sábado, 18 de marzo de 2023

ECOS DE LA SABANA nº 201: ESPIRITU DE LUCHA Y DE SUPERACION


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Sábado 18 de Marzo 2023
Babo y el espíritu de lucha y de superación

Es curioso cómo el mundo, a pesar de lo inmenso que es, en realidad no es más que un pañuelo. Recuerdo que cuando estaba en Chad unos amigos de Mollina, Málaga, me escribieron para informarme que una pareja de allí iban como misioneros al Chad, para comenzar un trabajo apasionante: poner en funcionamiento un centro de acogida y de educación de niños de la calle que había construido la diócesis en Bayaka.

Chad es 2 veces y media más grande que España y resulta que Pilar y Sergio, la pareja de Málaga que fueron poner en pie ese centro y en el que estuvieron durante 4 años, estaban a solo 50 Km de donde yo vivía. Son las sorpresas de Dios. Muchas veces estuve yo en su centro y también fueron varias las veces que ellos vinieron a verme, solos o con sus padres o amigos de visita. El centro de Bayaka que ellos pusieron en pié era un oasis en medio del caos del Chad. Eran unos 30 niños y niñas que allí habían encontrado techo, comida y escuela, pero sobre todo un hogar con mucho cariño y atención, que antes habían conocido muy poco o no lo habían conocido en absoluto. Otras veces he hablado de ellos y de su centro en mi blog, y lo podéis ver en el video que acompaña esta historia.

Babo es un niño que ellos encontraron varias veces en el mercado de Kelo, haciendo pequeños trabajillos, llevando las compras de los que iban al mercado y así se ganaba unas monedas con las que podía vivir. Un amigo suyo le habló del centro de Bayaka y en cuanto Sergio y Pilar aparecían por el mercado se subía a su coche para irse con ellos. Su padre había fallecido y su madre tenía problemas de alcoholismo. Prácticamente no se ocupaba de él pero al tener familia no querían llevárselo al centro respetando sus lazos con la madre. Desgraciadamente una moto lo golpeó y le tuvieron que amputar su pierna. Cuando Sergio y Pilar se enteraron de lo ocurrido se sintieron en parte culpables por no haberlo acogido antes en el centro. Y es así que hablando con la gente vieron que lo mejor para Babo era que pudiera ir a ese centro y aprender algún oficio que le permitiera ganarse la vida en el futuro.

A Babo le faltaba una pierna pero le sobraban las ganas de salir adelante y de luchar. Era un crio que hacia lo que se proponía. Tenía un carácter fuerte y a veces era terco como una mula, y no desistía hasta conseguir lo que quería. Quería ser el primero en todo: en la escuela, en las tareas y sobre todo en el futbol, que era su gran pasión. Y el tener una sola pierna nunca fue un problema para impedirle de jugar los partidos y de ser el pichichi en los torneos. Quería aprender a coser y al tener un sola pierna le propusieron coser con una máquina de coser que funcionaba con la mano; pero Babo no aceptaba, quería coser con la máquina de pedales que los demás utilizaban con el pie. Al terminar su formación en Bayaka, puso un pequeño taller en la ciudad de Kelo y se ganaba la vida con la costura. Además era un modisto muy solicitado porque lo hacía bien. Es gracias a su máquina de coser que se ganaba la vida. Pero tenía proyectos y sueños y es así que se fue a Ndjamena, la capital, para buscar allí su suerte. Además de coser, encontró un equipo de futbol en el que comenzó a jugar y a mostrar sus cualidades. Alguien le dijo que en Douala, una gran ciudad en el suroeste de Camerún, había un equipo de futbol de discapacitados como él, en el que podría ganarse la vida. Se puso en contacto por teléfono con una persona y le dijo que se ocuparían de su alojamiento, viajes y comida allí en Douala. Ni corto ni perezoso, Babo metió en una bolsa sus pertenencias, y con su máquina de coser se embarcó en un viaje de casi 2.000 km, en autobús. No conocía a nadie y solo tenía un número de teléfono escrito en un papel. Gracias a Dios que Denis, un compañero misionero javeriano que vive allí en Douala, lo acogió y le ayudó a dar sus primeros pasos.

Hace unos días nos envió un mensaje en el que nos contaba cómo estaba. Se le veía defraudado pues la realidad ha sido totalmente distinta de lo que le habían prometido. No recibe nada en absoluto por jugar al futbol y un tercio de lo que gana al mes, 30.000 fcfa, unos 45 €, lo gasta en transporte para ir a entrenar. Vive como puede y come lo que encuentra con lo poco que le queda. Está bastante desanimado pues ya lleva 5 meses y no ve perspectivas de cambio allí.

Babo sigue soñando en ir al extranjero en donde le han dicho que podría jugar en algún equipo de discapacitados y así ganarse la vida. Hay un equipo de Costa Rica y otro de Brasil en donde quizás podría jugar. Para eso debería hacer el pasaporte y tener dinero para poder pagar el billete de avión. Varias veces decía que sufre pero que sigue luchando como lo ha hecho hasta ahora. Ya veréis en los vídeos que no tira la toalla, ni cruza los brazos. Esperemos que encuentre un equipo que de verdad dé garantía, sea fiable y profesional. Y que Babo encuentre a alguien que pueda darle un empujón para que sus sueños y su espíritu de lucha puedan hacerse realidad.

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