Domingo
6 de Julio 2025Luchando contra la dichosa
bebida
Hace unos días leía un artículo sobre el problema del alcoholismo
en Chad y la lucha que se está llevando a cabo y recordaba el gran esfuerzo que
hicimos allí hace ya casi 30 años pero por lo visto no fue bien recibido en los
oídos y en el corazón de muchos.
Lo que más sorprende a la gente de aquí cuando se
habla de África es escuchar el gran problema que existe en casi todos sus
pueblos y ciudades debido al gran consumo de alcohol y en las ciudades también de
algunas drogas. Se piensa, en general, que al ser pobres o carecer de mucho, no
están tentados por estos males que tantas personas atrapan también en nuestros países.
Pero está claro que los hombres viven las mismas
miserias e intentan refugiarse en las mismas soluciones fáciles que parece que
nos harán más felices pero que en realidad nos hacen más desgraciados, y eso
poco importante el color de la piel que tengamos, ni el país en el que vivamos,
ni los medios que tengamos, ni las sustancias que consumamos.
En Chad descubrí que la palabra ALCOHOL proviene de la palabra árabe "al-kuhul". Y tiene su origen en la palabra KUHL, que significa el polvo fino de antimonio usado para
maquillaje de ojos, y de ahí viene también la palabra "COLIRIO" (de la misma palabra árabe,
"kuhl"). Servía para maquillar, embellecer y cambiar la
realidad. Y es en parte la función del alcohol, la de maquillar la realidad,
ocultar las penurias y querer esconder los problemas, penas, dificultades. En Camerún creamos una asociación de lucha contra la droga llamada
New Life, puedes leerlo y verlo pinchando en este enlace https://ecosdelasabana.blogspot.com/search/label/droga,
y una de las actividades que hicimos fue decorar el campo de futbol de la
parroquia en donde cada día cientos de jóvenes venían a hacer deporte. En una de
las pintadas ponía: “el alcohol no ahoga
las preocupaciones y los problemas, estos saben nadar”.
Es curioso cómo en cada lugar los hombres se las amañan para
conseguir alcohol a partir de lo que allí se tiene. En Chad se tomaba la bili-bili, cerveza hecha a partir del
mijo y el sorgo, y de ella se destilaba un alcohol, argui, matarratas que acababa con los bebedores en pocos años. En
el sur de Camerún además de las cervezas industriales como aquí, que no se
venden en quintos, ni en tercios sino en botellas de medio litro o ¾ de litro,
lo tradicional era beber el matango,
vino de palma extraído de la savia de la palmera y dejado fermentar un poco,
que se podía beber así o también destilado, odontol. En Burundi lo hacían con los plátanos maduros… cómo veis el
hombre cuando quiere algo tiene una gran imaginación. Desde hace unos años ha
surgido con fuerza por pueblos, ciudades y hasta los rincones más perdidos de
todos los países africanos la venta de alcohol adulterado en sobres de plástico
pequeños. Un alcohol que lleva sustancias toxicas que emborrachan muy pronto y
matan también con rapidez.
La bebida es momento de encuentro, de socialización pero
desgraciadamente es también motivo de muchas vidas rotas pues es la droga más común,
más al alcance de todos y que más estragos causa.
El alcoholismo es una auténtica lacra en muchos países
africanos y no solo. Recuerdo que en muchos pueblos de Chad, el día del mercado
semanal había familias que no preparaban la comida y esta se sustituía por la bili-bili, que tomaban adultos pero
muchas veces también jóvenes y hasta le daban a los niños para calmar el hambre
y ayudarlos a dormir, por lo que se les iniciaba al alcoholismo desde la
infancia.
El problema era tan grande y preocupante que los obispos
escribieron una carta para la cuaresma en los años 90, del siglo pasado,
concienciando sobre el consumo y el abuso del alcohol. Decían que el alcohol
lleva al derroche y a la pobreza, y lo definían como una llaga incurable o una
plaga. Ya entonces hacían ver que los bebedores se estaban convirtiendo en los
esclavos de los no bebedores, ya que malgastaban todo y eran capaces hasta de
vender sus tierras y casas. Muchos decían “pronto
voy a dejar de beber”, y así confirmaban un proverbio de allí que dice que “más adelante o próximamente hizo que las
gallinas perdieran sus dientes”. E invitaban a vivir los 40 días de
cuaresma sin bebida para liberarnos de lo que nos esclaviza, nos empobrece y
nos mata.
Desde entonces se creó en todas las diócesis un centro
de lucha contra el alcohol (CEDIRAA)
cuya labor es concienciar sobre el gran peligro que conlleva el consumo del
alcohol. También acompañar a los que han caído en sus garras y quieren liberarse
de él. Y sobre todo comprender que el alcohol se ha convertido en una
enfermedad crónica que les acompañará toda su vida y contra la que hay que
protegerse.
Son muchos los testimonios que muestran que se puede
recuperar el gusto por la vida, que se puede vivir sin alcohol y vivir mejor. Y
para eso es bueno saber que son hábitos nuevos y sanos los que nos pueden
llevar a ver la realidad de otro modo y no el alcohol o los colirios que parece
que embellecen la realidad pero que no pueden cambiarla.