Lunes 21 Abril 2014
Testigos de la vida allí en donde nos encontramos
Esta Semana Santa que
acabamos de vivir ha sido como siempre una semana muy intensa que hemos intentado vivir a tope y en
profundidad. Uno llega al domingo por la tarde cansado pero al mismo tiempo con
un sentimiento de paz y de estar a gusto.
El otro día hablaba con un
amigo y me preguntaba si por aquí se
celebran procesiones y le respondí que no pero ha habido momentos muy bonitos e
intensos que quiero contaros.
La semana santa le precedimos
con el viacrucis al monte que hicimos el
viernes 11 por la tarde. Aquí es ya una tradición que organizan y animan
los distintos grupos de jóvenes de la parroquia. Y este año quisimos hacerlo
junto a los jóvenes de otra parroquia cercana a la nuestra en el camino de este
monte. Nos juntamos a las dos de la tarde y como os imaginareis hacia un sol de
justicia y todo el mundo sudaba. Pero contentos de esto pues estamos en la
estación de lluvia y mejor sudar que caminar bajo una tromba de agua, como ha
ocurrido otros años. Cada estación había sido preparada por un grupo distinto y
se presentaban distintos problemas y cruces que hay en nuestro mundo y en
nuestro barrio: los niños de la calle, las familias desunidas, la violencia
hacia las mujeres, los refugiados de Republica Centroafricana, la mentira, la
corrupción, el aborto, el tribalismo, etc. Y sobre cada uno de estos problemas
hacían una pequeña reflexión y una oración. El gentío fue grande y cuando nos
juntamos las dos parroquias era una pequeña marea que iba ascendiendo hasta lo
alto del monte, desde donde todo se ve de otro modo. Se puede decir que esa
tarde sudamos la camiseta pero fue una experiencia muy bonita y enriquecedora
para todos y a pesar del cansancio todo bajamos mas ligeros y contentos.
El domingo de Ramos
celebré la misa de los niños, suele estar a tope de críos y a pesar del gentío
y del ruido suelen participar bien. Todo el mundo tenía su ramo de palmera muy
bonito y conforme entrabamos lo sacudían y parecía que estábamos en medio del
bosque. La coral de críos había preparado cantos muy adaptados y había un
estribillo: “Hosanna, bendito aquel que
viene en nombre del Señor”, que hemos cantado bastantes veces y que ha
ayudado a entender lo que celebrábamos. Y cada vez que se cantaba todos
agitaban las palmas. Hay fotos que podréis ver y os ayudaran a comprender mejor
lo que se vivió. Ese día la plaza de la iglesia estuvo abarrotada de gente
durante todo el día.
Después de la misa, como cada
domingo, fui a visitar a los enfermos y a llevarles la comunión. Estamos un
grupico entre nosotros los sacerdotes, cinco seminaristas y cinco laicos que
cada domingo vamos a visitar a los enfermos. El barrio es grande y los enfermos
y personas mayores son bastantes, así que cada uno tiene tres o cuatro personas
para visitar cada semana y de verdad que ellos nos esperan cada domingo y
agradecen de corazón el que vayamos a verlos. Por nuestra parte es también una
actividad muy enriquecedora y humanizadora que nos permite darnos cuenta de las
miserias y de los sufrimientos que se viven muy cerca de nosotros en el barrio,
eso nos ayuda a no encerrarnos y crear un gueto sino a vivir atentos hacia los
que nos rodean.
El miércoles santo es el día
de las confesiones y no el único pues casi toda la semana santa hay mucha gente
que nos solicita. Ese día se organizan celebraciones para los pequeños y para
los adultos y en todas hay siempre mucha gente. Es cierto que hay personas que
llevan sobre ellos problemas muy grandes y pesos casi insoportables, por eso que
este sacramento de la misericordia es de verdad un bálsamo que alivia muchos
sufrimientos.
Una realidad escondida pero
que cuando la gente te habla y se confía aparece a la luz es la cantidad de
abortos que hay. No sé si ya os he hablado de esto pero es algo tremendo y
viniendo de Chad en donde se practica poco aquí uno se sorprende de veras. Hay
chicas que lo han vivido varias veces y parece de verdad hasta mentira que
puedan contar cuatro, cinco y hasta seis veces. Claro está que eso deja
secuelas y sufrimientos que aunque no se vean físicamente, hacen mucho daño por
dentro. Y frente a estas personas con su carga de sufrimiento grande intentamos
escuchar, acompañar y ayudarlas a vivir reconciliadas sin culpabilidad y sin
resentimiento.
El jueves santo es otro día
muy bonito y desde el punto de la mañana un grupo de mujeres llamadas “damas apostolicas” que se encargan
cada domingo de hacer la acogida y el orden en las misas, invadieron nuestra
casa y nuestra cocina ya que ese día son ellas las que nos invitan a comer en
nuestra casa. Trajeron todo lo necesario para la comida y allí prepararon una
comida muy sabrosa que compartimos juntos en un ambiente festivo. Ellas lo
hacen porque ese día es la fiesta de los sacerdotes y agradecen el servicio que
hacemos. Además no fue solo la comida sino que nos prepararon un regalico a
cada uno de los tres sacerdotes de la comunidad: un par de toallas grandes y un
frasco de colonia. ¡Que más se puede pedir! La comida se prolongó con algún
canto y algún baile animado por ellas y por nosotros. Y en seguida nos pusimos
a preparar la iglesia para la celebración de la cena pascual. Otro momento
maravilloso. El altar se desplazo para hacer el monumento de la adoración y en
su lugar se pusieron varias meses haciendo una mesa enorme. Es el día de la
ultima cena y había que simbolizarla bien. Delante del altar habíamos preparado
unos cubos grandes llenos de agua y unas palanganas con toallas. Yo invité a la
gente mientras yo lavaba los pies de un representante de cada CEB a levantarse
y lavar los pies de alguien que había tenido gestos de amor con ellos o de
alguien con el que tenían problemas y querían reconciliarse. La respuesta fue
grande y bastantes dejaron la vergüenza y se pusieron de rodillas delante de
los otros para lavar sus pies. Un gesto que nunca se había hecho en la
parroquia que yo llevo conmigo de mi experiencia en Chad, y que apreciaron
mucho. Y la misa se continuo con un momento de adoración hasta las doce de la
noche, animado por las CEBs, una detrás de otra. En ese momento intenté
recordaros y presentaros ante el Señor. Es un momento muy hermoso y que nos une
a pesar de la distancia.
El viernes santo es el día de
la pasión y de la muerte. En comunidad habíamos decidido hacer un trabajo
comunitario en favor de alguna persona necesitada. Estuvimos mirando en el
barrio y de verdad que son muchas y algunos trabajos eran enormes, más allá de
nuestras posibilidades y competencias. Así que decidimos arreglar la entrada de
papá Tobie que lleva varios años en su casa sin salir a causa de una parálisis
de medio cuerpo. Su mujer también se quemo el brazo el año pasado y lo
tiene casi inutilizado. Ellos tuvieron
varios hijos y todos han muerto, ahora les quedan solo los nietos, que gracias
a Dios intentan cuidarlos. Ya veréis en las fotos como estaba su entrada en lo
alto de una colina y lo que pudimos hacer. Otro grupo junto a los vecinos
intentamos arreglar y acondicionar el camino cerca de casa para que el camión
de la basura pueda venir y depositar los contenedores de basura. Antes lo hacía
pero el camino se estropeo y desde hace casi seis meses no viene. La gente
sigue echando la basura al suelo y os imaginareis la suciedad y los olores, así
que hace ya varios meses, escribí una carta que firmaron la mayoría de los
vecinos solicitando de nuevo los contenedores y después de mucho esperar y
llamar varias veces, al final vinieron y nos dijeron que había que arreglar el
camino y luego vendrían, así que nos pusimos manos a la obra.
Algunas vecinas habían
concienciado y animado para que la gente trabajara, pero en realidad la
respuesta fue solo de niños, mujeres, algún joven y un adulto musulmán. Os
aseguro que fue un trabajo duro pero también muy bonito de trabajar juntos y de
hacer ver que si queremos y nos juntamos podemos cambiar un poco la realidad de
pobreza de nuestro barrio.
Acabamos y nos pusimos a
transportar los bancos y las sillas con la gente para celebrar la pasión al
aire libre bajo unos mangos grandes. Todo estaba preparado y desde hacía más de
cuatro días había grupos de personas que venían para limpiar el sitio. La
decoración del altar y del lugar fue muy bonita, pero poco antes de que
comenzara la celebración el cielo se puso negro y cayo una lluvia torrencial
con una intensidad inusual. Lo justo que pudimos recoger los aparatos de
megafonía y ponerlos al cubierto bajo el cobertizo que cubría el altar. Y los
que allí estábamos nos refugiamos apretándonos para darnos abrigo y porque el
aire era violento y la lluvia llegaba de todos los lados. Pero no todos buscaron
el cobijo del cobertizo. Había un grupo de niños que corrían bajo la lluvia
torrencial como si de nada se tratase y era porque buscaban los deliciosos
mangos que caían de los arboles debido a la lluvia y al viento. Sin miedo al
agua ni al resfriado corrían recogiendo los mangos que más de uno queríamos
comer pero que la lluvia nos retenía por miedo a mojarnos y al catarro.
Cuando la lluvia paro, todo
el mundo se puso a recoger y a transportar las cosas para celebrar la pasión en
la iglesia pues allí era imposible debido al barro.
La celebración comenzó
primero con el rito tradicional llamado Esani, es un rito que se celebra en la
muerte de personas importantes y que han dejado huella entre los suyos. Varias
personas amigas o conocidas del difunto se acercan al cabeza de familia y le
preguntan ¿Cómo ha muerto y de qué ha muerto? Es cierto que hoy en día ha
degenerado u poco y muchas veces la pregunta es ¿Quién lo ha matado o quien es
la causa de su muerte? Claro está que este rito se ha adaptado un poco y varias
personas se pusieron en pie y se presentaron ante el sacerdote que presidia la
celebración preguntando que como era posible que Jesús hubiera muerto. El
primero dijo que era Nicodemo, aquel amigo de Jesús que fue a escondidas para
hablar con él. La segunda fue la hemorroisa, esa mujer que estuvo 18 años
enferma con hemorragias y que fue curada por Jesús; el tercero fue Lázaro, el
amigo intimo de Jesús que este resucito después a la vida de cuatro días de
muerto; la cuarta fue la samaritana, esa mujer a la que le pidió agua y que se
convirtió en mensajera suya; la quinta fue la mujer adultera que Jesús perdono
de sus pecados; y por ultimo María, la madre de Jesús que vino rodeada por un
grupo de mujeres que la acompañaban. Cada uno hablaba un poco de lo que conocía
de Jesús y terminaba con la misma pregunta ¿Por qué lo han matado? Luego se
hizo un pequeño baile al compas de los tambores tradicionales que anuncian la
muerte y se continuo con la lectura de la pasión. Esta vez fue cantada y
escenificada un poco por la coral que canta en ewondo y todos seguimos atentos
aun sin comprender demasiado pero los gestos ayudaban a seguir la historia.
Cuando la celebración acabo
el grupo que iba a escenificar el teatro de la pasión se puso manos a la obra
pues no quedaba mucho tiempo. Este año fue también una novedad pues no se
limitaron a representar la pasión y basta, sino que la hicieron en modo de
musical con cantos que iban cantando ellos mismo. El silencio en la iglesia no
era mucho, este no es el fuerte de la gente aquí. Además la noche y todo eso
hace que el ruido sea mayor. Personalmente me gusto más que la del año pasado y
un momento muy bonito fue cuando Jesús estaba en la cruz que su madre hacia una
reflexión de su vida acompañada de otra que cantaba muy bien. A más de uno se
le saltaron las lagrimas.
El sábado Santo fue un día
más tranquilo, toda la mañana la pasamos confesando a la gente, y de verdad que
de nuevo hubo mucha gente y que venían no solo por cumplir sino con ganas de
acercarse al Señor. Por la tarde no había mucho que hacer así que me había
propuesto de dar un paseo a Antoine, un vecino al que le llevo la comunión pues
tiene parkinson y no sale de casa desde hace cinco años. Físicamente le cuesta
moverse y habla despacio pero tiene una cabeza muy brillante. De hecho es él mi
profesor de ewondo, cada semana suelo preparar con él las lecturas, oraciones y
otras cosillas en ewondo, y de verdad que es exigente y nada complaciente. Le
decía los trabajos que se estaban haciendo en la construcción de la iglesia y
me dijo que desde hacia cinco años no salía y no veía nada, así que me propuse
buscar una silla de ruedas para darle una vuelta. Otro día visitando a una
vecina vi en un rincón de su salón una silla de ruedas que no sé porque allí
estaba y le pregunté si podría utilizarla un día para sacar a Antoine. Ella me
dijo que cuando quisiera, así que el día llego y fui con mi bomba de bicicleta,
hinché las ruedas y fui a buscar a Antoine. Fuimos a ver los trabajos dela
iglesia, entramos en la sala en donde celebramos la misa para que viera la
decoración que habían puesto para la vigilia pascual, lo traje a nuestra casa y
aquí se tomo una cerveza y un pincho. Luego dimos una vueltica por el barrio y lo regresé a su
casa. Me agradeció la vuelta aunque al día siguiente cuando fui a llevarle la
comunión lo encontré en la cama. Había tenido diarrea y estaba cansado, le dije
que espero que fuera a causa de mi paseo y se sonrió un poco.
La vigilia pascual comenzó a
las 20’30 y acabamos hacia medianoche. Había un grupo de 18 jóvenes que fueron
bautizados y dos entre ellos recibieron también la bendición de su matrimonio
por lo que la alegría fue grande. Como siempre es una celebración muy bonita y
alegre. Es costumbre que ese día la gente traiga cosas que nos ofrecen en el
momento del ofertorio y ese día fueron muy generosos: fruta, agua, aceite,
huevos, vino, azúcar… no nos podemos quejar.
Justo después de la
celebración y de despedirnos de la gente pasamos un rato en comunidad entre
nosotros celebrando y deseándonos la feliz Pascua, pero yo me retiré pronto
pues debía celebrar la misa a las 6’30 de la mañana.
El domingo de Pascua a
las 6’00 la iglesia estaba ya hasta los topes y se pusieron bancos fuera ya que
no había sitio dentro, pero justo unos minutos antes de comenzar llego la
lluvia que no duro demasiado pero que hizo que todos entraran y se apretujaran
para evitar la lluvia.
Esta primera misa es en
ewondo y animada por una coral que canta en ese mismo idioma. Los cantos son
muy animados y hacen que la gente cante, baile y vibre de alegría. De verdad
que es una misa distinta y que deja un buen gusto en la boca. Durante la
homilía dije que el día de Pascua era la fiesta de las mujeres, pues Jesús se
apareció en primer lugar a ellas. Es por ello que son ellas que llenan por
todos los sitios las iglesias. Pero me permiti hacer una broma diciendo que “Jesús había sido inteligente al elegir las
mujeres como aquellas a las que se presento en primer lugar. Les confió un
secreto y como estas suelen guardar pocos secretos se sirvió de ellas para que
su mensaje se difundiera por todos los sitios”. No lo hice con intención de
molestar a nadie
Después de un merecido
desayuno fui al hospital a visitar a una señora que acababan de operar y tras
ella a otras dos personas, así que la mañana se paso volando. Por la tarde
aproveché para visitar a algunos vecinos y también recibí la visita de otros.
Como veis ha sido una semana intensa y creo que bien aprovechada. Ahora nos
toca ser testigos de la vida en medio de esta realidad que no es siempre fácil
ni hermosa para muchos. Vivamos cada día siendo testigos del resucitado, ¡FELIZ
PASCUA 2014!
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