Lunes 11 Mayo 2015
A vueltas con el matrimonio
Precisamente en los últimos ecos acababa
hablando de lo difícil que se está volviendo por estos lares el poder casarse
debido sobre todo a las exigencias enormes de las familias en lo que se refiere
a la dote. Ayer estuve hablando con Claude y Doris, dos jóvenes que llevan ya
varios años de noviazgo y que quieren formalizar su vida en pareja. Esta vez no
son los problemas de la dote los que hacen obstáculo a esta unión, sino mas
bien problemas de origen étnico. Ellos dos son de dos tribus distintas y aunque
entre ellos la relación es buena, sus familias ven eso con cierta dificultad.
Los padres de Doris no están de acuerdo que ella quiera casarse con uno de otra
etnia e incluso cuando Claude fue a ver a sus padres para hablar de ello no fue
muy bien recibido.
Claro está que es una dificultad también
grande para vivir el matrimonio. Uno podría decir que si se quieren y están a
gusto entre ellos no tienen más que ir adelante, pero en la realidad africana
la familia es algo muy importante y no se puede excluir de estas decisiones
fundamentales. Les he escuchado y se han desahogado, hemos visto que no es un
problema el que sean de tribus o etnias distintas, además no son ni los
primeros ni los últimos y hay cientos de ejemplos a nuestro alrededor que
muestran que esas parejas son posibles. Les he hablado, sobre todo a Doris, del
esfuerzo que ella debe hacer para hablar con sus padres y ayudarles a avanzar y
no bloquear la relación. Puede que sea normal la primera reacción epidérmica
que tuvieron pero ellos también deben salir de su pequeño mundo y darse cuenta
que hoy no se pueden hacer las cosas como hace 20 o 30 años.
Esperemos que la familia entienda y
acepte los deseos de Claude et de Doris, que les apoye y sostenga en este
camino del matrimonio. Os tendré informados.
Sábado 16 Mayo 2015
Hoy por fin hemos
estado de boda.
Algunos dirán que este tema del
matrimonio se está volviendo casi una obsesión, pero espero que no sea así. Hoy
hemos celebrado un matrimonio que se ha preparado y vivido con intensidad. Creo
que hay una película que tiene un titulo algo así “un funeral y tres matrimonios”, aquí hoy podríamos dar el titulo “una boda, dos confirmaciones y dos bautizos”.
Bertille y Olivier son una pareja que
llevan ya varios años viviendo juntos, tienen 4 hijos, de los cuales dos
gemelos que nacieron el año pasado. Ella es muy activa en la parroquia en un
grupo de oración carismática, mientras que él no participaba casi nada hasta
hace unos meses en donde se le ha empezado a ver con cierta regularidad. Es
bonito el ver como la insistencia de Bertille y su perseverancia ha hecho
posible que Olivier haya vuelto a la iglesia y haya aceptado casarse. Es una
familia sencilla y se ve que se llevan bien entre ellos. Es el grupo de oración
carismático que ha organizado toda la celebración con los cantos y la decoración
y que han ayudado en la recepción sencilla que ha habido en su casa después de
la boda.
Para muchas parejas es la comida después
de la boda la que causa muchos problemas pues se sienten en la obligación de
hacer grandes comilonas con gastos enormes, y para ellos muchos se endeudan por
mucho tiempo. La recepción de hoy ha sido sencilla y sin demasiado derroche.
Pero os quiero hablar un poco de la celebración en la iglesia.
He participado en varios matrimonios pero
el de hoy ha sido especial. Se veía a Bertille y Olivier con una alegría
enorme, y puedo afirmar que Olivier ha vivido este momento con una intensidad
fuera de lo común. Ellos no habían recibido la confirmación así que antes del
matrimonio se ha realizado el sacramento de la confirmación de ambos,
seguidamente el rito del matrimonio y como si eso fuera poco luego hemos
celebrado el bautizo de los dos gemelos nacidos el año pasado. Ya veis que no
han sido dos pájaros de un tiro, sino tres. La alegría en la celebración ha
sido enorme y veréis alguna foto que muestra el momento vivido.
Y como signo de la bendición hemos tenido
una buena lluvia que ha llegado después de la boda y que ha dado frescura y
bendición a todos. Hay que decir que esta vez el Señor se ha pasado un pelo en
la bendición pues la lluvia ha sido torrencial y ha durado bastante. Pero no ha
impedido la alegría de la pareja ni de los amigos invitados que han tenido que
apretarse en la casa de los novios esperando que esta se pasara.
Raro es el domingo que Olivier no aparece
con o sin Bertille en la celebración de la eucaristía. Como veis esto nos dice
la fuerza de la oración de una mujer. Así que adelante.
Sábado 23 Mayo 2015
17 años encerrado y
sin posibilidad de salir
Hacía más de un año que no iba a la
prisión central de Yaundé y esta tarde por fin he podido ir con dos de nuestros
jóvenes que van allí cada sábado y cada domingo. Por fuera se ve un mudo grande
sucio y necesitado de una buena mano de pintura. Para entrar no hay ni
protocolos, ni grandes controles ni cacheos. Dejas tu documento de identidad y
adelante pues los funcionarios conocen a nuestros jóvenes. Te sorprende el buen
trato de estos y la atención, pero apenas haces unos pocos metros entras en
otro mundo desconocido. Un gran patio con gente por todos los sitios, sin
exagerar cientos de personas, unos que juegan a fútbol, en un rincón, otros que
tienen un mercadillo y venden algunas cosillas otros que merodean y pasan el
tiempo. El choque es brusco y uno no sabe a dónde ir. Además que apenas entras
varios se te acercan pidiendo de todo, medicamentos, algo de dinero, un
rosario… Menos mal que voy con los dos jóvenes y son ellos los que me orientan
y dicen por donde hay que ir.
Hemos ido primero a un semisótano en
donde hay un local que se utiliza para la catequesis y otro tipo de reuniones.
Allí estaban reunidos un grupo que fueron bautizados y confirmados el día de
pascua pero como en la cárcel no hay ni muchas diversiones ni posibilidad de
pasar la tarde de un modo agradable allí estaban. A unos metro había un grupo
de oración que cantaban y por si fuera poco se ha puesto a llover de un modo
diluviano. Allí me sentado mientras un preso catequista explicaba cómo se reza
el rosario y escribía en la pizarra todo con muy buena letra. A mi lado estaba
Ismael, un joven de unos 25 o 30 años de otra ciudad del país y sin familia. Me
decía que llevaba dos años en prisión y en ese tiempo casi nadie había venido a
verlo, pues no tiene a nadie. Pero seguía comentando que daba gracias a Dios
por este tiempo pues es ahí dentro que ha encontrado a Dios y que ha dado
sentido a su vida. Es consciente de su vida y de sus trapicheos antes de entrar
y es consciente de cómo él quiere ahora vivir su vida.
Después hemos sido a visitar un barrio de
gente de pasta: profesores de universidad, ministros, etc, todos ellos ahí
dentro por corrupción y por posesión de lo que no les pertenecía. Aunque si
hubiera que meter a todos pocos se quedarían fuera. Estos estaban en una zona
de lujo, con su televisión enorme de plasma en donde veían no sé qué partido de fútbol, con sus habitaciones sin agobios, y con sus sirvientes, es decir otros
presos que les hacen todas las tareas: comida, lavar la ropa, limpieza, etc.
Saliendo de ahí hemos entrado en las
antípodas, el barrio de los menores y eso si que era de fotografiar, pero claro
está no se puede entrar con máquina de fotos. Una zona no muy grande sin
espacio vital. En cada celda había unos 20 o 30 jóvenes que dormían y como os
imaginareis el olor no era muy agradable. Todo literas alrededor y en cada
litera una o dos personas. Unos comían alguna cosilla, otros jugaban a las
damas, otros veían una tele no de plasma como la otra, etc. No había ningún
espacio vital pues las celdas daban a una pequeña placilla de pocos metros
cuadrados.
Al salir de allí Christian, un condenado
a muerte que nos había acompañado desde el principio, nos ha invitado a visitar
el barrio de los condenados a muerte. En el trayecto que nos llevaba a los
condenados a muerte hemos pasado delante de las fosas sépticas, y allí había un
grupo sacando con cubos de estas fosas desbordantes lo que allí se encuentra y
vaciándolo al desagüe que no sé a dónde lo llevaba. El olor era impresionante y
todos estaban tan tranquilos como si nada. Christian me decía que es uno de los
que más años llevan allí, 17. Entro muy joven, sin duda un chiquillo pues no
aparentaba más de 35 o 40 años y ahora es él “el coronel” del barrio de los
condenados a muerte. Era un pasillo de unos de 2 o 3 m de largo a cielo abierto
y aun lado había unas minúsculas celdas, algunas cerradas con personas dentro y
otras abiertos. Me enseñó su celda en donde después de 17 años había de todo,
hasta una tele que no sé si funcionaba. En el fondo del pasillo había un
espacio de unos 5 metro por otros 5 con
unas porterías dibujadas en la pared y era su campo de fútbol. Algunos estaban
con las cadenas en los pies y Christian me comentaba que él las había llevado
durante varios años. Parece que de vez en cuando hay algún indulto de pena del
presidente y alguno de ellos queda liberado, pero imaginaros lo que es vivir
toda la vida en un sitio así. Claro está que después de tantos años no hay casi
nadie de sus familias que van a visitarles.
De ahí salí con el corazón en un puño y
luego fuimos al reparto de la enfermería. De nuevo unas situaciones que te
dejan descompuesto. Había varios muy enfermos y que solo Dios sabe si saldrán adelante,
lejos de sus familias y casi seguro que nadie de estas familias conoce su
situación. Lo que me dio alegría fue el ver otros presos ahí junto a los
enfermos, acompañándolos y cuidándolos. Dentro de lo malo la solidaridad es
grande y aunque esa cárcel sea el pasillo de entrada del infierno, he visto
también entre ellos muchos gestos de solidaridad y de presencia de Dios.
Lunes 1 Junio 2015
El barrizal en la
ciudad
Estamos en plena estación de lluvias y
eso quiere decir que casi todos los días cae una buena lluvia por lo general
torrencial. A nuestro alrededor todo es verde y la naturaleza y las hierbas lo
invada todo en poco tiempo. Pero el reverso de la moneda es el sufrimiento de
tanta gente que debe recorrer lo caminos llenos de barro para ir a sus casas, o
al trabajo, o a la escuela, etc. Algunos pensareis que no es para tanto por eso
que ayer mientras iba a visitar los enfermos y a llevarles la comunión como
cada domingo cogí la máquina de fotos y os envío alguna muestra de lo que
encontré. Un verdadero barrizal en donde al rato arrastras varios kilos de
barro pegados a los zapatos.
Ayer llovió toda la noche hasta casi las
nueve de la mañana y el resultado fue ese. Por si fuera poco nuestro barrio
está en medio de pequeñas colinas y hay que hacer deporte para visitar a los
enfermos entre el barro, las cuestas y lo que resbala. Lo sorprendente es que
la gente cuando vienen a misa los ves con zapatos resplandecientes y yo siempre
me pregunto cómo pueden hacerlo pues yo de regreso tuve que meter las sandalias
en un cubo para lavarlas pues estaban impresentables.
Nuestro presidente habla que en 2035 será
el tiempo de la emergencia, y son muchos los que hablan del 2035 repitiendo sus
palabras. Sin ser pesimista, pero mirando a nuestro alrededor y viendo lo que
se hace y como la gente soporta todo sin rechistar yo me pregunto si a este
ritmo en el 2035 la cosa cambiará tanto. Ojalá, pero ahí queda un poco de duda.
Mientras tanto deciros que en un barrio de la capital de Camerún os podéis
encontrar con estos caminos o senderos que en España difícilmente encontraras
en los sitios más perdidos y abandonados de la sierra o del campo. Son los
contrastes de ver las personas con móviles de última generación, con ropas muy
elegantes y con la realidad que se vive de falta de infraestructuras, de orden,
de limpieza, de higiene, etc… sigamos soñando que de aquí a 20 años, como nos
dicen, la cosa será distinta, y los pobres vivirán mejor.
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