Septiembre
2015
Tenemos
mucha suerte, somos privilegiados.
Son
más de dos meses que no escribo nada en mi blog y algunos inquietos
me preguntan si estoy bien o si me pasa algo. Gracias por interesaros
por mí y deciros que estoy muy bien de salud gracias a Dios. Estos
meses pasados han sido casi una carrera o un maratón, y es por eso
que no he podido escribir ni responder a muchos que me habían
escrito. El mes de septiembre ha sido el mes de la salida, y aunque
en el maratón se suele salir suave, aquí hemos salido a un buen
ritmo. Este año ha habido ocho nuevos jóvenes que se han
incorporado a nuestra comunidad: un indonesio, un brasileño, un
camerunés, dos burundeses y tres congoleños. Con ellos la comunidad
ha crecido y ahora somos veinte los que compartimos todo en el día a
día. Como os imagináis cada vez que el grupo se renueva hay que
aceptar los cambios y dejarse en cierto modo también renovar. Hay
que tener la paciencia de introducirlos, de hacerles conocer y
también de dejarse interpelar por ellos y por sus inquietudes.
Aprovechando
de su juventud y de su energía durante dos semanas trabajamos
bastante en la casa para pintar, arreglarla, limpiarla y hacerla un
poco más acogedora. Hemos hecho una limpieza a fondo del campo de
bananeros que tenemos cerca de casa y que nos permiten comer de vez
en cuando el fruto de nuestro trabajo. Son jóvenes y africanos la
mayoría de ellos, pero me he dado cuenta que no están muy
acostumbrados a trabajar con el machete para cortar las hierbas. Es
el peligro que se corre pues en la mentalidad de algunos de ellos,
hacerse religioso significa el abandono de ciertos trabajos manuales.
Creo que esa semana de trabajo físico duro les ha servido para
comprender que el trabajo, por muy duro o sucio que sea, no nos quita
la dignidad, sino al contrario, es gracias a él que nos humanizamos
y que compartimos, aunque sea durante poco tiempo, la dura vida y el
cotidiano de mucha gente.
Poco
a poco fueron llegando los que estaban de vacaciones en sus familias
o en otras comunidades haciendo algún servicio y cuando estábamos
todos nos retiramos a lo alto de un hermoso monte, llamado “el
oasis de la paz”,
para vivir una semana de ejercicios espirituales, guiados por un
compañero que trabaja en el norte de Camerún. Cuantas veces en esos
días me venía a la cabeza esta idea “tenemos
mucha suerte, somos privilegiados”. Y
es que me parece que no nos podemos quejar en absoluto, al revés,
deberíamos estar continuamente dando gracias a Dios por tantos
regalos que recibimos y por poder gozar de tantos privilegios que
para muchos son un sueño, inalcanzable: unos días retirados del
ruido y del ajetreo sin otra cosa que hacer que rezar, descansar y
gozar de los dones que Dios nos ofrece.
“Que
bien estamos aquí”, decía Pedro a Jesus encima del monte, pero
Jesus les invito a bajar y a aceptar de vivir el día a día
iluminados por la experiencia de la transfiguración, y así también
nosotros bajamos y retomamos el día a día. Antes de comenzar las
clases tuvimos la suerte de pararnos durante tres días en comunidad
para ver como queríamos vivir este año, echar un vistazo y
programar los meses que están delante de nosotros. El tema que nos
acompañará este año y que nos ayudara a avanzar es el de la
misericordia. Y como lema elegimos este: “Misericordiosos
como el Padre, y testigos de la alegría del perdón”.
Ya
veis que la salida ha sido a un ritmo bueno, y esperamos seguir así.
Jueves
1 de octubre 2015
Nunca
es tarde si la dicha es buena.
Desde
hace muchos años he tenido las ganas de profundizar y de estudiar un
poco más la biblia. He intentado leer personalmente pero poco más.
Así que hoy me he lanzado en esta nueva aventura de ir un poco más
adentro y he comenzado las clases de un master de biblia. Aquí en
Yaundé hay una universidad católica con varias facultades y uno de
ellas es de teología con posibilidad de estudios en biblia. Es algo
que pide una dedicación casi total, que yo no dispongo al tener que
llevar adelante la comunidad con 17 jóvenes y echar una mano en la
parroquia sobre todo con todas las actividades de los jóvenes, pero
como se dice todo es lanzarse. Y me he lanzado. En vez de hacerlo en
dos años, creo que lo podré hacer en tres y este primer semestre
ando sobre todo intentando descifrar el hebreo y el griego. Nada
fácil pero algo muy bonito de poder leer la biblia en las lenguas en
las que fue escrita. Así entendéis un poco el porqué de mis
silencios y de mi ausencia.
Os
aseguro que los años no pasen en balde y ahí ando en medio de
jovencillos pero con ilusión y ganas de aprender. Hay que robar
tiempo al internet, a veces al sueño y hasta a veces a la amistad.
También
con la llegada de octubre y el comienzo de las clases hemos celebrado
el comienzo de las actividades de los jóvenes en la parroquia. Ya
veis que las ganas no faltan y el tiempo se gestiona. Como vale más
una imagen que mil palabras, os envío alguna fotico de estos
comienzos para que veáis el ambiente que vivimos.
Jueves
5 de noviembre 2015
Estamos
de fiesta con Conforti.
Dicen
que la fiesta y el ocio son necesarios para vivir. Hoy hemos querido
hacer fiesta e invitar a muchos a esta fiesta. El 5 de noviembre es
el día en el que los javerianos en la mayoría de los países en
donde estamos, nos reunimos y celebramos la fiesta de nuestro santo
fundador Guido María Conforti. Es el día en que los jóvenes hacen
los compromisos o votos de querer vivir en castidad, pobreza y
obediencia para la misión. Este año eran siete los que han renovado
este compromiso por un año, mientras que tres: Diego, Innocent y
Dieudonné (italiano, congoleño y burundés) han dicho su sí
definitivo en nuestra familia de javerianos; lo que se llama la
profesión perpetua. El día ha sido pasado por agua pero eso no ha
impedido que todo se pasara bien.
Todo
el mundo se ha involucrado y un grupo de amigos y amigas han ayudado
sobre todo para preparar la comida y hacer posible la multiplicación
de los panes y de los peces.
La
celebración ha sido muy bonita y muy participada, animada por la
coral de los niños que han dado una nota simpática y alegre.
Durante esta celebración Diego, Innocent y Dieudonné se han
comprometido delante de todos nosotros a vivir con sencillez su
consagración a Dios. Sabemos que no es fácil por eso hay que seguir
apoyándolos con la oración.
Al
final de la celebración casi todos los presentes han podido
compartir lo que durante todo el día se había cocinado a pesar de
la lluvia. Se habían preparado unos 430 platos de plástico y
todavía han faltado algunos. Pero lo importante y bonito ha sido el
que todos pudieran participar en la celebración y en el sencillo
compartir sin que nadie fuera excluido.
Quiero
concluir con algunas frases en relación con la fiesta de Todos los
santos que hemos vivido hace pocos días y con esa oración de madre
Teresa que es un elogio a la vida.
« Son
muchos los bienaventurados que nunca hicieron hablar de ellos ni
dejaron de sí ninguna imagen...
Todos
aquellos que, de tiempo inmemorial, han amado sin cesar y cuanto han
podido tanto a sus hermanos como a su Dios.
Aquellos
de los que no se dice nada, los bienaventurados de la clase humilde,
los que no han hecho milagros.
Los
que nunca tuvieron éxito y no dejaron más huella que un trocito de
tierra o una cuna.
Son
muchos, las gentes sin importancia, los bienaventurados de cada día
que nunca entrarán en la historia.
Los
que han trabajado sin gloria y que gastaron sus manos amasando,
ganándose el pan...
Sus
nombres están en muchas piedras, y a veces en nuestras plegarias...
Pero
ellos están en el corazón de Dios.
Y
cuando alguno de ellos abandona la tierra para llegar a la casa del
Padre, una estrella nace en los cielos.
LA
VIDA
La
vida es una oportunidad, aprovéchala;
la
vida es belleza, admírala;
la
vida es serenidad, saboréala,
la
vida es un sueño, hazlo realidad.
La
vida es un reto, afróntalo;
la
vida es un juego, juégalo,
la
vida es preciosa, cuídala;
la
vida es riqueza, consérvala;
la
vida es un misterio, descúbrelo.
La
vida es una promesa, cúmplela;
la
vida es amor, gózalo;
la
vida es tristeza, supérala;
la
vida es un himno, cántalo;
la
vida es una tragedia, domínala.
La
vida es aventura, vívela;
la
vida es felicidad, merécela;
la
vida es vida, defiéndela
Teresa
de Calcuta
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