"Mientras algunos intentan ir a la luna, otros intentamos llegar a los poblados. Ecos de la vida cotidiana de los poblados de Chad y de Camerún"
domingo, 17 de noviembre de 2024
domingo, 10 de noviembre de 2024
VIDEO DEL PAPA NOVIEMBRE 2024: POR LOS QUE HAN PERDIDO A UN HIJO
¿Qué se puede decir a unos padres que han perdido a un hijo? ¿Cómo consolarlos?
No hay palabras.
Fíjense que un cónyuge que pierde al otro es
un viudo o una viuda. Un hijo que pierde a un padre, es un huérfano o una
huérfana. Hay una palabra que lo dice. Pero un padre que pierde a un hijo… no
hay una palabra. Es tan grande el dolor que no hay una palabra.
Y vivir más tiempo que tu hijo no es
natural. El dolor que causa su pérdida especialmente es intenso.
Las palabras de ánimo, a veces son banales o
sentimentales, no sirven. Dichas con la mejor intención, por supuesto, pueden
acabar agrandando la herida.
Para ofrecer consuelo a estos padres que han
perdido a un hijo hay que escucharlos, estar cerca de ellos con amor, cuidando
ese dolor que tienen con responsabilidad, imitando la forma en que Jesucristo
consolaba a los que estaban afligidos.
Y estos padres, sostenidos por la fe
ciertamente, pueden encontrar un consuelo en otras familias que, tras sufrir
una tragedia tan terrible como esta, han renacido en la esperanza.
Oremos para que todos los padres que lloran
la muerte de un hijo o de una hija encuentren apoyo en la comunidad y obtengan
del Espíritu consolador la paz del corazón.
Papa Francisco, Noviembre 2024
domingo, 3 de noviembre de 2024
ECOS DE LA SABANA nº 254: NUEVA MATANZA DE CRISTIANOS EN BURKINA FASO
Domingo 3 de noviembre 2024Burkina Faso:
Nueva masacre contra cristianos
Más de 150 personas, entre ellas muchos
cristianos, fueron masacradas por terroristas el pasado 6 de octubre en Manni
un pueblo del noreste de Burkina Faso compuesto por un 80% de cristianos. Desgraciadamente
estas masacres se repiten en este país en donde el extremismo islámico está
haciendo tanto daño, provocando muerte y destrucción.
El domingo 6 de octubre, los terroristas
primero cortaron todas las redes móviles del pueblo antes de atacarlo. Luego se
dirigieron al mercado local, donde muchos burkinabés se habían reunido después
de misa. Allí abrieron fuego contra la multitud, de forma indiscriminada. A continuación
entraron en casas y tiendas para matar a los que se habían refugiado allí y por
si fuera poco antes de marcharse les prendieron fuego por lo que algunas
personas fueron quemadas vivas. Luego se marcharon, dejando la ciudad en shock.
Los heridos fueron evacuados al hospital público.
Como si todo eso no hubiera sido suficiente el
martes 8, a las 6 de la mañana, los terroristas de nuevo regresaron a Manni,
incendiaron coches, dispararon al personal médico y entraron en habitaciones
para rematar a los heridos. En total, son más de 150 muertes. Por no hablar de
los numerosos heridos. Muchas de las víctimas procedían de pueblos de los
alrededores, que ya habían sido expulsados por los terroristas y habían
venido a buscar refugio en Manni. Según cifras de las Naciones Unidas,
actualmente hay casi 2 millones de personas desplazadas en el país, es decir, 1
de cada 20 personas. Algunos jóvenes se ven obligados a abandonar el país y
buscar refugio en Mali, Togo, Níger o Costa de Marfil. En agosto de 2024,
Burkina Faso tenía 67.000 exiliados en estos países vecinos.
A pesar de este clima de violencia, la
convivencia es el orgullo de los burkineses que resisten. En todas las
localidades continúa el diálogo entre cristianos y musulmanes. Los ciudadanos son
maduros y saben hacer la distinción entre islamistas y musulmanes.
Dos días después del atentado el obispo de la
diócesis de Fada N'Gourma, monseñor Pierre Claver Malgo, calificaba el ataque
de "bárbaro" y expresaba su "sincera compasión a todas las
familias en duelo". Repetia que existe armonía entre cristianos y
musulmanes, quizás incluso más fuerte que antes, todos juntos contra los
terroristas.
El atentado de Manni se produce en un
contexto de continuo deterioro de la seguridad en Burkina Faso, víctima de
ataques terroristas desde 2015. A finales de agosto, el país vivió la peor
masacre de su historia en Barsalogho (al menos 400 muertos).