Sábado 25 Octubre 2014
El desamor puede conducir a la prisión
El miércoles a la tarde Blandine e Yves,
una madre con su hijo de unos 18 años, han venido a verme. No los conocía
aunque ellos sí que me conocían, pero es mucha la gente que viene y no se conoce
a todos. Querían hablar ya que en su familia hay problemas. Solo sentarse
Blandine ha tomado la palabra y durante media hora no la ha dejado; su hijo y
yo escuchábamos atentos y sin hacer ruido. Y conforme la iba escuchando me daba
cuenta de los traumas que Yves ha vivido desde casi su infancia.
Blandine fue contando como un rio que
fluye sin parar la historia de su hijo. Ella está casada con Roger con el que
tiene tres hijos pero antes de casarse con este tuvo a Yves en una relación de
juventud con otro hombre, algo muy frecuente por estos rincones. Yves vivió con
su madre y con su padre adoptivo hasta la edad de diez años, fue entonces que
su padre natural vino a buscarlo y se lo llevo con él. Este vivía con otra
mujer y desde el principio esta señora vio en Yves una ocasión para descargar
sobre él los pequeños trabajos y tareas de la casa: limpieza de la casa, lavar
la ropa, lavar los platos, buscar el agua, etc. Poco a poco Yves empezó a
sentir repulsión hacia su madrastra y a tener ganas de hacerle daño, pero como
no podía al ser pequeño y al sentir la amenaza de su padre, su modo de vengarse
hacia ella fue de empezar a robarle el dinero que ella guardaba en su bolos o
que ella escondía pero que Yves siempre encontraba.
La relación empeoro y el padre lo llevo
de nuevo a casa de Blandine para que se quedara allí, no sabiendo lo que hacer
con él. De nuevo en casa de Blandine fue creciendo y se acostumbro a seguir
robando dinero de la cartera de Roger, el marido de su madre. Y eso hizo que en
la casa no fuera muy bien recibido y que a menudo hubiera problemas y
discusiones. En enero de este año hubo un robo en el barrio e Yves fue detenido
junto a otros jóvenes y acusado de robo, aunque él afirma que no fue él quien robó.
Ha pasado unos ocho meses en la cárcel central de Yaundé, un lugar que no se
puede desear ni al peor de tus enemigos. Y solo hacia una semana salía de la cárcel y regresaba a casa.
Ella no paro de hablar todo el rato.
Justo ese día tenía una reunión que me esperaba y cuando el discurso se calmo,
le dije que no podía darle más tiempo y que prefería que vinieran el sábado
primero Yves solo y luego ella para hablar con cada uno a solas.
Esta mañana a la hora en punto ha venido
Yves y me ha contado lo que su madre decía con pelos y señales. Se le ve un
chaval bueno y que se da cuenta de lo que ha hecho y de las travesuras que ha
vivido. La experiencia de la cárcel le ha dejado una marca profunda y no
quisiera regresar a ese sitio. Se siente culpable y percibe que en la casa
ahora todos desconfían de él. Él reconoce que no quiere vivir como lo ha hecho
hasta ahora. Yo le he escuchado y animado a demostrar que puede vivir de otro
modo. El que los otros desconfíen en él es normal, pues en musey se decía “aquel que ha sido picado por una víbora, tiene
miedo de una cuerda que se encuentra en su camino por la noche”. Es él el
que tiene que ganarse la confianza y hacer ver que puede y saber vivir de otro
modo. Hemos hablado casi una hora y le he visto sincero y con ganas de vivir de
otro modo.
Al rato ha venido también Blandine, esta
vez estaba más tranquila. Le he hecho comprender que en gran parte lo que Yves
ha hecho durante su vida es fruto del desamor y de este va y ven entre su padre
y su madre. Yo lo veo más como una víctima que como un bandido. Ella se ha
puesto a llorar reconociendo que la vida de su hijo no ha sido fácil. Hemos
hablado de la necesidad de darle confianza y cariño para que este recupere su
confianza perdida y pueda tener un poco de autoestima. Ella ha dicho que hará
todo lo posible para que Yves se sienta acogido y más querido. Con ellos he
quedado para vernos de aquí a un par de semanas para ver cómo va la cosa y he
invitado también a Yves a integrar alguno de los grupos de jóvenes de la
parroquia para poder conocer otras personas distintas de su grupo de
gamberrillos. Esperemos que se vaya integrando y dando pasos.
Yo pensaba en mis adentros sobre la vida
tan dura que muchos críos viven aquí al nacer en familias separadas,
desestructuradas o que nunca han vivido juntas y al sentir desde pequeños que
no son queridos sino que viven como la pelota de ping pong de una casa a otra
según las circunstancias.
Lunes 27 de octubre 2014
Martial el chapucillas.
Llevamos más de un mes con un hierro roto
en la puerta de la entrada de nuestra casa y con varias cosillas que hay que
arreglar. Ayer por fin estuve con Martial que tiene un taller de soldadura
cerca de casa y le dije que pasara para ver si podía hacer esas chapucillas.
Vino y dijo que eso estaba chupao, pues la mayoría en ese sentido tienen poca
humildad, no saben decir que no lo pueden hacer o que no tienen los medios.
Esta mañana ha venido con una carretilla
y su material para soldar. Cuando he visto el aparato, los cables todo picados
y con hilos al aire y las condiciones de trabajo le he vuelto a preguntar si
podría hacerlo y ha insistido que eso era poca cosa para él. Ya veréis en la
foto su soldadura “moderna”, que parece que la han sacado de algún museo de los
restos del bombardeo de Hiroshima. Por supuesto no llevaba gafas para soldar
aunque un rato se ha puesto unas de sol oscuras que llevaba en un bolsillo para
disimular. El caso es que ha arreglado todas las chapucillas que tenía que
arreglar y no ha habido ningún percance; pero lo que ha pasado con Martial aquí
pasa muy a menudo. La gente trabaja en condiciones que no son buenas, sin
ninguna medida de seguridad y con un gran riesgo para su salud. Luego a veces
ocurre algún percance y entonces empiezan a hacer conjeturas y a preguntarse el
porqué de los accidentes y de la muerte; en vez de preocuparse por poner un
poco mas de seguridad y de hacer las cosas mejor.
Hablando de seguridad, ayer pasaba
delante de “la escuela nacional de grandes trabajos y de arquitectura”, se supone que es de allí
de donde salen los futuros arquitectos y constructores del país. En un lado de
este centro se veía que estaban haciendo una construcción, un edificio a varios
pisos. Los andamios eran unos palos puestos en el muro agujereado con un
equilibrio inestable, y arriba del todo había un obrero que trabajaba apoyado
en uno de estos palos sin ninguna cuerda ni ninguna seguridad. Todos hicimos un
comentario sobre el riesgo que corría y ganas me hubieran dado de hacerle la
foto pero la circulación no lo permitía. Esto justo para decir que si en “la
escuela nacional de grandes trabajos y
de arquitectura” se trabaja así ¿qué será de las obras en los suburbios como
los nuestros?
Viernes 31 de octubre 2014
Pobreza con dignidad
Es rara la semana que no tenemos algún
funeral que celebrar el jueves por la noche o el sábado por la noche. Hay días
que hay hasta dos y tres en el mismo día. La razón no es que se pongan de
acuerdo para morir el fin de semana sino que cuando uno fallece por lo general
llevan el cuerpo a la morgue o frigorífico y allí lo dejan dos, tres y hasta
cuatro semanas mientras se organizan para celebrar el funeral. Creo que ya os
he hablado otras veces de ello. Durante este tiempo la familia se concierta,
busca el dinero necesario para organizar todo y hace las invitaciones que envía
a los familiares y amigos. Por lo general suelen sacar el cuerpo el jueves por
la tarde o el viernes según la lejanía del pueblo o el programa del entierro.
Ayer estuve celebrando el funeral de
Joseph Mvogo nacido en 1964, es decir que falleció con apenas 50 años recién
cumplidos. Yo no lo conocía y mientras me acompañaba su hija a su casa para
celebrar el funeral me fue contando un poco de la historia de su padre. Joseph
era chofer de taxi y llevaba dos años enfermo. Habían vendido el coche que
tenia y sin duda que esos dos años habían debido ser bastante duros para todos.
No sé muy bien cuál era su enfermedad pero sí que vi que vivían en una
situación de gran pobreza.
Hicimos la misa en una especie de patio
con un buen grupo de jóvenes ya que la hija participaba mucho en la parroquia y
los jóvenes la apreciaban. Uno de los hijos dio un testimonio muy bonito y
conmovedor del padre y al final de la misa los jóvenes se pusieron a animar la
velada con cantos.
Yo estaba con dos seminaristas y nos
invitaron a entrar en el salón. Digo salón por decir pues no tendría más de
tres metros por tres, y allí estaba una pequeña cocina de gas, un par de
sillones viejos y destartalados y poco más. Nos sacaron en una bandeja con unos
panes y un platico de cacahuetes para que comiéramos un poco. De verdad que me
toco el corazón y comí casi obligado el pan seco y los cacahuetes como signo de
agradecimiento. Es cierto que los pobres suelen tener esa grandeza y esa dignidad de saber compartir a pesar de la pobreza.
Lunes 3 de noviembre 2014
Operada de apendicitis en un cuchitril
Esta mañana han venido a buscarme para
que fuera a visitar y a hacer la unción de enfermos a una señora que estaba en
un centro de salud cerca de casa. En nuestro barrio hay unos cuantos centros de
salud, uno llevado por religiosas y que es bastante serio, pero la mayoría de
estos centros funcionan no se sabe cómo ni quien atiende ni lo que recetan. La
mayoría de la gente dice que van a estos centros por que allí se paga menos y
los medicamentos son más abundantes que en los otros. En realidad cuando te
dicen lo que han pagado uno ve que la diferencia no es muy grande y además en
esos lugares no se sabe el origen de los medicamentos, muchos de ellos de poca
o de mala calidad.
Como os decía han venido a buscarme y he
ido a ver de qué se trataba. Nunca había entrado en ese garito y de verdad que
es el termino adecuado, aunque también se puede llamar cuchitril. Lo más
sorprendente ha sido ver en una pequeña habitación sin techo y con paredes de
tierra a esta mujer que habían operado de apendicitis y que su familia quería
que le hiciera la unción de enfermos. Yo no creía que una operación de este
tipo se hubiera podido realizar en un sitio así, pero era cierto. Llevaba unas
dos semanas operada y la herida seguía medio abierta y supurando mucho. La
familia estaba allí alrededor de ella y me han dicho que como no tenían medios y
la cosa había sido bastante repentina habían decidido operarla aquí pues alguno
de la familia había colaborado y costaba menos. Según me decían costo unos 260
E, mucho dinero para aquí y además que en otros hospitales religiosos con mucha
más limpieza y seguridad cuesta poco más o menos lo mismo. Pero la pobreza hace
que muchas veces no hagan esos cálculos y no piensen en las consecuencias que
eso puede tener.
Después de charlar un rato hemos hecho la
oración y la unción de enfermos de la señora rodeada de una parte de su
familia. ¡Que pueda mejorar, ojala salga de esa y no vuelva allí nunca más!
Volviendo a casa pensaba en lo poco que vale la vida por estos lugares y en
como ponen su vida en manos de cualquiera con plena confianza o lo hacen debido
a la falta de medios y a la pobreza.
Nuestra misión de sacerdotes nos lleva a
conocer estos lugares y a entrar a veces en lo profundo de las casas que por lo
general no se suele enseñar. Pienso un poco en todos los que se quejan por la
lentitud y la atención de la seguridad social, aunque se dice que es mejor no
comparar.
Sábado 1 de noviembre 2014
Octubre misionero.
Ayer acabamos este mes de octubre que
hemos vivido con intensidad en nuestra parroquia de Oyom-Abang. A mitad de
septiembre nos juntamos dos grupos misioneros que hay en la parroquia: uno de
jóvenes y otro de adultos, para ver las actividades que queríamos programar
para el mes de octubre. Se decidió hacer cada jueves por la tarde un rato de
oración por la misión y el mundo con el rosario misionero. En cada misterio del
rosario se presenta un continente y se pide por algo de ese continente. Se
había colocado un canasto en donde la gente iba metiendo sus oraciones y
peticiones que el ultimo día se quemaron durante el ofertorio y su humo llevo
muy lejos lo que cada uno había escrito.
También se decidió hacer cada sábado por
la tarde una mesa redonda con una pequeña proyección que ilustrara el tema
debatir. El primer sábado fue sobre la misión y los misioneros, y hablo Carlos
un compañero junto al padre de una misionera de aquí de la parroquia. El
segundo sábado fue sobre la misión y el compartir, y ese día fue una religiosa
hija de la Caridad brasileña que animo y compartió su experiencia. El tercer
sábado fue sobre la misión y la oración, y esta vez hubo un testimonio muy
bonito y desde el corazón de una mujer que participa en un grupo de oración de
la parroquia y de una joven que canta en la coral y tiene una voz maravillosa.
El último sábado fue sobre la misión y nuestras comunidades que deben ser
misioneras, y esta vez tuvimos el testimonio de dos personas que participan en
las CEBs (comunidades eclesiales de base que hay en la parroquia) y que se
preocupan de acercarse a aquellos que no vienen.
Es cierto que la participación no fue
masiva, pues los sábados suele haber varias reuniones y catequesis de pequeños
y adultos pero lo importante es comenzar, proponer y lanzar iniciativas que se
puedan continuar en el futuro. Al menos hemos intentado hacer ruido y recordar
la importancia de este mes y de la misión, insistiendo en que no podemos
quedarnos tranquilos y con los brazos cruzados como si todo el mundo ya
estuviera al corriente del mensaje de Jesús. Sin duda que todavía queda mucho
por hacer y esa es tarea de todos.
Martial y soldadura moderna |
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