viernes, 24 de octubre de 2014

Ecos de la Sabana - nº 33


Lunes 6 octubre 2014
Calentando motores
Dicen que lo que más cuesta es poner el motor en funcionamiento, hace falta paciencia y todavía más cuando el chofer es un novato. Con esto quiero hablar de este mes de septiembre en nuestra comunidad de Yaundé, los días han transcurrido muy rápidos, con muchas cosas que hacer. No es una novedad el estar allí, pero sí lo es el organizar todo esto.
Primero hacer los papeles en la policía para poder acoger a los estudiantes nuevos que debían venir de Indonesia y del Congo. Hay que tener una paciencia enorme y hay que ir no una vez sino cada día durante varias semanas para que te pongan la firma y el cuño necesario para el visado. Luego los imprevistos del ébola que han hecho, como decía, que los dos congoleños no pudieran venir al haber prohibido a todos los provenientes de Liberia, Sierra Leona, Guinea Conakry y RD del Congo de venir a Camerún. Lo que es curioso es que un camerunés que estaba allí en Congo ha podido entrar pasando por Brazzaville, como si la epidemia solo afectara a los congoleños.
Mientras unos y otros iban llegando los que estábamos en casa intentamos limpiar, pintar y arreglar un poco la casa. Durante el año no hay tiempo para esos detalles que son importantes, pero antes de comenzar el curso hicimos una lista de las cosas que hacer y todas las mañanas nos empeñamos bien en el trabajo para que nuestra casa sea acogedora. Es además un momento en el que cada uno puede mostrar sus capacidades de pintura, de carpintería, de fontanería… todos somos capaces de algo y es bonito el descubrir capacidades escondidas pero que hacen que la vida en común sea más bonita. 
Luego a mitad de mes hemos tenido una semana de ejercicios espirituales en lo alto de un monte un lugar muy bonito, tranquilo y que nos ha ayudado a hacer silencio. Ya veréis alguna foto de ese lugar casi paradisiaco. Allí un sacerdote camerunés, profesor de biblia, nos ha ayudado a vivir estos días de silencio y oración en compañía de san Pablo y de sus cartas. Quiso concluir los ejercicios con este cuento que os transcribo:
“En medio de un gran valle había un edificio con cinco pisos. En el primer piso vivía la gallina, la gran perezosa que no quería hacer casi nada y se contentaba de picar y comer lo que encontraba por el camino. En el segundo piso vivía el gato. Este era un maniático de la limpieza y se pasaba el día entero lavando y lavándose. En el tercer piso vivía la ardilla. Esta se pasaba el día en el bosque buscando nueces que traía a casa, almacenaba para los meses de carestía y por la noche las iba devorando poco a poco haciendo un gran ruido. En el cuarto piso vivía el pichón, aunque en realidad este no estaba casi nunca en casa a causa de sus continuos viajes de un sitio para otro. El quinto piso estaba vacío y habían puesto una placa en donde se informaba del alquiler de este piso.
La primera que vino a informarse fue la hormiga. Cuando visito el piso le gusto mucho pero como era una gran trabajadora dijo que no podía vivir junto a la perezosa gallina. Para quedarse pedía que la gallina fuera echada a otro sitio. Pero los otros animales no aceptaron su propuesta.
Después vino el cerdo y se quedo satisfecho del piso aunque para él estaba muy limpio. Quería quedarse pero dijo que no podría vivir junto al gato, maniático de la limpieza. Entonces pedía que este se marchara para poder quedarse allí. Pero los otros animales no aceptaron su propuesta.
Después del cerdo llegó el ruiseñor. Visitó el piso y le gustó mucho. Les dijo que necesitaba descansar durante la noche para poder cantar y componer sus melodías, pero como la ardilla era tan ruidosa era mejor que esta se marchara. Pero los otros animales no aceptaron su propuesta.
A continuación fue la coneja quien llegó, visito el piso y se quedó muy satisfecha. Ella tenía muchos conejitos y pidió que el pichón que estaba siempre fuera se marchara para no dar mal ejemplo a sus hijos. Pero los otros animales no aceptaron su propuesta.
Al final llegó la paloma. Esta visitó el piso sin prestar mucha atención, mientras que se fijaba mucho en los que habitaban el edificio. Al final les dijo que el piso no le gustaba mucho, pero que querría quedarse a causa de los habitantes que allí se hospedaban. Los otros animales le preguntaron qué veía en ellos y ella les dijo: “yo que con facilidad vivo preocupada podré aprender de la gallina a estar más tranquila. A mí que no me gusta demasiado la limpieza el gato podrá ensenarme a ser más limpia; a mí que tampoco me gusta almacenar y prever para el futuro, la ardilla me enseñará a prever y guardar; el pichón en cambio me ayudará a conocer lo que ocurre en otros sitios y me mantendrá informada.
La paloma no se quedó a causa de lo bonito que era el piso sino a causa de las cualidades que ella supo encontrar en los animales que allí vivían. Por eso mismo los otros animales le dijeron que ellos también harían el esfuerzo de limar sus defectos para vivir mejor con ella”. Y colorín colorado…
Sin duda que es bonito y provocador el comenzar un curso desde esta óptica, buscando lo que el otro me puede enseñar y cómo gracias a él puedo crecer y hacerme más persona.
Justo al regresar de estos días de ejercicios, sin tiempo ni siquiera para abrir la bolsa, tuvimos la gran asamblea parroquial con todos los jóvenes de la parroquia para lanzar el año y las actividades. En la parroquia hay unos diez grupos de jóvenes y niños y me toca también la dicha de coordinarlos. Es cierto que cada grupo es autónomo y en casi todos hay personas responsables y serias que trabajan muy bien; pero intentamos que haya actividades que organizamos juntos para así no correr el peligro de encerrarnos en nuestro grupico y ya basta.
Sábado 11 Octubre 2014
Juntos programando

Ya veis que esta vez estos ecos son un poco organizativos. El lunes 23 de septiembre llego Carlo, el ultimo que faltaba para completar nuestra comunidad este año. Carlo es italiano y ha trabajado bastantes años en Chad y aquí en Camerún, tiene 67 años pero se le ve muy dinámico y activo. Con él ya estamos al completo, quince personas esta vez de solo seis países distintos, de los cuales doce jóvenes que se preparan para ser misioneros con los estudios y tres que estamos acompañándolos y haciendo todo lo que se puede en la parroquia. Pasamos tres días muy intensos intentando ver como queríamos vivir este año nuevo y cómo a pesar y gracias a nuestra diversidad queríamos ser un signo de Jesús en nuestro barrio. A partir de noviembre será el año de la vida religiosa y como objetivo del año hemos tomado una frase del papa Francisco dirigida a los religiosos. En nuestra comunidad, aprovechando de nuestra diversidad y de nuestra riqueza, y en este barrio popular en el que vivimos queremos “ser misioneros de la alegría: una alegría a redescubrir, a vivir y a dar para despertar el mundo”. Es cierto que el listón lo hemos puesto alto, pero es solo así que podremos progresar y avanzar durante este año. Las ganas no nos faltan y las capacidades, viendo el grupo, tampoco.

El último domingo de septiembre la plaza de la iglesia estaba llena de personas y de jóvenes que presentaban sus distintos grupos a la gente que venía a las distintas misas. Era el día del lanzamiento de los grupos de jóvenes de los que os he hablado arriba. Habían puesto pequeñas mesas con la información de lo que hacen, de cuando y donde se reúnen. Por la tarde en la misa que siempre está llena de jóvenes cada grupo fue presentando un poco a todo el mundo lo que hacía para ver si los otros se animan a participar a alguno de ellos. Fue un rato largo pero muy ameno con risas y comentarios alegres de los que allí estaban presentes. En el ofertorio cada grupo trajo algo representativo o signo de identidad de su grupo. Es siempre un modo de implicarlos más y de hacer que otros puedan integrarse.

Y para acabar este mes ajetreado, el viernes 4 de octubre por la noche, cogí el avión que pasando por Estambul me llevo a Roma. No venía a hacer ninguna peregrinación, aunque siempre se aprovecha para visitar la plaza de san Pedro y el Vaticano; sino que había una reunión que los hermanos que coordinan nuestra congregación habían convocado en Roma entre los responsables de las cuatro comunidades de teología que nosotros tenemos dispersas por el mundo. De los cuatro tres somos nuevos y estamos empezando este servicio así que nos venía bien para entender un poco mejor como hacer este trabajo. La comunidad más antigua está en Parma, Italia y el responsable es un italiano aunque entre todos los jóvenes que estudian allí no hay ninguno italiano. La segunda es la de Méjico y el responsable es un mejicano con un gran grupo de jóvenes que acaban de llegar este año allí. La tercera es la de Manila en Filipinas y el responsable es un brasileño, tampoco allí hay ningún estudiante filipino. Y la última es la de Yaundé en Camerún con la presencia de dos jóvenes cameruneses entre nosotros. Ya veis que no es fácil pero ahí estamos intentando hacerlo lo mejor que podemos. Es cierto que para esto no basta la buena voluntad y por eso mismo se había convocado esta reunión primero para vernos y ver lo que estábamos haciendo, intentando armonizar un poco nuestro modo de actuar. Y en segundo lugar para darnos algunas pistas y puntos que nos ayuden a conocer mejor a los jóvenes y a descubrir que somos complejos.
El primer día nuestro superior general de Roma nos dijo qué es lo que esperaba de nosotros y de nuestro trabajo, cuales son los puntos sobre los que habría que insistir y no negociar pues no es tarea fácil el formar a los misioneros del mañana. Sobre ello tuvimos un tiempo de intercambio y de diálogo muy enriquecedor. Por la tarde otro compañero nos presento un documento que acaban de hacer sobre las distintas etapas de formación de uno que quiere ser misionero javeriano. Es un documento muy rico y que sin duda nos va a ayudar mucho en nuestra tarea. También tuvimos un tiempo de intercambio y de dialogo.
El segundo y tercer día tuvimos dos personas, un jesuita y una profesora de psicología, que nos hicieron comprender la complejidad de la persona humana y lo difícil que es acompañar a una persona, con sus  traumas y sus problemas, para que haga un camino de crecimiento y de madurez. Nos dejaron bastantes cosas para leer y deberes para hacer, pero fue muy apasionante y al mismo tiempo uno se siente poco preparado dado la complejidad del ser humano.
El cuarto día presentamos nuestras comunidades y lo que hemos programado hacer durante este curso. Vimos que las diferencias a veces son grandes y que hay que intentar armonizar para caminar juntos. Los dos últimos días fueron los de encontrar puntos en común y compromisos que queremos llevar juntos adelante.

Como veis la semana fue muy intensa y con poco tiempo para pasear. Menos mal que por la noche nos dábamos siempre un paseo por los alrededores del vaticano, ya que nuestra casa está bastante cerca. También los domingos aprovechamos para patear Roma: los monumentos romanos, algunas de las muchísimas iglesias y monumentos cristianos, etc. Incluso pude pasar la mañana del domingo con un amigo de mi pueblo que es benedictino y profesor allí y descubrir la riqueza y un poco de la vida de los benedictinos. No fuimos de peregrinación pero estando allí me di cuenta de las miles y miles de personas que cada día se mueven por esa zona del vaticano. Eran ríos de gente y parece que desde que esta el papa Francisco son ríos de gente cada día y en especial los miércoles y los domingos. Ya podréis contemplar alguna de estas fotos que no son de la sabana ni del trópico sino de la marea humana en el asfalto de Roma. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Quizá también te interese:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...