes, en las personas que regresan a casa
cansadas de su trabajo, en los que deben madrugar para ir al trabajo y viven
cerca de estos lugares y que cada día deben soportar esos ruidos.
Curiosamente hay una ley aprobada en 1992 que
habla del “alboroto nocturno y de la
alteración del orden público” y que prohíbe todos esos ruidos a partir de
una cierta hora, las 9 de la noche. Pero que como otras muchas leyes escritas
nadie las respeta ni toma en consideración. Menos mal que tenemos alguien a
nuestro favor. La compañía de electricidad nos echa una mano y con sus cortes
de electricidad muy frecuentes, que duran horas y a veces días enteros, nos
ayuda a tener un poco de paz y a vivir esos momentos de corte eléctrico sin
gozar de la luz pero al mismo tiempo sin las molestias de esos ruidos
ensordecedores. Como se dice “no hay mal
que por bien no venga”.
Y
aquí os dejo un par de textos que he leído en estos días y que hablan de lo que
estamos viviendo en estos tiempos:
HABLAME DE DIOS
Dije
al almendro: háblame de Dios y el almendro
floreció,
Dije
al pobre: háblame de Dios, y el pobre
me ofreció su capa.
Dije
a un pequeño: háblame de Dios y el pequeño
sonrió.
Dije
a la fuente: háblame de Dios y el agua
brotó.
Dije
a mi madre: háblame de Dios y mi madre me
dio un beso en la frente.
Dije
a la gente: háblame de Dios y la gente me
aceptó y me ayudó.
Dije
a la Biblia: háblame de Dios y la Biblia
me mostró su interior.
Dije
a Jesús: háblame de Dios y Jesús me
mostró su vida.
Dije
al sol poniente: háblame de Dios y el
sol se ocultó sin decir nada. Pero al día siguiente, al amanecer, cuando abría
la ventana ya me volvió a sonreír
“Podéis hacer lo que queráis, pero nosotros
seguiremos amándoos. Metednos en las cárceles y, aun así, os amaremos. Lanzad
bombas contra nuestras casas, amenazad a nuestros hijos y por difícil que sea,
os amaremos también. Enviad, en las tinieblas de la medianoche, a vuestros
sicarios a nuestras casas, golpeadnos, y aun estando moribundos, os amaremos.
Enviad a vuestros propagandistas por todo el país para decir que no estamos ni
culturalmente ni de ningún otro modo preparados para integrarnos en la sociedad
y os seguiremos amando. Pero llegará un día en que conquistaremos la libertad y
no solo para nosotros: os venceremos a vosotros y conquistaremos vuestro
corazón y vuestra conciencia y de este modo nuestra victoria será doble”. Martin Luther King
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