Jueves
23 de Febrero 2017
Philomène ejemplo de madre coraje.
En
los últimos ecos os hablaba de Marie, la joven de 17 años con problemas de
insuficiencia cardiaca o algo parecido. Ya está en casa y se le ve bastante
bien, aunque es una burrada lo que su madre, Philomène, ha gastado en estas
semanas para cuidar a su hija. Hospital, oxigeno, pruebas, análisis y
medicamentos todo junto hace una cifra inmensa que es casi un milagro que ella
haya podido juntar y encontrar.
De
siempre esta mujer me sorprende por su serenidad y la sonrisa siempre en sus
labios a pesar de vivir una vida nada fácil. Me gustaría enviaros una foto de
su casa o mejor dicho de la habitación en alquiler en donde vive ella, su hija Marie, su hijo Júnior de unos
15 años y una tía ciega mayor que no tiene hijos y que ha querido quedarse con
ella. Un día haré la foto y os la enviaré. Ellos cuatro viven en unos 9 o 10 m2 , y es casi
imposible estar de pie dentro.
Philomène
trabaja como ama de casa en una familia y creo que no cobra más de 80 E al mes,
aunque si es cierto que esta familia le ayuda en los momentos de enfermedad y
de prueba. Sus dos hijos tienen problemas con la vista y de hecho a Marie le
quitaron un ojo hace dos años. El año pasado Junior se cayó y se rompió la
cadera y estuvo más de dos meses en el hospital, aun camina con una muleta y
anda cojeando. Y luego la tía ciega ya bastante mayor y totalmente dependiente
que al no tener hijos no sé porque quiso quedarse con ella y allí está.
Por
si fuera poco el año pasado la encerraron en el calabozo porque en donde ella
trabaja tienen unas habitaciones en alquiler y ella alquilo una de ellas a un
tipo que resulta que hizo un secuestro exprés y amenazaba con matar al rehén.
La policía lo encontró y ella fue detenida por complicidad. Fui a visitarla
para testimoniar que era una mujer conocida en la parroquia y honesta y aun así
tuvo que pagar unos 150 E para ser puesta en libertad. Como se suele decir “a
perro flaco todo son pulgas” y parece mentira como ella lleva todo esto adelante
con entereza y con esa sonrisa que le caracteriza.
La
semana pasada vino a verme y se echó a llorar diciendo que no podía más pues le
parece que el espíritu del mal la persigue. Son situaciones en donde uno no
sabe qué decir ni tampoco tiene mucho que decir, solo escuchar y callar. Y es
cierto que mirando atrás son muchos los problemas que ha vivido, y casi sin
acabar con uno empieza con otro. Pero le hice ver que si el espíritu del mal le
perseguía el del bien era más fuerte y era un milagro que entre unos y otros
hubiera encontrado una cantidad de dinero tan grande para curar a su hija y
para hacer frente a todas esas adversidades. Delante de ella uno no tiene nada
que decir ni ningún motivo por el que lamentarse o quejarse. Os aseguro que
personas como Philomène me dan energía y me empujan a luchar y a no desesperar
a pesar de las pequeñas cosillas de cada día.
Miércoles
15 Marzo 2017
Unción de enfermos colectiva
Cada domingo en nuestro barrio llevamos la comunión a
unos 50 enfermos que no pueden venir a la iglesia por motivos de enfermedad o
vejez. Claro está que no lo podemos hacer solos pues se necesitaría de mucho
tiempo del que no disponemos, pero junto a nosotros hay 13 laicos, hombres y
mujeres, a los que se les ha dado el ministerio de la comunión de enfermos y
con ellos sí que podemos hacerlo.
Este
año habíamos decidido celebrar durante la cuaresma por primera vez la unción de
enfermos comunitaria, animando a la mayoría de las familias de estos enfermos
que visitamos cada semana a traerlos aquí a la parroquia para celebrar juntos
este sacramento de los enfermos. Es cierto que no es fácil mover a todos ni
tampoco hay medios para ello, pero hoy hemos celebrado esta primera unción
comunitaria de los enfermos con la asistencia de una gran multitud. Lo hemos
querido hacer a las 3 de la tarde aunque hacia bastante calor, pero para que
pudieran regresar a sus casas antes de la caída del sol.
Antes
de las 2 ya había un buen número de enfermos que estaban esperando y con ellos
se ha cantado y rezado mientras otros iban llegando hasta que fueran las 3,
hora prevista para comenzar. La celebración ha sido muy participada y animada,
y sin duda que ante la dificultad para muchos de ellos de ir al hospital y
curarse como Dios manda, el sacramento de la unción de enfermos era deseado y
visto como un remedio fuerte para llevar adelante su dolor y sufrimiento.
Al
final de la misa el grupo de caritas había preparado 150 bocatas que se han
quedado escasos a pesar de haber partido muchos por la mitad, y un vaso de zumo
local para cada uno. Es poca cosa pero un signo bonito del compartir y del
cariño hacia ellos. Todos se han marchado muy contentos a pesar de sus achaques
y os aseguro que esta noche la mayoría dormirán muy bien por dos motivos:
primero por el esfuerzo de haber venido hasta aquí, algunos llevaban años si
salir de sus casas, y segundo por la unción recibida que para muchos es un
alivio para su dolor.
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