martes, 5 de abril de 2011

Ecos de la sabana (26)

Domingo 29 Agosto 2010


Viajes difíciles.

Durante un poco más de un mes ha estado con nosotros un compañero congoleño estudiante de teología en Camerún, otro estaba en una comunidad cercana y un tercero es un chadiano de nuestra parroquia que vino también a pasar unas semanas con su familia. Hoy habíamos programado acompañarlos a Garoua, ciudad en el norte de Camerún a 320 km de aquí para que continuaran su viaje hacia Yaoundé. Hemos salido de casa a eso de las 2 pues era domingo y había celebraciones que debíamos animar.

Los viajes en este periodo son toda una hazaña debido a las lluvias y a las barreras de lluvia. Nuestros caminos o carreteras son, por toda la región en donde vivimos y trabajamos, de tierra. Si llueve se cortan pues cierran la carretera con una barrera que debe permanecer cerrada hasta 6 horas después que acaba de llover. Y estas barreras son muchas, suele haber una cada 10 km más o menos. Es molesto, pero en realidad es un modo de conservar los caminos y de impedir que se estropeen y se hagan impracticables a causa de la lluvia y del barro.

Al salir de casa había nubes en el horizonte y eso te hace viajar con miedo pues uno no sabe si habrá llovido más adelante y si deberemos quedarnos parados delante de una barrera. Hay que decir que hemos tenido suerte pues las nubes nos perseguían por detrás pero por delante se veía el camino despejado. Hemos pasado los trámites de la frontera con los pasaportes y todo eso y justo en la última barrera de Chad, a menos de un kilómetro de Camerún nos hemos encontrado con la barrera cerrada pues parece que acababa de caer un chaparrón. Allí el encargado de la barrera nos ha dicho que no había nada que hacer, que había que esperar 6 horas y al ser casi de noche debíamos dormir allí pues hasta la mañana no abriría. Le hemos dicho que los jóvenes que iban con nosotros debían seguir el viaje al día siguiente y pasar allí la noche significaba perder el tren que tenían reservado, pero nada que hacer. Ha pasado un coche de un hospital que tiene permiso de pasar a causa de su trabajo y aunque ha intercedido por nosotros, tampoco ha aceptado de abrirnos. Después de esperar 2 horas, de hablar y suplicar varias veces al encargado de la barrera, casi humillándonos, hemos suplicado de nuevo dándole 1000 fcfa = 1,5 € para que nos abriera. Esto se llama corrupción y de veras que es la primera vez en todos estos años que llevo por aquí que ofrezco dinero para recibir favores, pero ese día hubiéramos dormido allí y el viaje se hubiera estropeado. Al final nos ha abierto y hemos continuado con este sentimiento de sentirnos humillados y de haber corrompido para poder pasar. A pesar de todo hemos llegado tarde, casi a eso de las 10 de la noche, pero bien y todo ha quedado como una anécdota más que forma parte de nuestra vida por estos lugares.



Viernes 3 Septiembre 2010

De nuevo por estos caminos de Dios.

Durante estos días en el norte de Camerún hemos aprovechado para arreglar el coche, y sobre todo hacer compras de cosas que son difíciles de encontrar en Chad y que por lo general cuestan más caras. Unas religiosas nos habían encargado de comprarles una bici de mujer que no encontraban por aquí y la hemos encontrado. También una batería para los paneles solares con los que tenemos luz y cosas para comer y sobre todo para las escuelas que estamos haciendo: clavos para la uralita, pintura para las pizarras y puertas, etc.

De nuevo al tomar el camino había muchas nubes en el horizonte, los primeros 90 km en Camerún son asfaltados y se circula muy bien. Cuando acabábamos de atravesar la frontera de entrada a Chad nos ha sorprendido la lluvia y hemos continuado hasta que nos hemos encontrado con la primera barrera de lluvias cerrada. Allí hemos estado parados casi una hora pues llovía, ha llegado un coche de comerciantes detrás de nosotros y ellos tienen la costumbre de dar un poco de dinero, unos 500 fcfa, casi 1 €, a los que cuidan las barreras para dejarlos pasar. A nosotros también nos ha pedido que le íbamos a dar y le hemos dicho que no damos nada, lo nuestro es esperar hasta que nos abran. Al poco rato ha abierto y le hemos dado un pan para que acompañara el té que el otro había ofrecido.

Como os decían cada 10 km suele haber una barrera, así que cada 10 o 15 minutos nos tocaba pararnos y esperar una media hora, el otro daba su dinero y nosotros nuestro pan. A eso de las 3 de la tarde hemos llegado delante de una barrera en donde había muchos vehículos de comerciantes parados y esperaban a que les abrieran la barrera del camino. Estos venían de un mercado e iban cargados con sacos y bolsas de los comerciantes. Enseguida han venido a pedirnos el dinero para que nos abrieran la barrera pero les he dicho que no podemos hacer eso y que cuando abrieran pasaríamos. Allí hemos estado mucho rato, y de repente ha llegado un coche de la aduana móvil, son funcionarios de la aduana, o mejor buitres carroñeros de la aduana, que se desplazan y saquean a la gente. Por lo visto alguien les había avisado que había varios coches de comerciantes parados y que allí podían obtener un buen botín. Han empezado a registrar todos los vehículos y sacaban sacos con perolas, con chancletas… bolsas, bolsones que iban cargando en su coche. Era un espectáculo muy triste de ver cómo saqueaban a sus propios hermanos y dentro de sus fronteras. Nosotros estábamos serenos por fuera pero con mucho miedo pues sabíamos todo que llevábamos en el coche y que si lo abrían y destapaban el toldo que cubría la parte de atrás nos iban a vaciar todo.

El registro ha durado mucho y cuando han llegado delante de nuestro coche uno de ellos nos ha dicho de abrir para registrar, lo estábamos haciendo cuando otro por detrás nos ha dicho de no hacerlo pues nuestro vehículo no era de comercio sino personal. Entonces sin rechistar le hemos hecho caso y cerrado enseguida. Podemos decir que hemos tenido suerte o Dios nos ha acompañado, pero hemos pasado un rato muy malo. Por otro lado daba pena el ver cómo quitaban las cosas de la gente que para recuperarlas tendrán que darles dinero debajo de manga y aceptar la humillación y el soborno.

Cuando Dios ha querido nos han dejado tranquilos y de nuevo las discusiones con los encargados de las barreras. Fijaros que habíamos pensado llegar a casa y dormir tranquilos en nuestra cama pero no ha sido posible pues para hacer unos 90 km hemos empleado casi 6 horas y media a causa de las barreras de lluvia y de la aduana móvil. Casi a eso de las 7, ya de noche hemos llegado al centro de acogida de la diócesis y allí hemos pasado la noche añadiendo otra anécdota más a nuestra vida por estos lugares.

Hoy por la mañana hemos retomado el camino y esta vez sin problemas de barreras ni de aduanas hemos llegado bien a nuestro destino.



Viernes 10 Septiembre 2010

El granero parroquial, la lucha contra la hambruna.

Hoy se ha vaciado el granero de la parroquia que funciona para luchar contra la hambruna. Esta iniciativa comenzó hace ya 12 años, en 1998. Este año es un año que no se olvida fácilmente pues hubo muchos muertos a causa de la hambruna y niños abandonados por falta de comida en sus casas. Después de este desastre nos preguntamos junto con la gente qué podíamos y debíamos hacer para que no se repitiera más eso. Y en la reflexión surgió la idea de crear un banco de cereales para luchar contra la hambruna. Pedimos un crédito al obispo de unos 2.300 € para cada parroquia y nos lanzamos en esta aventura con buena voluntad pero sin conocer demasiado lo que teníamos que hacer.

Recuerdo que el primer año fue difícil por la falta de experiencia y resulta que se compró el mijo muy caro y a la hora de revenderlo en los meses de carestía se vendió más barato provocando pérdidas. También durante los primeros años algunos graneros tuvieron mala gestión y las consiguientes pérdidas. Pero la experiencia fue madurando y nos ayudó a seguir con buen pie esta iniciativa que dura hasta hoy en día. El capital ha aumentado e incluso se han construido graneros o silos en donde almacenar el cereal, con la ayuda de los beneficios.

Normalmente se suele comprar el mijo el arroz en los meses de noviembre y diciembre, justo después de la cosecha a un precio no muy alto. Después se almacena y es a partir del mes de junio que se decide cuando se venderá y a qué precio más o menos. Normalmente se vende a un precio más bajo que en el mercado para que la gente se beneficie.

Este año había mucho cereal por todos los sitios y la demanda ha sido muy pequeña, así que se ha tardado más en venderlo. Sin duda que es un motivo de alegría y de orgullo de saber que no solo compartimos el pan de la eucaristía durante la misa, sino que también lo hacemos con el mijo y el arroz, la comida que por aquí da la vida.



Sábado 11 Septiembre 2010

Luchando por vivir.

Hoy tenía la reunión de catequistas en Fege y uno de ellos llamado Samuel me ha invitado por la tarde a visitar su casa y a pasar un rato con él. Es un chaval muy generoso y hasta ahora sensato. Yo conocía un poco de su vida pero hoy me ha contado sus luchas y esperanzas.

Tiene unos 22 años y es el mayor de 5 hermanos de las cuales 2 ya están casadas. Su padre murió hace unos 11 años, estaba casado con 4 mujeres pero solo su madre, la tercera mujer, tuvo hijos. En febrero murió también su madre y él se quedó como cabeza de familia y responsable de sus hermanos. Este año ha estudiado 1 de bachiller y quiere seguir con el 2º. El año pasado estudiaba en Gounou-Gaya a unos 30 km de su casa, pero me comentaba que quería hacerlo en otro centro que está más cerca a unos 15 km para poder ir a menudo a su casa y seguir a sus hermanos. El que le sigue tiene 20 años pero es como un chiquillo ya que tiene un retraso mental muy grande y prácticamente se pasa el día paseando sin hacer nada, depende totalmente de él. Y luego la pequeña es una niña de unos 12 años, muy espabiladilla y despierta, curiosamente no muy callada ni vergonzosa, como la inmensa mayoría de las chiquillas. Ella hace casi de madre, y esta tarde cuando yo estaba en su casa le he visto que volvía del pozo con un buen cubo de agua sobre la cabeza. Enseguida se ha puesto a prepararnos el té y luego a asarnos unas mazorcas de maíz. Y nada más acabar he visto como empezaba a preparar la salsa para la cena de la noche. Sin duda cosas que la mayoría de las chiquillas de España no hacen ni harán durante años, pero a causa de la necesidad, y luchando para vivir lo hacía con alegría.

Hemos estado charlando un buen rato y me comentaba sus preocupaciones por no dejar a su hermana y su hermano disminuido solos. Al mismo tiempo comentaba sus ganas de seguir estudiando y de salir adelante, pero sobre todo lo que me impresionaba era esa serenidad, paz y al mismo tiempo alegría que irradiaba. Yo también le he aconsejado de estudiar más cerca y así poder estar más presente en casa y le he dicho que le echaríamos una mano para sus estudios y los de su hermana ya que se lo merecen. De verdad que cuando uno encuentra personas como Samuel descubre cómo la vida es una lucha y hay personas que no se resignan sino que luchan contra todo por vivir y vivir con dignidad.



Domingo 12 Septiembre 2010

Jóvenes en busca de “el dorado” de Camerún.

Esta tarde cuando regresaba de la misa he encontrado en el camino 2 grupos grandes de jóvenes que caminaban en dirección a Camerún. Han cultivado con sus familias y como prácticamente ya está casi todo el trabajo hecho se han puesto de acuerdo y van a trabajar durante varias semanas, a veces más de un mes, a Camerún. Allí hay un cereal que se llama berberé, es un mijo que se siembra en semilleros y luego en esta época, hacia el final de la estación de lluvia, se planta en los campos arcillosos y crece gracias a la humedad del suelo sin necesidad de la lluvia. Es un trabajo grande y por eso muchos van allí para ver si tienen suerte y les dan trabajo con el que se ganarán un dinerillo para comprarse los materiales necesarios para la escuela: cuadernos, bolis, etc también algo de ropa, y algunos una bicicleta, tan preciosa por estos lugares.

El camino es largo y según el itinerario que me decían son unos 150 o 200 km que la mayoría hacen a pie pues van con los bolsillos casi vacios. Hay que decir que son fuertes pues no es que haya muchos servicios de acogida ni de apoyo como en el camino de Santiago, pero ellos lo conocen y se apoyan entre ellos. Otro problema a veces es una vez llegados a Camerún, en donde el nivel de vida es un poco más alto que en Chad, pero no siempre allí hay trabajo o no lo encuentran ganando bien sino con un miserable sueldo. De todos modos es una aventura de juventud y un querer salir adelante con sus medios sin ser una carga para sus padres. De hecho la mayoría de los jóvenes suelen pagarse sus estudios ellos mismos y son ellos los que se compran sus cuadernos y materiales.

En el camino el saludo que les he dado ha sido: “llegad a Camerún en paz y sobre todo regresad en paz y con salud”, que no siempre es fácil.

Como veis la emigración, aunque sea solo durante unos meses, no es un fenómeno solo de África o América hacia Europa sino también al interior de estos países y continentes. Y a menudo también por aquí en condiciones muy difíciles donde si uno no es fuerte no puede llegar a su destino.

1 comentario:

  1. Hola Angel y demás Javes,
    Hoy me he puesto al día con Ecos de la Sabana pendientes y me ha encantado de nuevo. La descripción de la cotidianidad a la luz de la fe y el evangelio nos evangeliza también a nosotros por estas tierras murcianas.
    La claridad de los relatos, las valoraciones de lo que implican las realidades humanas para quienes las viven y para nosotros mismos y los puntos de celebración y humor hacen que sean de lo más completo y ameno.
    Gracias y mucho ánimo Angel

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